Capítulo 1

344 11 0
                                    

Me despertó el sonido insistente del timbre y los golpes en la puerta. En mis sueños, los escuchaba como ecos lejanos de una canción. Cuando por fin desperté, abrí los ojos, me levanté, y salí de mi habitación. Corrí hasta la puerta, asustada ante tanta insistencia, y abrí.

Se trataba de Alejandra. Me miró de arriba abajo, horrorizada, y entró a empujones hasta mi salón.

– ¡No me lo puedo creer! ¡Esta no te la perdono! – Dijo mirándome muy seria, casi a punto de echarse a llorar.

– Pero, ¿qué es lo que te ocurre? – Pregunté, con preocupación.

– ¡Habíamos quedado a las diez de la mañana en la boutique para probarme el traje de novia y no te has presentado!

– ¡Dios mío! – Exclamé. – Perdóname Ale. Me quedé dormida. He pasado una noche terrible.

— ¿Terrible?

— He tenido una pesadilla tan real que me siento... Ale, no sé ni cómo me siento.

— Tendrás que darme una buena explicación por tu plantón. – En sus ojos verdes pude ver una gran decepción y casi me hace llorar. -Estoy esperando que al menos me cuentes eso. Vístete. Han vuelto a darme otra cita para la una y media. Faltan cuarenta y cinco minutos, así que no hay tiempo que perder.

Ale abrió mi armario, como si de su casa se tratase, y comenzó a sacar la ropa que según ella debía ponerme. Como ya la había hecho enfadar una vez, no me apetecía seguir discutiendo, así que asentí a todo lo que me impuso.

Colocó sobre mi cama un vestido vaporoso de gasa, de tonalidades verde azuladas, con escote palabra de honor.

Luego abrió mi mesita de noche y cogió un conjunto de sujetador sin tirantes y unas braguitas de encaje. La miré boquiabierta, pero no dije nada. Jamás hubiese pensado vestirme de esa forma para ir a la prueba del vestido.

Después, abrió el mueble zapatero y escogió unas sandalias plateadas de tacón alto, a juego con un bolso.

— Recuerdas que la protagonista eres tú, ¿verdad? – Dije, intentando no perder los nervios. No quería vestirme de esa forma tan sexy para ir a una boutique.

— Quiero que estés lo más guapa posible. Después de la prueba, hemos quedado con Michael y su amigo Cameron para almorzar en el hotel donde celebraremos nuestro enlace.

— ¿Quieres que vaya con ustedes a la prueba del menú? – La miré, asombrada.

— ¡Por supuesto! – Contestó. - ¿Con quién más querría ir? Eres mi mejor y única amiga.

— Bueno, como quieras. Estaré encantada de acompañaros; pero, sinceramente, me habría gustado que me lo hubieses comentado antes. Oye Ale, ¿cómo es el

tal Cameron? Espero que no sea un muermo.

— Pues no te lo puedo decir con exactitud. Es amigo de Michael de toda la vida. Incluso fueron juntos al jardín de infancia. Cuando conocí a Michael, hacía dos años que ellos no se veían porque Cameron, que es soldado profesional, ha estado trabajando en el Líbano. Le han dado unas vacaciones para que pueda asistir a nuestro enlace.

— Entonces, ¿es un chico serio?

— Pues parece que sí. No creo que en su trabajo se ría mucho. Se juega su vida las veinticuatro horas del día. Oye, quizás te guste... - Sonrió con malicia.

— No estoy interesada en él. – Dije, mirándola molesta por su insinuación.

— No le has visto. ¿Cómo puedes decir eso?

— Las palabras relación y compromiso no entran en mi vocabulario desde hace años. Ya lo sabes.

— Algún día superarás lo de Ryan.

— Lo he superado, Ale. Pensaba que lo sabías. Otra cosa es olvidarlo. Ya no lloro a causa del daño que me hizo, pero no pienso dejar que nadie se acerque a mí de una forma romántica. De Ryan sólo deseo que sea muy feliz con Olivia y que no se acuerde de mí nunca más.

— ¿Con Olivia? ¡Ja! – Exclamó y me miró con sarcasmo -. Tu hermana se portó como una zorra. No sólo te quitó el novio, sino que se casó con él.

— En fin, de esto ya ha pasado mucho y no me interesa mínimamente nada que tenga que ver con sus vidas. Soy muy feliz y llevo una vida tranquila y sin complicaciones. Bueno, pues voy a darme una ducha rápida. – Dije cambiando el

tema, para que Ale dejase de hablar sobre aquello.

— De acuerdo. ¡Pero no tardes! – Exigió.

— No se preocupe, señora. En unos minutos estaré lista.

— Más te vale, ____, o no responderé por mis actos. – Sonrió y salió de mi habitación.


En la oscuridad - Cameron & Aaron (HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora