Capítulo 8

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A la mañana siguiente, Harry, Ron y yo pensamos que el encuentro con el perro de tres cabezas había sido una excelente aventura, y ya estábamos preparados para tener otra. Mientras tanto, le dije a Harry lo que creía que había bajo la trampilla y como Ron no entendía de que hablábamos, le explicamos todo.

Pasamos largo rato preguntándonos qué podía ser aquello para necesitar una protección así.

-Es algo muy valioso, o muy peligroso -dijo Ron.

-O las dos cosas -opinó Harry.

Hermione no demostró el menor interés en lo que había debajo del perro y la trampilla. Además, se negaba a hablar con nosotros, pero como era una sabihonda mandona, lo consideramos como un premio.

Una semana después, mientras las lechuzas volaban por el Gran Comedor, como de costumbre, la atención de todos nos fijamos de inmediato en un paquete largo y delgado, que llevaban seis lechuzas blancas. Me sorprendí mucho cuando las lechuzas bajaron y dejaron el paquete frente a Harry. Se estaban alejando, cuando otra lechuza dejó caer una carta sobre el paquete. Harry abrió el sobre para leer primero la carta. Luego, con una sonrisa en su rostro, nos la mostró. Decía:

NO ABRAS EL PAQUETE EN LA MESA. Contiene tu nueva Nimbus 2.000, pero no quiero que todos sepan que te han comprado una escoba, porque también querrán una. Oliver Wood te esperará esta noche en el campo de Quidditch a las siete, para tu primera sesión de entrenamiento.

Profesora McGonagall

-¡Una Nimbus 2.000! -gemí con envidia.

-Jamás he tocado una-dijo Ron.

-Ni yo, quisiera tener una-dije con tristeza.

-Y creo que la tendrás, mira- Harry señaló la ventana.

Ahí venían cinco lechuzas blancas junto con Cleffary con otro paquete delgado y largo. Me la dejaron encima de la mesa con una nota incluida que enseguida leí:

Le pedí a Dumbledore si podía mandar lechuzas a por tu Barredora 5 que se quedó en tu casa, y aceptó. Ahora que estás en el equipo, podrás usarla felizmente.

Te quiere, Hagrid.

Me puse feliz, pero no tanto. Creí que iba a tener mi propia Nimbus 2000. Les pasé la nota a Harry y a Ron.

-Creíste que iba a ser una Nimbus 2000 ¿verdad?-me preguntó Harry medio triste, asentí.

-Fred y George tienen la misma-comentó Ron- Si sabes montarla, hasta podría ser igual que una Nimbus.

-No lo creo, Ron-le dije, sacudí la cabeza para que desapareciera la tristeza y luego sonreí- ¿Qué estamos esperando? Vamos a ver tu nueva Nimbus 2000, Harry.

Salimos rápidamente del comedor para abrir el paquete en privado, antes de la primera clase, pero a mitad de camino nos encontramos con Crabbe y Goyle, que nos cerraban el camino. Malfoy le quitó el paquete a Harry y lo examinó.

-Es una escoba -dijo, devolviéndoselo bruscamente, con una mezcla de celos y rencor en su cara-. Esta vez lo has hecho, Potter. Los de primer año no tienen permiso para tener una. Para que preguntarte la tuya, deshonra, apuesto que no es nada comparado con la escoba de tu hermano.

Crabbe y Goyle rieron junto con él. Me contuve a dejarlo seis semanas en la enfermería y, sin resistirme, hablé:

-Pues al menos Harry tiene una mejor escoba que tú. Es una Nimbus 2.000, y la mismísima profesora McGonagall se la entregó-le arrebaté la nota a Harry y se la pasé bruscamente a Malfoy para que la leyera, estaba con los ojos bien abiertos- ¿Sabes leer cierto?

Alanna Diggory, comienza la magia [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora