I.

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—Joder, me gustaría follarte aquí mismo— gruñe Mike mientras me sube a la barra.

—Puedes hacerlo Mike, estamos en nuestra casa— digo rodeando el cuello de mi novio con mis brazos.

—Entonces a la mierda todo, tengo santas ganas de tí Luke, te follaré tan fuerte, que toda esta semana tendré que cargarte — Michael acarició mi erección.

-No me desagrada la idea- Muerdo mi labio.

—Vamos a ello entonces, princesa—

Michael me recostó en la barra mientras quitaba mi polera, inmediatamente me besó introduciendo su lengua en mi boca.

Bajó sus manos hasta mis caderas, para despojarme de mis skinny jeans y de mis bóxers.

Ahora me encontraba totalmente desnudo a su merced, Michael al notar mi enorme erección sonrió.

Me besó de nuevo y luego fué bajando las caricias, en mi cuello mordía y lamía dejando marcas, marcando y avisando que soy sólo suyo.

Siguió bajando hasta mi abdomen y por fin, mi duro miembro.

Le dió una pequeña lamida haciéndome gemir, luego lo metió todo completo a su boca.

—Ah, M...Michael, sigue— gimo en un tono razonable

El peliteñido subía y bajaba su cabeza, no se le escapaba nada, sentí las cosquillas en mi estómago anunciando que el orgasmo estaba cerca.

La yema de sus dedos oscilaba desde la punta de mi miembro hasta la base, después trazaba ese mismo camino con su lengua.

—M-michael...m-más, más— gimo en un tono alto, casi obsceno mientras elevo mis caderas buscando más contacto.

Aquellas caricias y jugueteos de sus dedos y lengua en mi longitud me enloquecían, haciéndome llegar al cielo.

Al cabo de unos momentos, siento cómo mi miembro se endurece un poco más, sintiendo el orgasmo cerca.

El peliteñido comenzó a masturbarme con rapidez, para después regresae su boca al rededor de mí y succionar la punta.

Aquel acto fué la gota que derramó el vaso...literal.

—¡M-michael!— grité mientras que elevaba mis caderas, comenzando el orgasmo.

Violentas oleadas de placer fueron enviadas por todo mi sistema nervioso, haciéndome tiritar.

Michael traga todo lo que está en su boca y se coloca erguido, mientras me dedica una sonrisa.

—Date la vuelta, dulzura— ordena mi novio mientras que retira su polera, dejando a mi vista su torso.

Muerdo mi labio y asiento, dándome la vuelta. Al hacer esto, dejé mi trasero vulnerable justo delante de él.

El chico, dueño de todas mis fantasías sexuales, dió un azote a mi glúteo izquierdo, haciéndome gemir.

—Esto...— da un golpe a mi glúteo derecho esta vez. —Es mío y sólo mío— escucho la hebilla de su cinturón repiquetear y sonrío involuntariamente.

Michael entierra sus dedos en mis caderas y frota su miembro contra mi entrada, provocando una infinidad de gemidos incoherentes por mi parte y algunos gruñidos por parte suya.

Mike coloca tres dedos frente a mí y habla:—Chupa, mi amor— demanda con un tono suave y seductor de voz.

Yo obedezco inmediatamente y me estiro para comenzar a lamer sus dedos, hasta que el dueño de los mismos, los saca de mi boca.

Sin pronunciar una sola palabra, deslizó uno de sus dedos previamente lubricados dentro de mí, haciéndome sentir una pequeña molestia acompañada de un ligero ardor.

Comienza a mover aquel dedo, cosa que me hace suspirar. Acaricia mi espalda tratando de tranquilizarme y lo logra. Suelta un gruñido e introduce un segundo dedo en mí. Gimo alto y empujo mis caderas hacia atrás cuando siento que hace tijeras dentro de mí.

El mayor, mete el tercer y último dedo en mí, empujando profundo.

—Oh...Michael— alcanzo a balbucear entre gemidos. Tomo una bocanada de aire y pronuncio con cierta dificultad—: M-michael...fóllame, necesito sentirte— pido siendo un desastre de gemidos y jadeos.

—Lo que la princesa pida— susurra con voz ronca y juro que puedo sentir su sonrisa. Retira sus dedos de mí y se alinea con mi entrada.

Gimoteo con desesperación y Michael se adentra en mí con suaves movimientos.

Aferra mis caderas presionándolas con sus manos y comienza a moverse de manera dura y rápida.

Sacudo mis caderas violentamente contra las suyas, logrando que tocase mi punto dulce.

—T-tranquilo bebé, puedes lastimarte— dice de manera burlona en mi oído y se mueve lento, golpeando mi punto dulce aún.

—M-mikey...más, m-ás duro, p-por favor— digo tartamudeando en un débil gemido.

El ojiverde se apodera de mi erección con una de sus manos, se inclina a mi oído y susurra—: Ruégame más mi vida, quiero saber cuánto lo deseas— propina una apretón a mi miembro y gimo alto.

—M-mikey, por favor. Necesito sentirte duro dentro de mí— Michael da un azote a mi trasero de nueva cuenta y aumenta el ritmo de las embestidas, pero no al punto que yo deseaba.

—Oh...M-mikey, fóllame duro...— imploro com voz desesperada y Michael comienza a embestirme ruda y duramente.

—Mierda, princesa...tan estrecho— impulso mis caderas contra las suyas y dejo salir un gemido agudo al sentir mi segundo orgasmo cerca.

—M-mikey, v-voy a llegar— musito gimiendo.

—Vamos bebé, córrete para mí— Exije y después de unos momentos obedezco, corriéndome en su mano, con un gemido obsceno.

Michael da un par de estocadas aún más duras y se corre dentro de mí. Respiro agitadamente y cuando sale de mí, me doy la vuelta.

Me enderezo en la barra y lo atraigo a mí, para unir mis labios con los ajenos en un beso hambriento.

Alzo mi rodilla para rozarla con su entrepierna y él se separa levemente de mí.

—Eres un niño travieso, a los niños malos se les castiga— susurra con la voz enronquecida por el placer. Sonrío y sigo rozando mi rodilla con su entrepierna, para lograr una erección por parte suya.

—¿Q-qué es lo que planeas, bebé?— cuestiona echando la cabeza hacia atrás.

—Quiero hacer que te corras en mi boca— musito con una sonrisa y me bajo de la barra, para arrodillarme frente a él.

Reparto besos por su abdomen, hasta su pelvis, llego a su línea v y hago una marca en ella. Siento como su miembro golpea suavemente mi mejilla y sonrío, prestándole atención.

Doy una lamida a este, desde la base hasta la punta y después me centro en el glande. Meto la punta solamente a mi boca y le doy leves mordiscones, alzo la vista con inocencia para mirar a detalle cada expresión de placer que Michael expresaba.

Comienzo a lamer su longitud como si de un dulce se tratase.

Después de un par de minutos, la mano derecha de mi novio viaja hacia mi cabello, tirando de él, dándome a entender que su orgasmo está cerca.

Mordisqueo con más insistencia la punta hasta que logro hacer que llegue a la cima en mi boca.

Trago todo el fruto de su lujuria y me pongo de pie. Me pongo de puntillas para alcanzar sus labios y beso estos castamente.

—Delicioso, como siempre—

Hey chic@s.
Esta es mi historia Muke.
Los shippeo.
En esta historia no todo será Smut, aunque sí la mayor parte.
Los capítulos no serán muy largos, pero no muy cortos, a veces seran más largos o mas cortos.

Si votan y comentan sería muy hermoso.
L@s amo mucho.

-Anónim@
Ahre.

Bite Your Lip. [Muke Smut].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora