Cuando encienda el Wi-Fi.

8:59PM

Sólo me pregunto que milagro tiene que pasar para que ames. Y yo sigo preguntándome por qué te sigo amando, pero esa pregunta al parecer, no tiene respuesta alguna.

Pero de todas formas, intentaré conquistarte. Sea como sea, donde y cuando sea. Porque no me voy a dar por vencida.

Tanto te he querido, que no tengo palabras para expresarlo. Y hoy en día, siento lo mismo.

Lo que me pregunto es, ¿por qué eres tan hermoso y a la vez tan difícil? Para mi eres lo mejor. Yo no quiero ir de flor en flor. Yo quiero contigo, porque eres mi lluvia. Lluvia que no hace mojar.

Pero no pasa nada. Yo soy fuerte. No me voy arrastrar por ti... No, no y no. Sabes que no. De tanta impotencia me duele la cabeza. Hay veces que quisiera reventar mi pared. Y detesto encender la radio y escuchar cancioncitas de amor. Parece que a esos cantantes no le han roto el corazón en más de una ocasión.

Y cuando enciendo la tele y veo las típicas películas americanas de amor, la apago corriendo. Porque paso. Paso de vosotros. Ya no es tristeza, es rencor. Necesito desahogarme con alguien, pero claro, mi amigo se fue hace tiempo con su amor. Tengo el alma en amargura, voy a tirar la toalla. Al fin y al cabo ya no queda nada.

Aún así por favor, deja que te hable, deja que te cuente como me duele. Y recuérdame ahora que ya decidiste ir con él, y que pase lo que pase, aunque a mí me toque perder.

Y bueno no hace falta que huyas. Porque vayas donde vayas se que no voy a perseguirte. Si amas algo déjalo en libertad.

Sólo quiero un regalo: volver a ver tu sonrisa. Porque para mi es lo más grande y más bonito que he visto. Me doy cuenta de que a veces no vale la pena enfadarme por nada. Unas veces se gana y otras se pierde, pero la vida sigue.