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Ya habían pasado días desde su ultima encuentro con Sonic, aunque eso no le impedía seguir viéndolo, después de todo él sabia donde vivía su querido ojos verdes.

De hecho, en estos momento se encontraba sobre el marco de su ventana, observándolo dormir, le resultaba adorable ver como involuntariamente se llevaba el dedo pulgar a la boca. Bajo del marco de la ventana y se adentro a la habitación del ojos verdes, era espaciosa, con varios póster colgados a la pared, parecía que le gustaban las carreras.

Quiso acariciar aquellas púas mientras él dormía pero no podía, quería aguantar hasta que llegara el día en que el ojos verdes se lo pidiera voluntariamente, quería tener su permiso para hacerlo así como para también besarlo, hacerlo suyo únicamente y que ningún otro ser lo tocara a excepción de él.

Una vez que el reloj de mesa puesto en la cómoda máscara las dos de la madrugada, el ojos carmín se dispuso a salir por donde entro, quería que el ojos verdes despertara arrullado entre sus brazos y no esas frías sabanas.

Reprimió todos aquellos impulsos y salio por la ventana.

(...)

Un tenue rayo de luz despertó al ojos verdes, gruño para sus adentro como hacia cada mañana desde hace mucho tiempo, él siempre cerraba la ventana antes de irse a dormir, no lograba entender como es que la ventana siempre amanecida abierta y con las cortinas corridas, las cortinas era lo que más le molestaba, permitía que el sol le diera en toda la cara y lo despertara.

Él sabia que no pudo ser su madre ya que ella no vivía con él... además de que estaba muerta. Todo lo que hacia era fastidiar y darle intranquilidad al ojos verdes. Dejo abierta la ventana y bajo las escaleras hasta el comedor, aunque ya alguien se encontraba ahí, unos ojos ambar se asomaron por encima de la baranda.

— Buenos días, veo que despertarse — Hablo el ojos ambar mientras volvía a su función inicial de cocinar unas tostadas.

— Oye Silver, ¿tu abriste las cortinas de mi ventana? — Preguntó él mientras se sentaba en las sillas de la cocina, justo en frente de la baranda.

— Nop, no he entrado a tu habitación desde que llegue — Respondió el otro mientras le entregaba un plato con tostadas cubiertas en mantequilla, tomo una de su propio plato y se la llevó a la boca —  Madbd nsp...

— ¿Qué? — Pregunto él al no entender lo que había dicho su amigo, puesto que tenia la boca llena. El ojos ámbar trago lo que quedaba en su boca y hablo:

— Tal vez fuiste tu, mientras dormías o algo — Dijo con un tono muy despreocupado, todo lo contrario al ojos verdes, quien era un manojo leve de angustia.

El ojos ámbar miro a su amigo mientras este se llevaba una tostada a la boca, sin percatarse de que él lo estaba viendo. Aunque no lo demostraba no le agradaba ver a su amigo angustiado, era su amigo y debía protegerlo como su familia, aun cuando su corazón dijera otra cosa.

— ¿Qué te parece si salimos hoy en la noche? — Pregunto el ojos ámbar mientras le daba otro mordisco a su tostada. — Tal vez... Así se te olvida todo...

El ojos verdes asintió conforme con el albino, quizás así se despejaba su mente y dejaba de preocuparse tanto, pidió permiso para retirarse y se levanto de la mesa, no había despertado con mucho apetito, o al menos no antes de lo ocurrido con la ventana.

Subió las escaleras dirigiéndose hacia el cuarto de baño, el agua afloraría un poco sus penas. Por otra parte; bajo en la cocina se encontraba el albino pensando a donde podrían llevar a su amigo, realmente él quería ayudarlo, quería divertirse junto a él; después de todo por eso vino, para divertirse con él...

De repente un estruendo se hizo presente por toda la casa, al no escuchar algún tipo de comentario o queja de parte del ojos verdes, el albino subió con rapidez las escaleras, yendo directamente hacia el cuarto de su amigo, sin siquiera tocar antes abrió la puerta de golpe. Encontrándose con el vacío pleno de esta.

Pensó unos momentos y luego comenzó a correr en dirección al baño. Y repitiendo la misma acción entro al baño sin tocar, a penas puso un pie en la fría y mojada cerámica se resbalo, cayendo de pecho contra el piso. Aturdido por el golpe no se dio cuenta de que no era el único en el suelo...

€¥€¥¢¥¢¥

Hue hue hue, que les pareció? Me gusta dejar el suspenso 7u7 suspenso del bueno.

Bueno me despido, ¡comenten que les pareció! :D

Los quiere con todo su pie, yerianny

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