Capítulo 12

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— ____, dime algo, por favor.

— Es que no sé si estoy entendiendo lo que me estás pidiendo. ¿Quieres que vivamos juntos? O sea, ¿pretendes que comencemos una relación seria?

— Sí. Eso exactamente.

— ¿Aún después de cómo te engañé con Aaron?

— No soy un hombre orgulloso, o al menos, el orgullo me dura poco. Me compensa más perdonarte e intentar ser feliz a tu lado. Eso, si me aceptas.

— Te acepto encantada. – Sonreí y le abracé -. Y me quedaré aquí, contigo.

Cameron me abrazó y lo besé en los labios. Me parecía increíble que después del mal trago ocurrido a mediados de semana, por fin comenzasen a arreglarse las cosas. Por un momento sentí una punzada de tristeza al acordarme de Aaron. Lo iba a echar mucho de menos, pero había tomado mi decisión y ya no había marcha atrás.

Aquella noche disfrutamos de una cena tranquila y debo confesar que me sentí muy a gusto con él. Sólo me entristecía el hecho de que mi relación con Ale se hubiese terminado. Por lo que Cameron me contó, a él le había pasado lo mismo con Michael. Después de tantos años de amistad, se había ido todo al traste. Sobre las doce de la noche entré en la habitación de Cameron y puse una de mis maletas sobre la cama. Entró detrás de mí y cogió la otra maleta.

— ¿Qué haces?

— Vamos a guardar tus cosas.

— ¿Ahora? Pero si son las doce de la noche.

— Mañana tenes que salir temprano para ir a trabajar y volverás tarde y cansada. Si lo hacemos juntos tardaremos poco tiempo.

— Como quieras. – Sonreí y abrí ambas maletas.

Cameron me mostró tres cajones de la cómoda, vacíos, y una mesita de noche para que yo dispusiese de ella. Abrió el armario doble y comenzó a cambiar de lugar sus pertenencias y ropa, dejando la mitad del armario a mi disposición. En unos quince minutos terminamos de guardarlo todo y subió mis maletas a la parte superior del armario. Me desnudé y me puse un camisón. Entré en el baño a lavarme los dientes y cuando volví, le encontré ya en la cama. Tan sólo llevaba su bóxer. La sábana apartada y estaba dejado de caer sobre el cabecero de la cama, apoyando su espalda en dos almohadas.

Al escuchar un ruido, me percaté que había una televisión encendida en el dormitorio, y cuál sería mi sorpresa al ver la película pornográfica de la que me había hablado antes de la cena.

— Pensé que era una broma. – Dije.

— ¿Por qué? Anda, ven aquí.

Me acosté a su lado, con la intención de dormir, pero no me dejó.

— _____, no te duermas. Quiero ver esto contigo.

— No me gusta ese tipo de cine, Cameron. Prefiero dormir.

— Espera aunque sea cinco minutos.

Resoplé y me senté a su lado. Pensé que en esos minutos no podían pasar demasiadas cosas, pero me equivoqué totalmente. La película, como él bien había dicho, trataba sobre un trío entre dos mujeres y un hombre. Al principio sólo salían escenas sexuales entre ellas dos. Se besaban en los labios, lamían y mordisqueaban los pezones una a la otra, y hacían sexo oral de forma escandalosa. Por escandalosa, me refiero a sus gemidos y gritos de placer. La cámara no paraba de enfocar, con una cercanía que rozaba la perversión, el sexo de una de ellas mientras la otra jugaba con él.

Cuando ambas llegaron al clímax apareció el protagonista masculino, totalmente desnudo. No pude evitar arquear las cejas al verlo. Jamás en toda mi vida había visto un pene de ese tamaño. Las dos chicas bajaron de la cama y le atrajeron, hasta tenderle sobre el colchón. Comenzaron, las dos juntas, a lamerle el pene y a masturbarle, al tiempo que ellas seguían besándose de forma lasciva, cada vez que sus lenguas coincidían. Cuando el protagonista llegó al clímax, se vio como salía el semen por la punta de su pene y ambas comenzaron a lamerlo.

En la oscuridad - Cameron & Aaron (HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora