My Nightmare ||Ben Drowned||

Prólogo

12.12.2003

Era un sábado cualquiera, Payton pidiendo a su hermano jugar y él por su parte, como la mayoría de los adolescentes, evitando a su hermana menor.

—¡Paul, vamos a jugar! —exclamó la pelirroja mirando hacia arriba en la cara de su hermano.

—Luego Payton —contestó rodando los ojos y subiendo las escaleras para hacer lo habitual, jugar videojuegos.

—Déjalo Pay ¿Te parece si mejor hacemos galletas? —sugirió su madre sonriendo.

—¡Si! — Exclamó la pequeña.

Ambas se fueron a la cocina a preparar todo lo necesario para sus habituales actividades en la cocina.

Mientras tanto, Paul estaba ansioso por probar un nuevo videojuego, no le costó mucho conseguirlo. Solo tuvo que darle una pequeña cantidad de dinero a un chico raro de la escuela, aunque en un principio sería gratis, Paul insistió en que no podía aceptar el juego sin darle nada a cambio, cuando apenas se conocían.

—Majora's Mask —susurró para sí mismo viendo el marcador permanente en el cartucho—. Veamos que tal va.

Puso el cartucho en el lugar correspondiente y espero a iniciar la partida. Ignoró el hecho de que había ya una partida guardada. Paul creyó que su compañero olvidó borrar el progreso, aunque no recordaba si su nombre era Ben. De todas formas, borró lo guardado anteriormente para poner una nueva con su nombre.

A lo largo del juego notó que el juego tenía algunas fallas, pero él sabía que no era al cien por ciento original, por algo ofreció pagar muy poco. Sin embargo, al avanzar más, supo que había algo más que un simple bug.

~*~

—¡Paul, hicimos galletas! —exclamó Payton desde el otro lado de la puerta.

Esperó unos segundos y apoyó la oreja contra la puerta para comprobar si su hermano estaba allí o quizá fue al baño. Al no tener respuesta abrió la puerta lentamente, encontrándose con la peor escena de su vida.

—¡Mamá! —gritó horrorizada.

Los pies de Holly, su madre, sonaban apresurados por las escaleras. Fue a paso veloz hasta el cuarto de su hijo mayor y un nudo se formó en su garganta.

—Cielo, llama a papá, yo atenderé esto —ordenó amablemente a su hija, tratando de verse lo más calmada posible.

Holly era enfermera por lo que supo revisar a su hijo, sin embargo, eso no era suficiente. Debía llamar a la ambulancia.

Payton bajó rápido las escaleras y tomó el teléfono fijo para llamar a su padre.

—¿Hola?

—Papá, debes venir, Paul está enfermo —habló la niña con la voz entrecortada.

Steve, su padre, dudó ante eso ¿enfermo? De todas formas, accedió, quizá Payton no supo decir lo que ocurría en realidad.

—Voy en camino, princesa.

Payton se sentó en el sofá sintiendo un revoltijo en su estómago, no entendía por qué su hermano estaba de esa forma, no quería que se fuera.

Luego de esperar unos minutos llegó la ambulancia, posteriormente su padre y los tres fueron hasta el hospital esperando lo mejor.

La espera se hacía eterna, enfermeros caminaban de un lugar a otro, entraban pacientes, pero el médico que atendía a Paul parecía haber desaparecido.

—Familiares de Paul Lowell —llamó el doctor.

—Nosotros —habló Steve poniéndose de pie seguido de su esposa e hija.

—Es un caso de asfixia, pero no sabemos qué fue lo que la causó así que necesito que me digan que pasó en ese momento.

Steve miró a Holly esperando respuesta, ya que él no había estado en casa al momento de lo ocurrido.

—No lo sé, subió a su habitación a jugar videojuegos, yo estaba cocinando con mi hija —contestó Holly—. La envié a buscarlo cuando estuvo todo listo y él estaba en ese estado...

El doctor guardó silencio, tratando de buscar una respuesta.

—¿Está bien? —preguntó Payton nerviosa, llamando la atención de los presentes.

—Si lo está y gracias a ti, si no lo hubieras llamado a tiempo, él no estaría aquí —contestó el doctor poniéndose a su altura—. Salvaste la vida de tu hermano, pequeña.

Los ojos de Payton se iluminaron ante aquello, ella a tan corta edad salvó la vida de una de las personas más importantes para ella.

Por otro lado, Ben estaba furioso por la mocosa que arruinó sus planes. Pero claro que esto no se quedaría así.

Ella no debió haber hecho eso.