Fin de la inocencia

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Alexa está comenzando a tener ciertos cambios hormonales, tanto en su vida de demonio como en su lado humano, ya no quiere seguir jugando con niños humanos, solo quiere estar con los Sátani lucenti, en ella está naciendo la necesidad por matar a una persona y devorar su alma, tal y como lo hacen todos los demonios para alimentarse, pero Alexa necesita encontrar a una niña de su edad para poder hacerlo, por su lado humano Alexa ya estaba necesitando pasar más tiempo con su padre, sentir sus brazos cuando la estrujaran con fuerza, y su voz susurrandole cosas al oído, después de todo Alexa ya tenía 10 años, y le hacía mucha falta el cariño de su padre para poder estar bien, Alexa se encontraba sentada en las piernas de Lucy, veía un video gracioso de Youtube en su celular, Aléndri no se encontraba esa tarde en su casa, había salido a hacer unos mandados al centro de Allentown, Alexa salió de la aplicación y bloqueó el celular, giró la mirada hacia Lucy y recostó su cabeza en su pecho.

—¿Por qué tienes esa cara princesa hermosa? —preguntó Lucy al ver la tristeza en el rostro de Alexa, no era común ver a un demonio de su clase teniendo un recaimiento así.

—Tía Lucy, ¿Tú sabes cuando va a volver mi papá? —preguntó a punto de dejar salir sus lágrimas de lava, Lucy ya se dió cuenta por qué era que ella estaba así.

—Ay muñeca bella, te aseguro que no tengo ni la menor idea, pero sé que pronto volverá —Lucy acariciaba su largo cabello negro, Alexa tomó una parte de su cabello rojo y se lo puso en su rostro.

—¿Lo extrañas? —le preguntó Lucy.

—Sí, lo extraño mucho, quiero volverlo a abrazar, y estar entre sus brazos, e ir a recorrer el cielo juntos —Alexa lloró por un momento, en realidad sí le hacía mucha falta su padre, para que Damián volviera, primero tenía que ganar la guerra de los tres hermanos.

—Tranquila pequeña Pristina, tal vez él pronto... —Lucy comenzó a sentir una presencia verdaderamente sombría y malvada, todo el ambiente se puso oscuro y el cielo cambió a color gris, la legítima maldad pura, en la acera un hombre se encontraba de pie, estaba vestido totalmente de negro, observaba fijamente hacia la puerta de la casa de aléndri, Alexa levantó la cabeza y vió hacia la puerta con asombro.

—¿Papá? —dijo bajando de las piernas de Lucy, saltó hacia hacia la entrada y abrió la puerta rápidamente.

—Alexa espera —le dijo Lucy detrás suyo.

Alexa vió en la acera la figura de su padre, le dió tanta felicidad verlo ahí de pie, que no soportó las ganas de desplegar sus alas y volar hacia él, lo hizo con los brazos abiertos invirtiendo mucha fuerza y velocidad, tanta que el impacto lo empujó hacia atrás dando vueltas con ella en el aire, tanto fue así que tuvo que desplegar sus alas para poder frenar.

—¡Papá!, ¡papito hermoso te extrañé mucho!, ¡te quiero mucho papá!, ¡estoy tan feliz de volverte a ver! —decía Alexa entre sus brazos con voz quebrada.

—Mi princesa hermosa, pero cuanto has crecido mi pequeña demonio —Damián la abrazó con fuerza, a él también le hacía mucha falta verla, empezó a caminar con ella en sus brazos hacia la casa, Belial estaba de regreso en Allentown.

Lucy salió para ver el reencuentro, tenía que cuidar a Alexa en todo momento, la niña no se soltaba de sus brazos ni un segundo, los gestos con Damián eran diferentes que cuando estaba con Aléndri, a él no lo besaba en la boca nunca, lo tenía completamente prohibido, solo le daba un beso en el pómulo y listo.

—Su majestad Belhor, que bueno verlo de nuevo, ¿Cómo le fue en la guerra? —ambos se quedaron fuera de la casa un momento.

—Conseguí una nueva victoria, seguiré siendo el príncipe del infierno por otros...diez mil años más —Damián acarició el cabello liso de su hija.

Alexa DartkenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora