Capítulo 11

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Cameron me dio un beso tan dulce en los labios que perdí la noción del tiempo y el espacio. Le abracé y le devolví su gesto de cariño, multiplicado por diez. Cuando pasó un rato, en el que ninguno dijo nada, se levantó y me dio la mano. Tomó una de mis maletas y yo cogí la otra.

— ¿Dónde vamos?

— Necesitamos un lugar tranquilo en el que hablar. No me apetece que nadie escuche lo que tengo que decirte.

— ¿Vamos a volver a discutir?

— Espero que no, sinceramente. Prefiero mantener una conversación civilizada.

— Yo también. Salimos del aeropuerto y caminamos hasta el aparcamiento. Cameron abrió la puerta de un todoterreno y metió en maletero todas mis cosas.

— ¿De dónde has sacado este coche? – Pregunté, asombrada.

— Lo compré hace un par de días. – Me contestó mientras subíamos al interior.

En el trayecto no hablamos sobre nada. Me mantuve en silencio, sintiendo en todo momento una gran presión en el pecho. Pensé que nos dirigíamos a la ciudad, pero en cambio, Cameron tomó dirección norte. Casi me da un síncope cuando vi que nos dirigíamos a una base militar. Cuando atravesamos la valla de seguridad, flanqueada por dos soldados armados, me encogí entre mis ropas. La cruzamos hasta una zona de casas. Cameron estacionó el todoterreno frente a una de ellas y apagó el motor.

— ¿Qué hacemos aquí?

— He pensado que en mi casa estaríamos mejor.

— ¿Vives aquí?

— Sí y también trabajo en esta base. Tras sacar mis maletas, caminó hasta la entrada y yo le seguí, en silencio. La zona en la que se situaban las viviendas militares era muy hermosa. Había árboles y césped por todas partes. Algunos niños jugaban al futbol en plena carretera, mientras no pasaba ningún convoy militar u otro tipo de vehículo.

Cuando cerré la puerta tras de mí, Cameron me arrinconó y me besó apasionadamente. Aquello me cogió por sorpresa. Le deseaba tanto y ahora estaba ahí, para mí. Mientras devolvía cada una de las caricias de su lengua, le desabroché los pantalones, que cayeron al suelo, resbalando por sus fornidas piernas. Le separé un poco de mí y me agaché para bajar su bóxer también. Su enorme pene erecto, me golpeó en la mejilla, como un resorte. Lo introduje en mi boca y le masturbé con mis labios y mi lengua, saboreando cada centímetro, cada vena hinchada por el deseo. Cameron balanceó sus caderas, introduciéndomelo aún más y sacándolo casi por completo una y otra vez, gimiendo y gruñendo de excitación, hasta que se corrió en mi boca, poco tiempo después.

Cuando me separé de él, le miré a los ojos, y seguía teniendo su mirada oscura, deseoso por más sexo. Se libró del resto de su ropa y luego comenzó a quitarme la mía, rápidamente, sin pérdida de tiempo. Se arrodilló, como yo había hecho con anterioridad, y tras separar mis piernas, hundió su nariz y su boca en mi sexo. Lo chupó, succionó y mordió, mezclando su saliva con mi humedad. Cuando la punta de su lengua comenzó a lamer el principio de mi vagina, no pude aguantar y gemí más fuerte. Introdujo su dedo índice en mi ano y el pulgar en mi vagina, y siguió masturbándome, al mismo tiempo que su lengua aumentaba la velocidad sobre mi clítoris. Me corrí y grité su nombre una y otra vez, mientras sentía la presión que sus dedos y su lengua ejercían en mis zonas erógenas.

Aún sentía el orgasmo en mi interior, cuando se levantó y me situó de cara a la puerta. Tomó su pene con la mano derecha y buscó hábilmente la entrada a mi vagina. Lo metió profundamente y sacó unas cuantas veces, haciéndome temblar al sentirme llena interiormente. Sus movimientos se hicieron rápidos y profundos y volví a tener otro orgasmo, mientras me sujetaba los pezones y tiraba de ellos, poniéndome los pechos erectos y febriles, como el resto de mi cuerpo. Al escucharme gemir, perdida en aquel éxtasis, volvió a correrse y gruñó mi nombre una y otra vez, mientras me decía frases obscenas y llenas de erotismo. Tanto mi sexo como el suyo palpitaban con fuerza, hasta que poco a poco, aquella sensación comenzó a disminuir, al igual que la velocidad del latido de nuestros corazones.

En la oscuridad - Cameron & Aaron (HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora