Maratón 1/3

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Narra Ross:

Mi corazón palpitaba rápidamente en mi pecho mientras los ojos comenzaban a humedecerse, mas sin embargo no lloraría. No me mostraría débil ante nadie, no ahora cuando mis debilidades me estaban haciendo una mala jugada.

- ¿Ross? - la voz de Rydel sonó por el vacío apartamento, haciéndome caer a la tierra. -¿Estás bien? - preguntó y pude  escuchar sus pasos acercarse hacia mí.

- Eso es lo que yo me pregunto- dije  en voz baja y en un cerrar y abrir de ojos me encontraba saliendo del apartamento cerrando de un portazo la puerta.

Tenía que encontrarla, debía encontrarla.

Corrí por los pasillos sin detenerme, mientras esperanzado pedía encontrarla. Corrí hasta estar frente al edificio de apartamentos donde me detuve a buscarla por las afueras de este. Las gotas de lluvias comenzaron a descender desde el nublado cielo.

- ¡_____! - grité, pero nada pasó. - ¡_____! - volví a gritar en busca de la chica que hace mucho tiempo robó mi corazón y aún lo tiene consigo. 

Las personas que por allí pasaban ponían sus miradas sobre mí, pero ahora eso era lo menos que me importaba. Comencé a buscar por el estacionamiento, por los carros, por todos lados.

- ¡Ross! - todo se detuvo a mi alrededor y voltee rápidamente hacia la voz que me llamó. - Ella no está, ya se fue. - las palabras de Rydel me atravesaron el corazón por la mitad. Sus intenciones no fueron hacerme sufrir, pero sus palabras expresaron la verdad de lo que estaba sucediendo.

- Rydel...- bajé la cabeza y suspiré profundamente, mientras mis hombros decaían junto a lo poquito de felicidad que aún me quedaba. - ¿Qué debo hacer? - finalmente le pregunté mientras dirigía mi mirada a sus ojos tan parecidos a los míos.  Su labio inferior tembló y una lagrima cayó por su mejilla pero fue disimulada por las gotas de lluvia que por su cara caían.

- Primero entremos, ¿Si? - dijo y se abrazó a sí misma. Fue entonces que me fijé en que la lluvia había aumentado y ambos nos encontrábamos completamente mojados.

Asentí mientras retiraba el pelo mojado de mi cara y me acercaba a Rydel. Ella me miró y me dedicó un leve sonrisa para luego enrollar su brazo en el mío y juntos caminar nuevamente hacia el apartamento.

Al llegar al apartamento me di una ducha para poder quitarme la ropa mojada, al igual que Rydel. Cuando finalizamos nos sentamos los dos en el sofá de la pequeña sala.

- Ross, ¿Qué fue lo pasó? - preguntó suavemente Rydel.

- Ella...ella nunca me va a perdonar. - le dije sumido en mis pensamientos mientras me recostaba hacia atrás en el sofá.

- Ella lo hará Ross, solo tienes que darle tiempo. - explicó Rydel.

- Ya han pasado dos años, la llamé y nunca me contestó, trate de explicarle, trate de buscarla y nunca me dio una oportunidad. Ahora que la vuelvo a ver, pienso que me odia más de lo que ya lo hacía. - dije y pude sentir que mi voz se quebraba, por lo que carraspee para aclarar mi garganta.

- Eso no es odio, es dolor y rencor guardado durante tanto tiempo, que al verte todo esos sentimientos se alteraron y ella lo dejo salir todo. No puedes culparla por sentirse así. - las sabias palabras de Rydel cada vez me hacen sentir más mal conmigo mismo, me hacen ver la verdad ante mis ojos.

- ¿Qué debería hacer ahora? - digo sin encontrar salida a este laberinto oscuro de sentimientos encontrados.

- Solo dale tiempo, ella aún no se recupera por completo. Deja que sane y cuando sea oportuno vuelve a conquistar ese corazón dolido que tanto sufrió por ti. Hazle sentir todo el amor que sientes hacia ella, hazla ver que aún la amas y qué harías lo que fuera por recuperarla. - dijo y me dedicó una sonrisa mientras posaba su mano en mi hombro.

Una lagrima rebelde se escapó de mis ojos y sin pensarlo dos veces abracé a mi hermana, aquella que siempre ha estado para mí en las buenas y en las malas.

- Gracias, gracias por todo. Si no fuera por que tú me dijiste que ella estaba aquí, nunca la hubiese vuelto a ver, nunca hubiese vuelto a ver a _____. - dije y la abrace fuertemente contra mi cuerpo.

Comenzar de nuevo (Ross Lynch y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora