Capítulo 15

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Cuando abrí los ojos, inmediatamente me incorporé de donde sea que estaba y miré alrededor. Debía de estar en la enfermería. Estaba acostada en una cama, con sábanas blancas de hilo, y cerca había una mesa, con una enorme cantidad de paquetes, que parecían la mitad de la tienda de golosinas

Sonreí, pero no duró mucho. Enseguida recordé lo que pasó: Quirrel, Voldemort, el espejo de Oesed, la Piedra Filosofal, mis manos incontrolables, Harry... ¡Harry!

Miré a mi derecha y ahí estaba, en otra cama, durmiendo, con sus gafas encima de la mesa que estaba a su lado, junto con otras millones de golosinas. Se ve tan tierno cuando duerme... Pero esos pensamientos me los interrumpió el sonido de las grandes puertas de roble de la enfermería abriéndose.

Ese sonido hizo despertar de golpe a Harry e inmediatamente colocarse sus gafas. Dumbledore había entrado.

-Buenas tardes-nos saludó, miró nuestras golosinas- Ah, regalos de sus admiradores.

-¿Admiradores?-preguntó Harry confundido.

-Lo que pasó entre ustedes y el profesor Quirrel es un completo secreto, así que, por lógica, toda la escuela lo sabe-eso último lo dijo con una risita y Harry y yo lo imitamos- Veo que-se acercó a mi pila de golosinas y tomó un paquete de rana de chocolate, lo levantó con mucha facilidad, así que supuse que estaba vacío, lo observó-, su amigo Ronald Weasley estuvo aquí.

-¿Ron estuvo aquí?-pregunté sorprendida- ¡¿Está herido?! ¿Qué pasó con Hermione?.

-Bien-hizo un gesto con la mano de calma- Ambos están bien.

-¿Pero la piedra dónde está?-preguntó Harry desesperado.

-Cálmate muchacho, la piedra fue destruida.

Harry y yo nos quedamos con la boca abierta.

-Mi amigo Nicolás Flamel y yo acordamos que era lo mejor para todos-mientras decía eso, se iba a cercando entre donde estaba Harry y yo, y se sentó en una silla que había ahí.

-Pero Flamel...morirá, ¿no?-preguntó Harry.

-Tiene suficiente elixir para dejarlo todo en orden. Pero sí, morirá-contestó Dumbledore.

-¿Cómo la conseguí señor?-pregunté- Primero me vi al espejo y luego...

-Ah-me interrumpió Dumbledore-, verás, sólo la persona que quisiera encontrarla (pero no usarla), la conseguiría. Fue una de mis ideas más brillantes.

-Pero señor-dijo Harry-, yo también me vi teniendo la piedra. Pero justo en ese momento se reveló Ala.

-Si no te hubieran interrumpido Harry, el que la hubiera conseguido serías tú-contestó.

-Sin la Piedra, Voldemort jamás volverá ¿verdad?-pregunté esperanzada.

Dumbledore se puso nervioso.

-Creo que, encontrará la forma de regresar.

Hubo un silencio incómodo.

-Harry, ¿sabes por qué el profesor Quirrel no pudo tocarte?-preguntó Dumbledore, Harry negó con la cabeza- Fue gracias a tu madre, ella se sacrificó por ti. Y esa clase de acto deja marca. No, no-dijo al ver que Harry se estaba tocando su cicatriz-, esta marca es interior, vive en tu esencia.

-¿Qué es?-preguntó Harry.

-Amor, Harry, amor-Dumbledore le sonrió y le acarició la cabeza.

Cuando estaba a punto de levantarse, lo llamé:

-Profesor Dumbledore, quisiera hablarle sobre lo que me ha pasado este año. Una cosa demasiado extraña.

Dumbledore me puso toda su atención cuando le empecé a narrar los sucesos. Que me volví "invisible" la noche del descubrimiento del espejo de Oesed, lo de la luz en su varita y lo que pasó con Ron. Dumbledore se quedó tenso y veía como temblaban sus manos.

Alanna Diggory, comienza la magia [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora