—No puedes joderme, nadie puede joder a un fantasma.
—¿Un fantasma?—pregunté irónica— ¿Cómo puede un cara bonita como tú autodenominarse así? Es decir, ¡Solo mírate!
—Todo lo que ves, no es todo lo que soy. Los zapatos que calzo, la ropa que uso, los amigos que tengo, y esta sonrisa—se señaló—¡Son solo apariencia! Que no lleve marcas en mis muñecas, no significa que no las lleve en el corazón— su mirada se clavó fijamente en mí, parecía dolido—¿Sabes? Yo también sé lo que es estar a la defensiva en un mundo que no ha hecho más que lastimarte. Me autodomino como un 'fantasma' porque siento que lo soy, siento que solo soy un saco de carne deambulando por un mundo al que no pertenece, mi alma hace mucho tiempo que dejó de estar en mí y decidió seguir su camino sola. No quiero conmoverte o causarte lástima, solo quiero que comprendas que yo también he sufrido y que no tengo la menor intención de hacerte daño.
Abrí levemente mi boca, mas no pude emitir palabra alguna.
—No hace falta que digas algo, Katrina— sonrió con los labios cerrados—No trato de darte lástima, solo quiero que sepas que te comprendo, sé lo que es el dolor a gran escala, sé lo que es ver oscuridad día a día, sé lo que es estar solo.
—No siempre estuve sola—aseguré—No siempre fui este bicho antisocial que tienes al frente. Antes de ti hubieron más personas, personas que aseguraron ser mis 'amigos' ¿Sabes que les ocurrió? Todos y cada uno de ellos desaparecieron como si de un acto de magia se tratara, se fueron cuando mi ambiente les mostró un poco de turbulencias, muy valiente de su parte, ¿no crees?
—Katrina...—lo interrumpí.
—Supongo que sobra decir que no tengo un buen panorama acerca de las personas.—sentí un nudo formarse en mi garganta— No tengo la intención de colocarte en un saco junto a todas ellas, pero...¿qué me garantiza que tú seas diferente?
— Yo estoy aquí y lo estaré por siempre.
—No creo en los 'siempre' —me limité a decir mientras miraba por primera vez el lugar al que había llegado.
Inconscientemente había corrido hacia el bosque a las afueras del instituto. Éste estaba a una distancia considerable de la enfermería, una gran cantidad de sus árboles se encontraban caídos a causa de la tala indiscriminada y si les soy sincera, para mí y mis dos pies izquierdos era una verdadera sorpresa no haber tropezado con alguno de ellos.
Dante no dijo nada después de eso y un silencio bastante cómodo se adueñó de nosotros.
Miré una vez más el entorno que nos rodeaba y decidí sentarme sobre uno de esos troncos, Dante se incorporó a mi lado y un suave roce de nuestras rodillas me incitó a hablar.
—¿Qué te sucedió? —pregunté con la mirada incrustada en el suelo — Entenderé si no quieres....
—Katrina —me interrumpió— Te contaré, quiero hacerlo, extrañamente algo en ti me hace confiar —asentí con suavidad a lo que él sonrió levemente —Mi familia siempre englobó todo lo que respecta a lo ''tradicional''. Un padre que trabaja arduamente y una madre que se entrega completamente a su hogar. Éramos felices, teníamos una economía estable y mis padres se querían, ¿Qué más podría pedir?... Tal vez que dure un poco más— susurró lo último casi inaudible— Tenía nueve años cuando la compañía en la que trabajaba mi padre quebró y como consecuencia, él y muchos empleados fueron despedidos...aquel día, mi madre descubrió que había quedado en cinta, iba a ser una niña— tragó saliva fuertemente.
—Dante... No es necesario que sigas—susurré— sé lo difícil que es hablar de lo que aún duele.
—No... Ya he llevado mucho tiempo callado— tomó una bocanada de aire y continuó— La íbamos a llamar Hope, por llegar en el momento más difícil, por ser ese pequeño faro en medio de toda nuestra penumbra. Mi padre siempre quiso tener una niña, una princesita de cuentos de hadas , su princesa... la ilusión que se creó en él no era de este mundo, a pesar de las circunstancias que nos acorralaban en ese momento, él desprendía euforia — sonrió con nostalgia— Mi padre conseguía trabajos de un día, suficientes para satisfacer las necesidades básicas normales... Pero no las de una futura madre. Las citas al médico cada vez se hacían más escasas y mi madre se encontraba más débil. Es increíble como en un abrir y cerrar de ojos la vida puede dar un giro tan grande ¿No lo crees? Habíamos pasado de ser una bonita familia a convertirnos en solo un triste y casi disfuncional rastro de ella. Los meses pasaron y no había mejora alguna, mi padre no conseguía un trabajo fiable y mi madre se encontraba en la vigésima cuarta semana de embarazo. Recuerdo con claridad la noche en la que tuvieron que llevarla por emergencia, mi madre estaba pálida, verla en esa camilla es uno de los peores momentos que he tenido en mi vida, es decir... Ella siempre fue luz, fue felicidad, fue amor y... — se aclaró la garganta— verla apagada, me destruyó por completo. El estado del embarazo no era lo único que estaba en riesgo, aquella noche a mi madre le detectaron cáncer en estado de avance pre terminal uterino.— pude escuchar su voz quebrarse y tardó un poco en recomponerse— Con la noticia, el poco rastro de felicidad que quedaba logró desaparecer por completo, era una sola decisión, ella o Hope. Mi madre, no nos dejó opción elegir... Colocó por encima de todo a Hope, ella decía que esperaría los meses restantes de gestación para luego someterse a su tratamiento, sin embargo los doctores decían que sería riesgoso... los doctores tenían razón. Tratábamos de sonreír junto a ella, a pesar de verla extinguida y postrada en cama, mi padre y yo hacíamos lo posible para transmitirle un poco de calma y de fortaleza que en ese momento, al menos para mi, era inexistente. Los días pasaron lentos, tormentosos y vacíos, no podíamos solventar los gastos de las visitas médicas y eso implicaba verla morir a diario sin poder hacer nada, mi padre dedicaba cada uno de sus minutos libres a estar con ella, cuidarla, cuidar nuestro hogar. Él la amaba, mi madre lo era todo para él.
Una suave llovizna empezó a caer, no tardarían en caer truenos y que la lluvia se intensificara. Sin importarle el ambiente, Dante continuó.
—Las cosas no tuvieron mejora, los médicos encargados del caso de mi madre la daban por desahuciada, las palabras que ellos usaron se repiten en mi cabeza como si hubiese pasado hace muy poco tiempo: 'Solo nos falta esperar un poco para poder certificar su hora de muerte', palabras nada alentadoras para un niño y un padre que según ellos, pronto pasaría a ser viudo. Si ella se iba, Hope también lo haría. En la trigésima segunda semana de gestación mi madre entro a cirugía por urgencias pero no volvió a salir de allí...al menos no con vida. No volví a verla después de eso, en el funeral evité ver su cuerpo inerte, preferí recordarla como era ella en realidad, con su sonrisa brillante y con su genio regañadientes que usaba contra mi cuando comía chocolates más de la cuenta. Desde aquel día, nada volvió a ser igual, mi padre se culpa de la muerte del amor de su vida y de su nena, a causa de ello se dedicó a beber y a mí me tocó trabajar desde los trece años— tiró de su cuerpo hacia atrás y preguntó— ¿Hace cuánto empezó a llover?
—Hace casi cinco minutos, creo—me limité a decir — Dante...
—No hace falta que digas nada— repitió.
—Sí, sí hace falta. Te juzgué mal y lo lamento, es solo que...—me interrumpió.
—Estás herida—declaró a lo que asentí levemente— Lo comprendo Katrina, no quiero forzarte a ser mi amiga, solo... Solo quiero que cuando necesites algo o a alguien, tengas en cuenta que puedes contar conmigo.
—Gracias—sonrió mientras se levantaba y me tendió su mano para que me incorporase también. Le regresé la sonrisa y empezamos a caminar.
— ¿Tienes algo que hacer hoy por la tarde? —preguntó de repente a lo que yo negué. —¿Te apetecería ir a por un café?

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Memorias De Una Muerta...
Novela JuvenilTodos alguna vez estuvimos llenos de sueños e ilusiones, todos alguna vez creímos en fantasías, todos alguna vez gozamos del acto de vivir... Pero, ¿Qué sucede cuando los sueños e ilusiones desaparecen?, ¿Qué sucede cuando dejamos de creer en la...