-Tengo una idea- exclama Bayard, que está sentado al lado mío.
Nos tuvimos que esconder, rápidamente, detrás de unas cortinas rojas, opacas, después de ver la escena de nuestros amigos arrinconados por guardias con forma de dama. Detrás de esas inmensas cortinas nunca nos verían... eso espero.
-¿Qué tenés en mente?- pregunto.
-Esperen- después de decir eso, el sabueso comienza a aullar. De repente se escucha un estruendoso ruido de cosas cayéndose y rompiéndose al estrellarse contra el suelo. Luego, un rugido.
-¿El Zamarrajo? - pregunta La Reina Blanca sorprendida.
-Así es- dice el perro. Yo sonrío, aliviada. Con esta bestia de nuestro lado no hay nada que nos pueda vencer.
Me levanto y salgo de nuestro escondite. Diviso al Zamarrajo y le chiflo. Este levanta la cabeza y me mira fijamente a los ojos, luego corre hacia mí y me da un lengüetazo en la mejilla derecha.
-¿Cómo estás, grandote? Es mejor que nos apuremos, en cualquier momento estos soldados van a terminar con nuestros amigos y no queremos eso ¿no? ¡vamos!- me monto a él y este empieza a correr rápidamente hacia los guardias que amenazan a todas esas criaturas inocentes.
El Zamarrajo llega hasta los soldados y les ruge a todos a dos centímetros de sus caras pintadas de blanco. Estos terminan llenos de saliva y con terror en sus ojos, pero no dejan de apuntar a la bestia con sus espadas. No creo que tengan la intención de atacarlo, solo quedaron en shock y no pueden mover ninguna de sus extremidades.
El sombrerero, en medio de un tumulto de animales parlantes, me sonríe. Me pareció haberlo visto bastante alterado antes de que el Zamarrajo llegase. Estaba apuntando a un guardia con un cuchillo y gritando cosas que seguramente nadie entendió. Luego no sé lo que pasó porque me tuve que esconder, supongo que le lanzó su afilado objeto en la mano o el brazo al guardia, sé que no es capaz de matar a nadie.
Cuando dejo mis pensamientos, me doy cuenta de ya no hay guardias... al menos donde se encontraban hace dos minutos, si no que ahora ellos están arrinconados por todos los animales a los que estaban amenazando anteriormente. Me bajo de mi gigante amigo y me dirijo al sombrerero, este me abraza por un largo rato y cuando me suelta dice:
-Gracias
-Menos mal que estoy yo para controlarte- él me sonríe por segunda vez.
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La Reina Oscura (Alicia en el país de las maravillas 2)
FantasíaDespués de la batalla de Alicia en el país de las maravillas, ella se vuelve a cruzar con el conejo blanco más apurado que nunca. Alicia sorprendida lo sigue hasta el pozo donde hace ya 1 año cayó. Después de entrar por la pequeña puerta parlante c...