" Entre la sangre y el amor"

Cumpliendo con el trato.

Capítulo 18:  cumpliendo con el trato.

P.o.v. Peridot.

Estoy al borde del estrés. Los meses que me dieron están apunto de acabarse, lo único que ya termine es el prototipo de robot. Estará listo para usarse justo mañana y para ser sincera estoy ansiosa de encenderla. La maleta que la señora me mando tenía lo necesario para crearla. Estoy orgullosa de mi.
Me encuentro en mi casa. Desde que me dieron este trabajo por la señora Jaspela es a lo único que me ocupa mi tiempo libre.
El sonido como del flash de una cámara surgió del diminuto robot. Lo tomo con los dedos y Lo pongo en la palma de mi mano, es pequeña. Sonrío con triunfo. E acabó con el primer trato. Pero aún falta comprobar si funciona. Para que el robot pase desapercibido le di aspecto de adorno para lapicero. Lo dejo en la mesa. Me pongo unos tipos gafas transparentes, con eso puedo controlarlo y ver a través de él. Con la ayuda de uno guantes especiales que obviamente yo creé puedo moverlo a mi antojo y dar órdenes para moverse o hacer lo que yo quiera. Suspiro. El robot hace justo lo que ordenó. Hago que baje por la escalera de mi casa y puedo ver que no hay nadie en la sala. Me dirijo a la habitación de mamá. El pequeño robot se acerca hasta su computadora. Con unos códigos en el sofware que le incorpore hace prender la computadora, del pequeño robot sale un cable que se conecta y roba todo tipo de información. Enfrente de mis ojos aparece unas letras rojas: carga completa.

— Bingo, te tengo.— sonrío con autosuficiencia.

Lo he logrado. Lo único que falta es ejecutarlo. Y el único problema hasta ahora es como hacerle para que entre en la mansión Whater's. Un nombre surge en mi mente.
Mi amiga perla se podrá encargar de eso. 

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Narrador.

Esa noche Peridot tuvo por fin desde semanas un buen descanso. Ya tenía todo planeado para mañana ahora sola faltaba que tenga un buen descanso, después de todo mañana será el gran día para usar su robot. Para luego averiguar si Jasper aún siente algo por ella.

Ya había paso un mes en esos días tanto perla y Garnet demostraban su amor a todo público. Lo mismo pasaba con Jasper y Lapis. Tanto así que en la revista más comprada entre los jóvenes salió a relucir las relaciones más escandalosas del momento. El noviazgo de las dos parejas era la más publicada.
Tal revista llego a las manos de la señora Jaspela, no dudó en llamar a Peridot para presionarla y terminar de una buena ves lo pedido. Pereciera que ese apellido no la dejaria tal fácil.

Llego la mañana. Lo monótono de la escuela era inevitable. Pero para nuestras parejas siempre trataban de buscar un mínimo tiempo libre para ellas. Esta ves decidieron en no entra a clases. Perla y Lapis se negaron al principio. Pero las otras las convencieron con una mirada cómplice acompañado de besos y caricias. Estas accedieron sin rechistar más. 

Decidieron ir al fondo de la cancha de futbol americano, donde se encontraba un viejo y gran árbol que les brindaba sombra fresca, y poder descansar.

Apoyada en aquel árbol estaba Garnet y en su brazo derecho Perla acomodaba su cabeza en el hombro de la Morena. Era un lugar que desprendía paz y tranquilidad. Al otro lado se encontraba Jasper apoyada contra el tronco del árbol, Lapis estaba horcajadas de la peliblanca. Sus delgados brazos estaban al rededor del cuello de la más corpulenta, esta última tenía la mános en las caderas de la peli azul.
No decían nada. Sus frentes chocaban una con otra, respiraban tan tranquilamente. Era como si aquel ambiente era tan tranquilo y deslumbraba paz. Ambas disfrutaban la compañía mutua.

Pero la mente de Jasper no estaba tranquila. Por alguna razón no sacaba de la mente aquel abrazo de Peridot. Si, estaba convencida que ama a Lapis, incluso más de lo que llego amar a la rubia, lucharía contra todo con tal de estar con esta chica que tenía en brazos. Saco un suspiro nasal. Estaba decidido no dejaría a Lapis por nada.