-¿Que acaso no lo entiendes, Klaus?-grito exasperada.-¡Jamás estaré contigo!
El rubio había aguantado tantos rechazos de parte de ella, que esta vez estaba cansado, listo, ya no le diría nada a Caroline, no insistiría. Se había rendido.
-Sabes algo, Caroline, quizás no lo sepas, pero yo no he apagado mi humanidad, esta sigue en pie y estoy cansado.
Caroline no entendía a que se refería y eso la exasperaba más.
-¡Klaus tu me confundes!-gritó por fin.
-Lo siento, Caroline, pero no puedo hacer esto, ya no mas.
-¿A que te refieres?-Caroline jamás había visto eso, Klaus rindiéndose por su relación. Era literalmente increíble.
-¡Tengo sentimientos también!-gritó haciendo que Caroline diera un paso para atrás.- Cada vez que me rechazas siento una puñalada en el corazón y quizás lo disimule bien, pero el sentimiento sigue ahí. Tu me dueles. Y ya no puedo soportarlo.- y se fue.
Caroline dudo de sus palabras y solo siguió su camino, ya que después de todo, el siempre regresaba.
Pasaron meses y no volvió a escuchar de el.
Caroline siempre había oído de la frase "Solo sabes que lo amas cuando lo dejas ir" pero por primera vez la había comprendido del todo.
Aunque ella lo negara, extrañaba a Klaus mas que nadie, extrañaba sus coqueteos, sus hermosas palabras describiéndola como siempre le hubiera gustado que alguien le diga, su voz, sus románticos dibujos de ella acompañado de las cartas con vestidos y hasta sus tentadoras ofertas de ir con el, por el mundo y descubrirlo juntos.
Extrañaba todo de el, y el tiempo pasaba y ella solo no se atrevía a buscarlo.
Y así fue. Ella perdió a la única persona en el mundo que logro valorarla por lo que en realidad era.
Jamás encontró a alguien como el y todos los días se lamentaba no haberlo ido a buscar cuando era el tiempo, o quizás solo no haber dejado que se vaya.
Pero ella no podía hacerlo y pago las consecuencias.