Capítulo 18.

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Nadie decía nada. William seguía en shock, incapaz de creer que su difunta madre siguiera viva. Katia y Olivia no entendían nada y Duke observaba a su compañero de habitación por si éste tenía otro ataque de ansiedad.

– No es posible... —Consiguió decir el muchacho, parpadeando repetidamente— Estás...

– ¿Muerta? —Respondió la mujer, mostrando unos afilados colmillos— Técnicamente, sí. Solo que no.

– Eres un vampiro. Pero, ¿cómo? Te suicidaste...

– Fui convertida intentando protegeros, Will. Un vampiro vino a por ti y, cuando me convertí... Decidí que lo mejor sería fingir mi muerte...

– ¿¡Cómo has podido engañarnos todo este tiempo!? —Exclamó William, haciendo levitar a la mujer— ¡Papá lloró cada noche por perderte! ¡Yo lloré todas y cada una de esas noches! 

– William, yo...

– ¡No quiero oírlo! ¡Motus

La mujer salió disparada a la pared varios metros hacia atrás. Beau usó sus poderes, para rescatar a la vampiresa, la cual miraba a su hijo con sorpresa en los ojos. No se esperaba que la apartara de esa forma. No esperaba que controlara tan bien sus poderes. William estiró la mano a la pared junto las escaleras, sin apartar la mirada de su madre y sus padrinos. 

Revelare abscondita ianuam

– ¡Espera, William! —Exclamó Karen— Antes de entrar ahí... Deberías escuchar las respuestas de Delia.

– No tengo tiempo, Karen. Raven Lovelace está en peligro...

Y dicho eso, tanto William como sus amigos corrieron hacia la entrada escondida. La pared frente a los ángeles se volvió a cerrar, incomunicando a los que habían decidido entrar a los pasadizos subterráneos.

– Tened cuidado. Saben que estamos aquí...

– Veo que Marie sigue siendo incapaz de hacer algo bien... —Dijo una siniestra voz masculina, bastante familiar— Tenía que drogar a Raven para bloquear sus poderes, pero no. ¡Qué incompetente!

– Peter. —Sentenció Olivia, colocándose en pose de defensa.

– No lo intentes... Seguimos en la Academia. Los bloqueadores aún os afectan.

– A mí no me afectan. —Sentenció Duke, absorbiendo el material de la pared.

– Es una suerte que a mi tampoco... —Sentenció William, mirando a sus amigas— Reserare potentia. —El muchacho miró a Duke, asintiendo con la cabeza— Salvad a Raven.

Tanto Olivia como Katia comenzaron a brillar, sintiendo como sus poderes se liberaban de los bloqueadores. Peter, quien se tapaba los ojos para no cegarse, fue sujetado por William, quien se teletransportó al bosque.

– Prefiero los espacios abiertos... —Comentó William, haciendo que Peter se destapara los ojos— ¿Tú no?

– Así es más fácil matar... —Comentó el vampiro, corriendo a por el brujo, quien estiró el brazo.

Duke, Olivia y Katia veían a Peter y a William desaparecer. Dándose cuenta de lo que el muchacho le había dicho a su compañero de habitación, los tres continuaron hacia delante. Por otro lado, el vampiro sentía un estridente sonido en su cabeza. William le estaba causando derrames cerebrales, los cuales hicieron que Peter se arrodillara. 

El híbrido usó su mano libre para crear una fuerte ráfaga, que hizo volar a Peter contra los árboles de la zona. Nada más tocar el suelo, el vampiro corrió a por William, quien desapareció, esquivando el puñetazo de Peter. El muchacho apareció detrás del vampiro, y volvió a lanzarlo, con el mismo conjuro, una y otra vez hasta que el árbol que recibía los golpes no pudo más, partiéndose en dos. Los ojos de William se volvieron de un azul marino, mostrando sus alas blancas.

Tras La Puerta Del Infierno [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora