|| Damaged || Suga ||

Capítulo 32

Los demás tienen sus sentidos tan dormidos que si alguien les pusiera un elefante delante de sus ojos y les dijeran que es un ratón, lo creerían sin dudarlo. Les digo la misma mentira que intenté hacer que Yoongi creyera sobre el vaso de agua y la creen sin cuestionar nada.  ¿Por qué Yoongi no lo hizo?

A todo el mundo le gusta meterse donde no los llaman y opinar sobre cosas de las que saben una mierda al respecto. ¿Por qué Yoongi no lo hizo?

* * * 

Al regresar, cada uno vuelve a sus actividades rutinarias. Louis va a trabajar, Ann se va a su tienda, Matthew se queda en la sala, a ver televisión y Yoongi sube a su habitación.

Debería agradecer que no me venga con toda esa mierda de querer decirme cómo vivir mi vida, sin embargo, lo que hizo en las últimas hora me hace sentir incómoda y no logro comprender por qué. No necesito esta clase de preocupación sin sentido.

En un par de minutos, desarmo el bolso que había llevado, me cambio de ropa y le escribo un mensaje a Namjoon dicéndole que, en apróximadamente una hora, estaré allí. 

—¿Vas a tu trabajo? —me pregunta Matthew cuando bajo las escaleras a la sala. 

Asiento en silencio y continúo caminando.

—Te llevo. No tengo nada para hacer y no quiero quedarme encerrado aquí todo el día —dice con un tono débil al mismo tiempo que apaga la televisión y se levanta del sillón.

—Prefiero caminar —me excuso, aunque no es del todo mentira; haber estado sentada en un auto durante casi cuatro horas no es muy placentero. Al menos, no para mi. 

—No te ves bien, tal vez no deberías ir hoy —sugiere después de examinar mi rostro con detenimiento.

—Dormí poco —admito, justificando mi aspecto y, juzgando por el suyo, él tampoco pudo dormir demasiado. 

—Espérame, te llevo —insiste y corre hasta una mesa pequeña cerca de la televisión, donde siempre deja la llave de su auto.

—Yo la llevo —la voz de Yoongi hace una aparición repentina desde mitad de la escalera. —No querrás tener un accidente por conducir medio dormido, ¿o sí? —agrega continuando su camino escaleras abajo.  

—Puedo conducir —responde Matthew.

—Estar medio dormido tiene los mismos efectos que estar borracho. ¿Conducirías borracho? —dice Yoongi perdiendo la paciencia.

Ni siquiera me molesto en interferir en su infantil pelea; es más, aprovecho el momento para irme, sin embargo, unos minutos después, el jeep negro de Yoongi se detiene a un lado de la calle y me llama desde el interior.

—Sube. No me hagas repetirlo, Hazel —baja la ventanilla y me mira intimidante. 

—No quisiera hacerte enfadar —me burlo mientras subo. Si me negara, sólo haría una escena y me retrasaría aún más.

En un principio, el silencio era tolerable, pero a medida que pasan los minutos, pienso que fue una mala idea. Esta sensación rara de no comprender las acciones de Yoongi, la curiosidad de saber por qué actuó de manera distinta a los demás, logra abrirse paso y se instala en mi mente, haciéndome querer saltar del auto en movimiento,  a ver si así puedo dejar de pensar en ello.

—¿Duele? —pregunta, rompiendo el silencio.

—No —respondo mirando a través de la ventanilla. Para mi nunca fue dolor, sino una escapada de éste. Mi reflejo casi transparente en el vidrio me devuelve una media sonrisa.