Capítulo 9

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Notó el frío del suelo contra su piel desnuda al caer del borde del colchón.
Abrió los ojos vagamente y rodó su cuerpo hasta volver a estar sobre la cama.
Cuando su brazo tocó algo extraño, abrió de nuevo los ojos un poco, para encontrarse con la imagen difusa de la espalda de un hombre desnuda.
Inmediatamente, abrió los ojos como platos, de forma que hasta le dolieron los párpados.
Miró la nuca de Suga durante unos segundos, mientras intentaba arrancar su mente.

Qué. Había. Hecho.

Se levantó del colchón y andó rápidamente y de puntillas, esquivando la ropa desperdigada por el suelo, hasta llegar a la puerta del cuarto de baño. Antes de entrar, volvió a echar un vistazo al salón, para asegurarse de lo que había pasado no era sólo una ilusión.
Y no lo era.
Yoongi dormía con la cara medio hundida en la almohada, como Dios le trajo al mundo. Su piel era un digno oponente de las blancas sábanas y su carita de ángel dormido te podía engañar haciéndote creer por un momento que con los ojos abierto era un ser dulce.
El infierno más dulce.
Sam chasqueó la lengua, disgustada por no poder volver atrás en el tiempo y evitar pecar de lujuria, y eso que ni siquiera era muy religiosa.

Entró en el baño y se tomó una ligera ducha. Dejó que el agua callera por su pelo y su cara durante un buen rato, pensando en qué demonios tenía que hacer.
Quería irse y no volver, como hacen en las pelis. El chico se va antes de que la mujer despierte.
Pero claro, estaba en su maldita casa.
Solo podía esperar a que Yoongi fuera lo suficientemente inteligente como para que cuando se despertara y se diera cuenta de que la había cagado, decidiera irse corriendo de allí.
Salió de la ducha y se miró al espejo por primera vez.

Apretó los puños al ver su cuerpo.

Pasó los dedos sobre las pequeñas marcas moradas que había sobre su clavícula. También encontró algunos chupetones en el interior de sus muslos.
Le entraron ganas de gritar, ¿en qué momento de la noche anterior había decidido perder la cabeza?
Se envolvió con la toalla, y caminó de puntillas otra vez por el salón, intentado que Suga no se despertara.
Recogió su ropa desperdigada; la ropa interior y el vestido.
En la habitación en la que guardaba sus cajas de ropa, se vistió con prendas otoñales, asegurándose de que cubrirían sus marcas de la clavícula. Unos vaqueros azules y un chaleco rojo de mangas largas.

Sin molestarse en secar su pelo, corrió sigilosamente hacia la salida.

Pero se lo pensó. No podía dejar las cosas así. No podía dejar a Yoongi en su apartamento, eso sería cobarde, aunque estaba segura de que Suga en su misma situación se habría pirado al momento.
Aún dudando, caminó hacia el colchón tirado sobre el suelo en que Yoongi dormía como un niño y se quedó mirándole durante un rato. Menos mal que de cintura para abajo estaba cubierto con una sábana.
Le llamó un par de veces por su nombre completo, mientras daba golpecitos en el suelo con el pie.
"SUGA" exclamó, mezclado con un grito frustrado y un fingido sollozo.
Se agachó al lado de la bella durmiente y sin mucha pena le dio golpecitos en la cara con la palma de su mano.
De pronto los ojos de Suga se abrieron, clavando dagas en Youngsam.
"Perra" murmuró el chico con odio. Si había algo que Suga odiase más que el montón de cosas que detestaba, era que le despertasen por la mañana. Entonces se dio cuenta de que aquella Youngsam no era un sueño, sino real.
Sam suspiró sin siquiera ofenderse ante el insulto, le molestaba más tener que encontrarse en aquella situación.
"Creo que deberías irte-"
Yoongi se incorporó de golpe, llevándose una mano a la cabeza, al mismo tiempo que las sábanas que cubrían su cuerpo se deslizaban hacia abajo dejando a exposición su torso desnudo.
"No puede ser no puede ser" murmuró repetidamente entre dientes al mismo tiempo que se frotaba más y más el pelo con la mano.
Sam quería esconderse y no tener que lidiar con lo que vendría a continuación.
"¡Ahg!" Suga se puso de pie enrollando la manta en su cadera. La cara de Sam se puso blanca al darse cuenta de que tendría que lavarlo todo a fondo porque no iba a dormir en una cama cuyas sábanas olían a sexo y había estado enrolladas en las partes de Min Yoongi.
Suga intentó recuperar la dignidad y mirando a Sam a los ojos y sin decir palabra andó por la habitación camino al baño sin antes recoger su ropa interior.
Medio minuto más tarde salió del cuarto de baño con los calzoncillos puestos y algo avergonzado.
Buscó con la mirada el resto de su ropa, y sin intentar parecer nervioso empezó a vestirse rápidamente.
Sam suspiró y se sentó sobre el colchón, observando el cielo que se veía tras la ventana.
"Youngsam" escuchó la voz a sus espaldas.
Miró girando su cabeza hacia un lado. Yoongi llevaba la misma ropa que la noche anterior, sólo que ahora la camisa blanca estaba arrugada y no remetida en los pantalones, y su pelo negro despeinado y aún con la forma de la almohada.
"Hmm" murmuró. Ella sabía que debería de decir algo más, algo que diera alguna respuesta lógica para justificar que lo que pasó la noche anterior fue un error.
"¿Por qué me besaste?" Suga preguntó, con una mezcla de incertidumbre y reproche en el tono de su voz.
Sam se quedó un rato en silencio intentando buscar las palabras adecuadas "Porque quería que te callaras. Y estoy empezando a odiarme a mí misma por todo esto." hizo una pausa "¿por qué me besaste tú?"
"Porque... quería hacerlo."
Sam levantó una ceja y se giró para mirar a Yoongi casi con preocupación. Suga estaba ahora más cerca.
Yoongi se puso en cuclillas, poniendo su mirada a la altura de la chica. Su expresión era familiar, un rostro serio. "Esto no significa nada, ¿vale? No quiero que te confundas. No siento nada por ti." dijo las últimas palabras más lentamente.
"Espera espera espera... ¿Por qué me dices esto?"
"Para que quede todo te quede claro."
Sam dejó soltar una carcajada seca "¿Que todo me quede claro? ¿Insinúas que no sé lo que ha sido?"
"Insinúo exactamente eso."
Youngsam chasqueó la lengua y rodó los ojos "Lo tengo todo claro, dios mío... sabes qué, quiero que te vayas. No vas a hacer chistes sobre mi trasero, ni yo sobre tu movimiento de caderas y ninguno de los dos va a volver hablar nunca más de esto, ¿queda claro?'' Sam se encontró subiendo el tono de voz poco a poco y poniéndose en pie.

Sweetest Hell (BTS: Suga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora