" Anyone never is going to be like her"

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Las lagrimas de aquella chica caían una tras la otra, Klaus se encontraba sentado delante de ella, porque, quizás sea verdad lo que dijo, pero no le gustaba verla mal.

-¡¿Por que no me amas como la amas a ella?!

-Lo siento Camille, pero le hice una promesa.

-¿Una promesa?-musitó limpiándose las lagrimas.

-Yo sería su último amor, no importaba el tiempo que cueste.

-¿Vas a cumplirlo? ¿Todavía cumplirás esa promesa?

Klaus se levanto llevando el ultimo trago de alcohol a su boca y dejando el vaso sobre la mesa ratona.

-Yo siempre cumplo con mi palabra.

Comenzó a dirigirse a la puerta, pero Camille trató de pararlo.

-No hace falta si no la amas, Klaus.-tomo una de sus manos.

-Ese es el problema, Camille, si la amo y siempre la amaré.-soltó la mano bruscamente.

Se limito a pasar la puerta, sin importar lo que Camille vaya a ser, había agarrado un cariño especial, pero al paso del tiempo se dio cuenta que jamás seria ella.

Nadie jamas seria Caroline.

Que con solo pestañear ya daba vuelta su mundo. Que con solo suspirar ya lo volvía loco. Que con solo soltar una palabra el ya moría por besarle.

Solo ella había logrado ese efecto en el y sabia que había prometido no volver jamás, pero necesitaba decirle, necesitaba decirle que la amaba, aunque ella no lo quiera volver a ver.

Agarro sus cosas y se dirigió a Mystic Falls.

Porque ella no lo sabia. Él le había dado todos los indicios, todo lo que hizo indicaba que le amaba, pero jamas se lo había dicho y lo había practicado.

Si.

Se sentía como un tonto, pero lo había practicado.

Él vuelo a Mystic Falls fue rápido.

Llevo sus cosas a un hotel cerca del pueblo y se dirigió decidido hasta allí.

Al cruzar la frontera sintió algo extraño, como una leve puntada en él pecho.

Algo pasaba.

Algo pasaba con Caroline.

Corrió por él primer sendero del bosque, donde sus instintos marcaban.

Escucho forcejeo, como si se tratara de alguien tratando de escapar, solo pudo pensar en Caroline y que alguien estaba tratando de herirla, eso solo encendió su instinto asesino.

Corrió, rompiendo ramas, hojas y manchándose por el camino.

Llegó hasta un árbol donde paro en seco, silenciosamente.

Vio a diez hombres, uno con un rifle y el otro agarraba a la rubia, quien cansada seguía forcejeando débilmente, los demás se mantenían en los costados.

-Vas a pagar por todo lo que has hecho, maldita perra.-dijo el que le apuntaba.

Klaus salió de las hojas, se acerco a uno de lo hombres, y como un pedazo de poliestireno, le partió el cuello.

Fue haciendo eso de a uno.

El hombre que controlaba el arma comenzó a apuntar a todas las direcciones.

El que sostenía a Caroline se veía aterrorizado.

Mientras Caroline miraba para todas partes, tratando de ver de quien se trataba.

klaroline | one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora