Adoptando la lujuria de Lamia

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Aléndri necesita que alguien maquille a Alexa, ya que sus tips de belleza no son tan eficientes como lo creía, ese día todos se encontraban ahí en la casa, desde Drake hasta Mauritánia, todos iban a celebrar el cumpleaños número 10 de Alexa, aunque no había ninguna fecha establecida, pero Aléndri lo había planeado así por el ruego de Alexa, los niños demonio estaban afuera sobrevolando en el jardín, los únicos que no estaban presentes eran Liam y Damián, a Liam le tocó trabajar en el departamento policial, y Damián se había ido sin dejar rastro hace diez días, por ende todos los seres que se encontraban en la casa eran demonios, Alexa entró a la casa volando a toda velocidad, se posicionó frente a su madre quien estaba sentada en el sillón, tenía las piernas cruzadas y estaba leyendo una revista de vogue, aléndri la vió con un poco de enojo.

—¿Qué te he dicho sobre volar dentro de la casa? —Aléndri la regañó por septuagésima vez.

—Ok —Alexa retrajo las alas y bajó lentamente, tenía puesta una falda corta con una licra roja, Aléndri se lo permitió ese día, ya que ahí no había ni un solo humano presente, alexa dió un brinco y sentó en las piernas de su madre.

—¡Ouch oye!, ¡pesas demasiado pristina! —se quejó Aléndri, Alexa la abrazó por el cuello.

—¿A qué hora me vas a maquillar mamá? —preguntó con curiosidad.

—Los súcubos no necesitamos maquillajes nunca, ¿lo recuerdas? —Aléndri lo decía porque sus tips de belleza nunca eran bien recibidos por Alexa.

—Prefieres que me vea bonita, o que me vea así —Alexa mostró sus cuernos bioluminiscentes y cambió su rostro a uno horrible y oscuro, con los dientes grandes y afilados, le gruñó a Aléndri y luego volvió a su rostro normal.

—Ya te dije que no necesitamos maquillaje —replicó Aléndri.

—¿Entonces porque Christine sí lo usa todo el tiempo? —preguntó estresada.

—Ella exagera mucho, es el demonio de la lujuria, pero...ahora que lo recuerdo, ella puede ayudarte con eso del maquillaje, ve y dile que te ayude esta vez —Aléndri le subió la falda sobre la pierna derecha, vió que su licra era de color rojo, algo inusual en ella.

—¿Licra roja? —preguntó dudosa.

—Sí, los niños demonio dicen que así me veo más sexi —Alexa le sonrió e hizo sus ojos en color rojo.

—Está bien, ve con christine —le dijo tomando la revista de nuevo.

Alexa levitó y luego desplegó sus alas, salió como un cohete por la puerta en busca de Christine, la encontró conversando con Adrién bajo un árbol, le dijo que por favor fuera con ella a su habitación, aleteaba alegre frente a ambas abominaciones, le movía el cabello de tres colores a Christine, quien aceptó ir con ella, la bella demonio tomó su mano y Alexa la teletransportó hacia su habitación.

—Quiero que me maquilles para cuando comience mi fiesta —le dijo de forma felíz y alegre.

—Está bien pequeña Seddim, sentémonos —Christine le pidió que se sentaran frente a su espejo.

Alexa jaló ambas sillas y se sentaron juntas muy cerca, Christine le pidió que sacara todos los cosméticos que tuviese, Alexa abrió la gaveta y sacó alrededor de diez sombras, veinte delineadores y más de quince pintalabios de diferentes colores, Christine le pidió que tomara primero los delineadores, le dijo que hiciera los movimientos que ella hacía, luego de hacerlo Alexa la vió y sacó su lengua de serpiente mientras la movía de arriba hacia abajo, Christine rió y le mostró su lengua de la misma forma, Alexa rió y continuó haciendo lo que Christine le decía, al cabo de dos horas Alexa ya se encontraba totalmente maquillada, bajaron por las gradas mientras se veían la una a la otra, Christine esperaba que su obra de arte le gustase a Aléndri, de otra forma se iba a ver sumida en un grave problema, Aléndri la vió venir y sonrió.

—Y bien, ¿qué le parece mi obra de arte sus majestad? —Christine le acarició el cabello a Alexa.

—Te ves bellisima Alraune, ven aquí ahora —Aléndri la abrazó al tiempo que le daba un beso en la boca, Alexa se había acostumbrado a hacerlo por afecto de su madre, los súcubos actuaban de esa forma en ocasiones.

—Ya está listo el pastel —dijo Susan detrás de aléndri con el pastel en sus manos, aléndri le pidió a Alexa que llamara a todos los demás.

Alexa voló hacia afuera y voló entre todos los presentes, abrazó a Abrahell por el cuello y la teletransportó hacia la sala, todos entraron a la casa empujándose entre sí, Francis, Lucy, Adrién, Andrew, Elizabeth, Maly, Drake, Lilith, Aradia y todos los niños demonio, cuando ya estaban todos juntos, Susan ordenó apagar todas las luces, Maly lo hizo solamente chasqueando sus dedos, todos los presentes hicieron brillar sus ojos en color rojo, había 6 candelas grandes con las letras AASDPD, Aléndri se acercó a su hija y la abrazó.

—Pide un deseo mi amor —le dijo suavemente al oído.

—Los que tengan telepatía por favor no lean mi mente —dijo Alexa, todos rieron entre sí al mismo tiempo.

Alexa sopló la candela y la llama se hizo más grande, aún no podía controlar su aliento de dragón, luego de esto succionó la llama mientras el humo salía por sus orejas, Maly encendió la luz y todos aplaudieron, pudieron escuchar cuando la patrulla de Liam se estacionó en el garage, todos comenzaron a actuar como humanos mientras esperaban el arribo de Liam, quien llegó a la sala con una caja grande y un lazo sujetando esta, Alexa se abalanzó sobre él y lo abrazó, le dio el regalo y Alexa lo abrió de inmediato, era un traje de princesa color rosado brillante, todos los demonios presentes veían a liam como una presa, deseaban tanto devorar su alma pura y limpia, pero Aléndri se metió en la mente de todos y les dijo que se tranquilizaran, en un movimiento muy rápido Aradia cortó el pastel, dejándolo solamente para que se pudiese agarrar y comer, Susan ya tenía los platos listos para servirlo, comenzó a hacerlo mientras Alexa se ponía el vestido, abrazó de nuevo a su abuelo y le dió un beso en el pómulo derecho.

Alexa DartkenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora