Capítulo 9

81 10 0
                                    

Los guardias no llevan a mí y a Bayard por infinitos pasillos hasta salir por la puerta principal.
Me pareció raro que no nos lleven al calabozo que supuse que tendría la reina oscura en su castillo.

-¿A donde nos llevan?- pregunto.

El guardia que me lleva del brazo se vuelve a mirarme pero no me dice nada.

Legamos a un roble gigante y al parecer, bastante viejo. Al lado del árbol hay un agujero que parece no tener fondo. Me hace acordar a... ¡¡es el mismo pozo por el que entré al país de las maravillas!! estoy segura de que no es el verdadero, que solo es una copia exacta del lugar. Si hubieramos subido otra vez a la superficie, tendríamos que haber tomado alguna posión o algún líquido con poderes sobrenaturales, pero no fue así

-¿Esto se supone que es donde nos van a ence...- no llego a terminar la pregunta que un guardia me empuja al pozo... a mí y a Bayard.

Caemos sin decir palabra, yo mantengo los ojos cerrados hasta que llegamos al fondo. No caemos en un sofá del mismo color que mi vestido, si no que en una bañadera llena de agua. No era una bañadera común, si no una extremadamente profunda, como para que alguien no se mate con el golpe al caer desde mas o menos un kilómetro de distancia.

El sabueso y yo salimos de la bañadera y esperamos unos minutos hasta que se nos acostumbran los ojos a la nítida luz de un foco amarillento. Cuando podemos ver mejor, recorremos la habitación con la mirada. Es la misma habitación en la que me encuentro después de terminar de caer del verdadero pozo, solo que esta vez no hay puertas grandes, solo una pequeña puertita de madera color blanca. Al lado de esta puerta hay una bolita de tul también blanca. Me acerco un poco más. Tardo unos cuandos segundos en darme cuenta de que es la Reina Blanaca con su largo vestido de tul y que me hace señas. Me agacho aún más.

-Comé uno de esos pastelitos- señala un ricón de la habitación en el que no me había fijado. Este está lleno de pastelitos -así vamos a poder hablar más cómodamente- dice con una sonrisa.

Agarro uno de los pequeños pasteles del montoncito y le pego un mordisco. Le doy el resto a Bayard y comenzamos a achicarnos a la vez. Cuando alcanzamos el mismo tamano que la reina, nos acercamos a ella.

-Tengo la llave de la puerta, pero esta también está asegurada por un acertijo que tenemos que resolver- explica ella -escuchen.

-Son ocho y todo el mundo Los quiere explorar, Si quieres saberlo Su nombre tendrás que recordar- la adivinanza salió directamente de la boca de la puerta.


-Hace dos semanas, mas o menos, que estoy encerrada acá y hasta ahora no pude adivinar el acertijo.

-Está bien. Dijo que son ocho. Que todos los quieren explorar, es decir, que nadie los ah explorado todavía y que tenemos que recordar todos y cada uno de sus nombres- digo

Todos nos quedamos en silencio, mirando al suelo, pensativos.

Después de cuarenta minutos, se me ocurre la respuesta:

-¡Los planetas!

-¿Qué cosa?- dicen Bayard y la Reina Blanca al unísono.

-Los planetas. Mundos todavía inexplorados. Son exactamente ocho.

-No sabíamos que había más mundos- dice la reina.

-¡Al fin! Algo que yo sé y ustedes no- digo riendome -tenemos que nombrarloas a cada uno por su nombre.

Esto no es difícil. Lo estudié en el colegio.

-La Tierra, Marte, Júpiter, Venus, Neptuno, Urano, Mercurio, Saturno- suelto.

-Que nombres tan raros- exclama la reina. Sonrío.

La puerta se abre y subimos unas escalinatas hasta llegar a la superficie del pozo. Al salir vemos a un grupo de damas-guardias pasar frente nuestro aunque no nos ven.

-Se dirigen al palacio de mi hermana- dice la Reina Blanca.


-

La Reina Oscura (Alicia en el país de las maravillas 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora