Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió frío. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba veía a Hagrid descongelando las escobas en el campo de Quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel.
La mañana del sábado amaneció muy brillante y fría, el día de mi primer partido de Quidditch. Estaba muy nerviosa.
Yo y mis amigos estábamos en el Gran Comedor, minutos antes del partido.
-Vamos Harry, come-le decía Hermione, él sólo jugaba con la comida.
-No tengo hambre.
-Necesitas energía-dijo Ron.
-No tengo ganas-seguía insistiendo.
-Suerte, Diggory-dijo una voz fría a mis espaldas. Me giré y era el profesor Snape- Y también a usted, Potter-eso último lo dijo con asco y luego siguió caminando... cojeando.
-Eso explica la pierna-susurró Harry.
-¿Qué?-pregunté confusa.
-Miren, creo que Snape fue el que trajo al trol para distraernos y así ir donde el perro. Pero este lo mordió y por eso cojea.
-¿Quieres decir que él quiere robar lo que custodia el perro?-preguntó sorprendida Hermione.
-Sospecho que sí.
Le eché una última mirada a Snape. Que extraño.
***
A las once de la mañana, todo el colegio parecía estar reunido alrededor del campo de Quidditch. Muchos alumnos tenían prismáticos. Los asientos podían elevarse pero, incluso así, a veces era difícil ver lo que estaba sucediendo.
Mientras tanto, en los vestuarios, Harry, yo y el resto del equipo nos estábamos cambiando para ponernos las túnicas color escarlata de Quidditch (Slytherin jugaba de verde).
Wood se aclaró la garganta para pedir silencio.
-Bueno, chicos y chicas. Éste es...
-El grande -dijo Fred Weasley
-El que estábamos esperando -dijo George.
-Nos sabemos de memoria el discurso de Oliver -nos dijo Fred a Harry y a mí-. Estábamos en el equipo el año pasado.
-Cállense los dos -ordenó Wood-. Éste es el mejor equipo que Gryffindor ha tenido en muchos años. Y vamos a ganar. Bien. Ya es la hora. Buena suerte a todos.
Harry y yo nos dimos un saludo que inventamos para la suerte, luego seguimos a Fred y George fuera del vestuario y, esperando que las rodillas no me temblaran, pisé el terreno de juego entre vítores y aplausos.
La señora Hooch hacía de árbitro. Estaba en el centro del campo, esperando a los dos equipos, con su escoba en la mano.
-Bien, quiero un partido limpio y sin problemas, por parte de todos -dijo cuando estuvimos reunidos a su alrededor.
Noté que parecía dirigirse especialmente al capitán de Slytherin, Marcus Flint, un muchacho de quinto año. Me pareció que tenía un cierto parentesco con el trol gigante. Miré de reojo a la multitud y pude ver entre ella un gran letrero de un león de Gryffindor trazado con letras que brillaban y cambiaban de color que decía:
«Harry y Alanna son los mejores». Supe de inmediato que el dibujo lo había hecho Dean y el hechizo para las letras lo había hecho Hermione. Nuestros amigos nos estaban apoyando. Sonreí, me sentí más valiente.
-Monten en sus escobas, por favor-dijo la profesora Hooch.
Me subí a la Barredora 5.
La señora Hooch dio un largo pitido con su silbato de plata. Todos nos elevamos, alto, muy alto en el aire.
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Alanna Diggory, comienza la magia [1]
FanfictionSiempre fui la segunda en todo, mi hermano siempre me llevaba la delantera: Cedric hizo esto, Cedric hizo aquello, Alanna no lo supera, Alanna es inferior al él, bla bla bla. ¡Lo odio! ¡Quiero estar sola, sin nadie con el que compararme! Y eso se c...