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Katrina POV

—¿Qué hago aquí? —pregunté alarmada. Mi visión era nula. Mis muñecas ardían, ardían como si en ellas ya no quedara ningún rastro de piel. Una peste se impregnaba duramente en cada uno de mis poros. Me sentía perdida, vacía... era un retrato a medias, tiznado con tonos grises.

—¿Qué es este lugar? —Inquirí nuevamente— ¿Acaso la oscuridad terminó de corromperme? ¡¿Qué hago aquí?! ¿Quién me trajo aquí? ¡Salid vil granuja, dad la cara!— un golpe en seco confirmó que no estaba sola, y eso...eso no me brindó tranquilidad alguna.

—Kary...— una voz ronca y lejana irrumpió el sombrío silencio luego de unos minutos.— No tengas miedo pequeña—continúo— El resplandor de la verdad tiene que salir, pero primero... tendrás que hacer memoria, cariño.

—¿A qué te refieres? ¿Quién carajos eres?... ¡Solo dime qué quieres de mí y déjame ir de una vez por todas!

—Kary, Kary,Kary....Shhh— Una brisa helada recorrió mi espina dorsal causándome ligeros escalofríos— No estoy aquí para hacerte daño... solo quiero guiarte, tienes que recordar.

—¿Recordar? ¡No tengo nada que recordar! —tomé una bocanada de aire, sentía como la sangre se concentraba meramente en la punta de mis dedos. Respirar con serenidad me era imposible.— Mi padre se suicidó, mi madre prefirió bajar cremalleras de par en par antes que a su propia hija, el asqueroso de mi padrastro abusó de mí...¡Esa es la historia de mi vida, no tengo ni quiero nada más que recordar!

—Querida mía, esa no es la historia de tu vida, siéndote sincero, esa no es ni la milésima parte. Así que preguntaré de nuevo—murmuró—¿Quién eres tú?, ¿Quién es Katrina J. Coleman?

—¿Qué quién soy yo? —Reí sin gracia— Esto es una jodida broma, ¿Verdad?....se ve que tú me conoces más que bien. —ironicé.

—Ese no es el problema, Kary —carraspeó levemente—yo te conozco bien cariño, pero...¿Qué me dices tú?.

—¿Qué quieres de mí? —Cuestioné ignorando sus palabras.

—Katrina, quiero que recuerdes. Quiero ayudarte a recordar.

—No tengo nada que recordar. —susurré sin aliento.

—Kary, cariño. O mientes....o te equivocas. —espetó haciendo énfasis en la última palabra.— Dime, querida, ¿recuerdas quien eras antes de que tu papá se fuera? —Un nudo se formó inevitablemente en mi garganta al oír aquellas palabras.

¿Recordaba quién era antes? ¿Realmente lo hacía?

Mi respiración se tornó agitada, mi corazón latía con fuerza, todo a mí alrededor daba vueltas y vueltas. Estaba en medio de una montaña rusa, que carecía de un botón de apagado. Quería escapar.
Era difícil, era agotador, era de esas preguntas que creemos que tienen respuesta, pero que cuando salen a relucir...descubres que son un completo enigma. ¿Era acaso esa la vserdad de la que tanto huía?

—Cariño mío, —la voz ronca irrumpió en mis pensamientos— ¿has escuchado alguna vez aquella frase sobre el pasado? No logro recapitular muy bien cómo va, pero tal vez acierte: "El pasado es lo que recuerdas, —empezó a declamar—lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar" —dejó unos pequeños segundos libres para luego continuar— Así que Kary... ¿Recuerdas, imaginas, te convences o pretendes recordar quién eras antes?

—E-esa frase—titubeé— Me la decía Thomas...mi padre.

—Es un avance, él tiene mucho que ver en todo esto. —susurró casi inaudible. — ¿No recuerdas, verdad?

—No, no totalmente— admití.

—Me lo imaginaba Kary, después de todo, eres un ser de luz, que olvidó pagar la factura.

— ¿A qué se....?

—Te gusta cantar, ¿no? —Me interrumpió— A mí, en lo personal me gusta, me gusta mucho. Así que... ¿Te apetecería acompañarme? Un, dos, tres—soltó entre respiros— Papá y mamá le traían, casi sin interrupción, ratoncitos, pajarillos...¡En verdad era un tragón! —canturreo la voz ronca—En tan sólo unas semanas, el carabito creció, estrenando bellas plumas que cambiaron su color.

—Eso...eso no es una canción. —susurré analizando aquel fragmento.

— ¡Correcto! —gritó alargando la primera "o" — Qué será entonces...¿Adivina, adivinador?

— Aquel...papel amarillento, ¿Qué significa? —inquirí. —¿Por qué lo has cantado?

—¡tres siluetas silenciosas que la Luna se tragó!, y en el nido, ahora vacío, de recuerdo me dejó. —volvió a cantar, parecía ignorar completamente lo que había dicho—Eso tendrás que averiguarlo querida mía. —finalizó.

Todo lo concentrado a mi redonda empezó a arder, la presión en mis muñecas se volvió más fuerte, y el oxígeno...el oxígeno empezó a sr irrespirable. Sentimientos de paz intentaron con puños y garras apropiarse del lugar, pero era en vano... en tan solo segundos había pasado a convertirme una sola con un huracán, que por mera naturaleza....solo traería destrucción.

Pensar en momentos como este, sería obsoleto, porque nada que lograse idear, sería lo suficiente eficaz para poder detenerme, para poder detener el desastre que sin intención estaba provocando.
El estruendoso sonido de objetos haciéndose añicos era la sinfonía más devastadora que jamás he tenido el disgusto de escuchar. Poco sabía acerca de lo poco o mucho que se encontraba rodeándome, sin embargo... entre más trayecto obligado concebía, lograba percibir murmullos, gritos suplicando ayuda, clemencia, amparo.

—S-soy...¡soy yo la que provoca esto!—grité exhausta— ¿siempre...siempre fui yo?

—No, cariño mío, no lo eres— un susurro sé logró transmitir a lo lejos. Era mi padre, podía sentirlo. Sentía su aroma, sentía el tono familiar era él.

—¿Papá? — Me aventuré a preguntar. Pero la única respuesta que conseguí por ello fueron silbidos, un viento lleno de silbidos. Un viento que me golpeo fuerte el rostro, un viento que me quitó la venda de mis ojos. Un viento que me trajo a papá y me dejó en un bonito y muy verde jardín.

 La tierra no es plana, y tu mente tampoco, cariño —escuché desde muy lejos. — Ninguna posibilidad ni intento es tonto, así que piensa, pequeña, piensa. Y nunca olvides que.... —no pudo completar su alocución, pues toda la armonía y sosiego desaparecieron en un abrir en cerrar de ojos. El ambiente se convirtió en una inestabilidad completa, como si de un delirio se tratara, todo empezó a desplomarse y yo...y yo desperté.

Memorias De Una Muerta... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora