Hacía una semana ya que llevaba estudiando en casa y yendo a trabajar a la oficina de mi mamá. Era realmente aburrido. El jefe de mi mamá al contrario de un montón de historias que he leído no es joven y atractivo, tampoco un hombre mayor agradable, ni algo similar, no. En cambio es un tipo de unos cuarenta años amargado, todos los días está enojado, y siempre me pide millonada de cosas, es simplemente un viejo amargado.
-¡Cleveland! -me llamó por trigésima vez en tres hora.
-¿Si? -pregunté entrando a su oficina.
-Organiza una reunión con los abogados para el martes a la nueve quince de la mañana y diles que exijo puntualidad -ordenó.
-Qué raro, exigiendo cosas -dije entre dientes.
-¿Qué dijo?
-Que, qué raro que usted exija cosas -repetí.
-¿No tienes respeto por la autoridad? -bramó.
-¿A usted qué le parece? -ataqué.
-Me parece que eres una niñata malcriada acostumbrada a conseguir lo que quiere, que no respeta a los mayores ni a la autoridad ¿Me equivoco? -elevó una ceja.
-Por el contrario, no soy una niñata malcriada, consigo lo que quiero eso es cierto pero solo porque hago lo necesario por conseguirlo. A diferencia de usted señor Cowell, soy auto suficiente y no necesito que nadie haga las cosas por mí o que me las den ya hechas. -le guiñé el ojo y salí de su oficina antes de que pudiese contestar.
Me senté en mi escritorio y busqué el número de los abogados.
-Abogados California y Asociados ¿Con quién hablo? -dijo una chica.
-Hablo de Golden Enterprises Malibu, ¿Estará el señor mm.. Jordan? -respondí.
-¿Alyssa?
-Si.
-¿Sigues ahí? Creí que te habían despedido ya.
-¿Quién eres?
-Soy Sophia, has hablado conmigo hace unos días -respondió la chica.
-Oh, cierto lo lamento. Sí, sigo aquí aún no logro que me despidan aunque ya lo lograré.
-Suerte con eso.
-Gracias. Ahora ¿estará por ahí el señor Jordan?
-Sí, ya te lo paso.
Organicé la reunión y luego corté. Mi trabajo es realmente aburrido. Necesitaba un respiro.
Llegué a mi casa muy cansada, esperaba ansiosa la hora de cenar. Pero como días anteriores, mi madre tampoco había cocinado nada. Subí molesta a mi habitación, esto ya es el colmo. Cuando ella llegaba tarde del trabajo yo si tenía su cena hecha ¿y ella no puede hacer lo mismo por mí? Hasta aquí.
Marqué el número de Natasha y esperé a que contestara.
-¿Qué sucede? -preguntó al atender.
-¿Estáis ocupados? -pregunté.
-Estamos a una calle de tu casa -respondió.
-Bien, la puerta está abierta. No hagáis ruido.
-Está bien, adiós.
-Adiós.
Luego de cinco largos minutos mis dos mejores amigos entraron a mi casa.
-¿Qué tal? -les pregunté en cuanto los vi.
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Guerra en el colegio Real
Fiksi Penggemar¿Se imaginan pasar de vivir tranquila en una casa normal, a tener que ir a Londres con tu padre e ir a una escuela donde van Príncipes y Princesas? Sí, eso me sucedió a mí. Digamos que no soy una chica con un excelente comportamiento y mi madre cre...