XI. Cambios

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Después de eso, decidí salir a dar una vuelta solo. Necesitaba despejarme durante un rato. He pasado por mucho hoy, no quiero más problemas con Mello o con Jet. Hablando de Jet... ha intentado violarme... cuando lo conocí, no era así. Nunca estuvo interesado en el amor.

De todas formas, tengo que resolver los dos problemas gordos que tengo por culpa de un mísero sentimiento llamado "celos". Tengo que evitar que Mello mate a Jet y que Jet intente violarme otra vez. Se acabó el pequeño y tierno Nate.

Aquí va a haber muchos cambios, tanto en mí como en ellos. Ni siquiera dejaré que me llamen "Nate", mi verdadero nombre es Nathan. Seré frío y cortante, como lo fui antes. Lo que siento por Mihael me ha cambiado, y va a haber otro cambio. Pero le seguiré amando.

Además, no entiendo porqué Jet está interesado en mí. Recuerdo que una vez me dijo que no tenía ninguna intención de enamorarse. Pero dijo que si llegaba a hacerlo, no pararía hasta que aquella persona fuera suya... ¿quiere decir que...?

Voy a sufrir intentos de violación, y seguramente también intentará chantajearme con contárselo al que yo quiero de verdad. Esto no va a ir nada bien.

Da igual. No pienso ceder ante un chico que ha perdido la cabeza. No dejaré que un imbécil me quite la virginidad a la fuerza. No conseguirá hacerme olvidar al chico al que quiero. No me cegará con sus caricias y palabras.

Fin de partida, Jack. Todavía tienes que completar el puzzle.

[...]

Ya pasaron dos días desde que decidí volver a ser yo mismo, el Near que siempre había sido frío y solitario.

Ahora siempre visto una chaqueta blanca debajo de una camiseta gris que ponía "Life is a game" en gris oscuro junto a unos vaqueros negros y unos zapatos casuales blancos. En plan, me la suda todo.
Ahora no hablo y estoy siempre solo, y cuando quiero contesto.

Mello me miraba en plan "WTF?", Jet sonreía mientras seguramente me miraba el culo y los demás actuaban como si no existiera. Y me daba igual.

Entré en clase y me senté al fondo de la clase. Como todo adolescente normal, saqué mi iPhone y me puse los auriculares. Me alejé del mundo mientras buscaba mis libros y los dejaba sobre la mesa.

Cuando entró el profesor, me quité los auriculares corriendo y los escondí junto al iPhone. Actúe como siempre, respondiendo las preguntas y resolviendo cada problema que nos pedía.

Durante el descanso de media hora, estuve recostado contra el tronco de un árbol con los ojos cerrados y con los auriculares puestos. Ignoraba a todos, como lo había hecho siempre. Había olvidado el ser así, lo echaba de menos.

-Eh, tú.

Vi a tres chicos de unos quince años que me miraban, y no parecían muy contentos. Parecían los típicos matones de instituto que quieren darle una paliza al chico normal que nunca escucha a nadie.

Me quité los auriculares dejándolos sobre mis hombros y miré a aquellos chicos.

-¿Qué? -dije sin preocupaciones.

-Si pretendes ser el chulito de este centro -dijo uno-, lo llevas claro. Aquí mandamos nosotros.

-¿Perdéis saliva y desaprovecháis vuestro tiempo con esto? Tsk, qué estúpidos sois.

-¿Qué nos has llamado, pelusa de mierda? -otro que me llama pelusa.

Se acercaron a mí y yo sonreí. Me incorporé y cerré los ojos. Uno de ellos intentó darme un puñetazo, lo esquivé y le di yo un golpe en la cara. Se me lanzó otro que intentó darme una patada en la cara. Paré su pierna y le empujé haciendo que cayera encima del tercero.

Cuando volví a abrir los ojos había muchos niños mirándonos sorprendidos, especialmente a mí. Mello y Jet me miraban algo extrañados, apuesto mi nuevo yo a que no se lo esperaban.

Entre murmullos e intercambios de miradas, me hice paso entre la multitud aún con la sonrisa pintada en mi cara.

[...]

Aquella noche vinieron a verme mis dos colegas, Mello y Matt, que dijeron que querían hablar acerca de lo sucedido en el descanso. Me habían castigado, a mí. No está tan mal ser guay por una vez.

Estábamos es mi cuarto, yo estaba con la misma ropa sentado en mi cama y ellos dos en el suelo. Me hicieron preguntas que yo respondí amablemente mientras reía sin mirarles a la cara.

Mello se levantó y se sentó a mi lado en la cama. Me quitó la chaqueta y metió su mano debajo de mi camiseta. Me revolví entre sus brazos mientras me sonrojaba.

-Mello... aaah... ahora no... ¿Vas a hacerme esto... delante de tu mejor amigo...?

-Perro, vete -dijo sin dejar de acariciarme.

-No, yo como si no estuviera -dijo el pelirrojo-. Es broma.

-¡Que te vayas, coño!

Matt rió y salió de la habitación antes de cerrar la puerta. Fue entonces cuando Mello me bajó la manga de la camiseta y empezó a besar mi hombro. Yo me encogí un poco, su fría lengua subió hasta llegar a mi cuello. Lo besó y mordió sin piedad, que me hizo soltar algún que otro quejido de dolor.

-Me vuelves loco, Nate...

-No me llames... aaah... Nate... me llamo Nathan...

-Está bien, Nathan... gime para mí...

Me sacó la camiseta y acarició mi pecho con sus frías manos. Yo le desabroché su camisa negra y rodeé su cuello con mis brazos. Lo acerqué más a mí y le besé en los labios. Él me siguió el beso y él puso sus brazos a los costados de mi cabeza.

Nos separamos por falta de aire y él bajó sus besos de nuevo. Dejó varias marcas de sus dientes en mi cuello hasta bajar a mis pezones. Los chupó, yo gemí y le dejé bajar hasta mi blanco abdomen.

-Mihael... -suspiré.

Me bajó los vaqueros hasta dejarme en ropa interior. Él se quitó la camisa y los pantalones, y se me volvió a poner encima. Bajó mis bóxer y metió un dedo en mi entrada. Grité.

-D-Duele...

-Tranquilo, no te pasará nada.

Me besó para tranquilizarme y metió el segundo dedo. No pude gritar con sus labios sobre los míos, pero se separó de mí cuando metió el último. Jadeando, se dejó caer a mi lado.

-Te quiero, Nathan -le oí decir antes de quedarme dormido.

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Lemmon un poco corto, pero esto es sólo el principio. Habrá más, ni me matéis.

Nos vemos!! ♥

{K-chan}

Negro & Blanco [Death Note (MelloxNear) Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora