|| Damaged || Suga ||

Capítulo 19

Ninguno de los decimos una palabra el resto del camino y se lo agradezco mentalmente porque ese Ben ya me puso de bastante malhumor. Odio sentirme intimidada y vulnerable frente a los demás porque eso les da control sobre mi para hacer de mi lo que quieran; ya lo permití una vez y nunca más cometeré el mismo error. Aunque el miedo me paralize, lucharé contra él y no me dejaré controlar. 

Matthew regresa a mitad de la tarde y minutos después de que llegamos Yoongi y yo, arriba Ann. Me atosiga con preguntas sobre cómo estuvo mi día y, sin que le pregunte, ella me cuenta lo agotador que fue el suyo al estar de reunión en reunión con nuevos inversores para extender su línea de ropa. Por ahora sólo tiene una tienda situada en el centro de la ciudad pero quiere expandirse y tener un local en cada centro comercial de la ciudad, o al menos eso es lo que le entendí, pero para ello necesita dinero.

Me excuso diciendo que voy a darme un baño y subo a mi habitación. 

"¿Qué pasa?" le pregunto a Yoongi, que está parado frente a la puerta de mi habitación como una estatua y con una caja en la mano, creo. Se sorprende un poco al verme y con la vista puesta en el objeto que tiene en sus manos, se acerca a mi.

"Feliz cumpleaños" dice y me entrega una caja blanca lisa. Coloco las manos en posición para tomarla con lentitud, confundida.

"Pero no es mi cumpleaños..." explico desconcertada. Es más o menos pequeña y no pesa mucho pero es obvio que tiene algo adentro.

"Tomalo como regalo de cumpleaños adelantado entonces" dice, perdiendo un poco ese tono amable con que me deseó feliz cumpleaños. Me quedo viéndolo con recelo y enarcando una ceja porque esto es muy raro; me llevo la caja a la oreja y, al no escuchar ningún ruido extraño, descarto la idea de que se trate de una bomba o algo así.

"Si fuese una bomba, te la hubiese dado afuera de la casa para no hacerla explotar junto contigo, ¿no crees?" su voz se tiñe de sarcasmo y un poco de enfado.

"Tratándose de ti, es muy impredecible" respondo mientras intento abrirla.

Veo mi reflejo sorprendido en una pantalla apagada mucho más grande que mi celular viejo y vuelvo a mirarlo a él sin deshacer mi expresión. Con sólo verlo incrustado en ese plástico que lo mantiene en su lugar dentro de la caja, puedo ver lo sofisticado e increíble que es pero también lo caro que debió haberle salido. 

Además de estar atónita por el teléfono de ultima tecnología que tengo en las manos, también me desorienta el hecho de que me regale algo. Finalmente salgo de mi asombro, cierro la caja y se la devuelvo. 

"¿No te gustó?" pregunta decepcionado.

Claro que me gustó, he visto comerciales de ese teléfono en la televisión y todas las características que tiene pero está loco si cree que aceptaré algo tan caro como eso. No puedo.

"No puedo aceptarlo" digo.

Mentiría si dijera que no me arrepiento ni un poquito de rechazarlo pero mi madre me enseñó que nada nos cae de arriba en la vida y que debemos trabajar duro para obtener todo lo queramos. Para eso consideré trabajar en la tienda de Namjoon; con esa cantidad de dinero no sería de capaz de comprar esta clase de teléfono que Yoongi si puede, sin embargo me alcanza para uno como el que tenía y con eso me basta.

"Te dije que es un regalo" insiste y extiende la caja en mi dirección otra vez.

"Falta mucho para mi cumpleaños" persisto, aunque no puedo quitarle los ojos de encima a esa maravilla.

"Aceptalo y listo. ¿Tanto te cuesta?"agarra mis manos y me obliga a tomar la caja de nuevo. 

"No, pero-" insisto una vez más pero me callo la boca cuando Yoongi se mete en su habitación.

Permanezco inmóvil unos minutos en el lugar, analizando la situación y llegando a la conclusión de que cada vez lo entiendo menos. El 90% del tiempo está enojado e irritado con mi presencia y ahora me obsequia un celular; muy lógico.

Voy a hacer lo que le dije a Ann que haría y me doy una ducha caliente para luego sentarme tranquila sobre la cama y ver qué tal funciona este inesperado regalo. Me siento un poco mal por estar usándolo cuando dije que no lo iba a aceptar bajo ninguna circunstancia pero él insistió y necesito un teléfono cuanto antes. Podría pagarle algo con el dinero que gane trabajando en la tienda. Sí, haré eso.

Desde que llegué, ésta es la primera vez que somos cinco en la mesa para cenar. Louis llega apróximadamente media hora después que Ann, agotado y con un humor no tan bueno debido a que sucedió un problema con un huésped importante del hotel. Él se sienta en la cabecera y Ann le da un beso en la mejilla antes de susurrarle algo al oído, que lo hace sonreír y cambiar de actitud; ella se sienta a la izquierda de su esposo, Yoongi a su lado y Matthew y yo a la derecha de Louis, en ese orden.

Trato de mantener la vista en el plato la mayor parte del tiempo pero me descubro a mi misma, echándole miradas fugaces al rubio frente a mi. Su actitud de hace un rato, despertó la curiosidad en mi y, mientras más lo observo, menos parezco comprenderlo. Si alguien me pidiera que lo describiera con lo poco que lo conozco, diría que es un idiota narcisista y la persona más suceptible de irritarse que alguna vez he conocido pero su mirada, esa que casi siempre es fría y seria, la he visto mostrar una faceta totalmente contraria en repetidas ocasiones y me hace pensar que esa actitud gruñona es sólo un disfraz.