Misión 19: Un grupo de apoyo.

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Llevo aproximadamente 2 semanas de estar en la casa cuidando a Marco, ocultando mi dolor, mi ira, mi decepción. No he podido llorar, inclusive lo he intentado después de dormir a Marco pero es imposible. Simplemente me cansé. Wanda me invita a salir pero sólo le digo que no, lleva a Marco a comer un helado y a hacer las compras mientras yo paso observando mis fotos con Charles.

No se ha comunicado conmigo desde que desapareció y no creo que lo haga, no hay llamadas, no mensajes, no correos, nada. Es como si se lo hubiese tragado la tierra. Coulson no me da explicación, Max llama todos lo días pero no le contesto sólo le escribo en un mensaje diciéndole que estoy bien.

No tengo apetito pero Marco me hace comer. Él me mira con tristeza y me abraza. Debo sonreírle aunque por dentro me esté muriendo. Leo los correos de mi padre insistiendo que trabaje en la empresa como vicepresidenta pero no sé nada de eso. Pasa una semana más, veo que la ropa me empieza a quedar grande, debo detener ésta depresión.

Tengo que ser fuerte por mi pequeño. No quiero culpar a Charles pero él es el único responsable de mi estado. Me dispongo a terminar una lasagna de pollo y escucho el celular. Contesto mientras introduzco la bandeja en el horno.

-Hola?
-Prue?

Mi corazón se detiene, siento por un instante que la bandeja se resbala de mis manos y suelto el celular dejándolo caer mientras salvo la bandeja. Levanto el celular y contesto.

-Hola!?
-Hola, disculpa... (le dije muy tenue)
-Cómo estás?

Mi corazón se acelera, es Steve!

-Yo... yo estoy... bien, supongo. (hubo un silencio)
-Estás segura?

Pensé por un segundo mi respuesta, sabía que no estaba nada bien, Steve me había llamado por alguna razón y no era coincidencia. De seguro Wanda le habló de mi situación.

-Sí, lo estoy y tú? Qué tal?
-Bien, estoy libre hoy. Vengo de correr.
-Oh, pues eso es bueno. (otro silencio incómodo se hizo presente, deseaba decirle muchas cosas pero no era correcto.)
-Prue, quería saber si, no sé... podríamos vernos, tomar un café o no sé. Eso si tu quieres...

Me quedé en silencio, la verdad deseaba verlo, no sé si sería correcto pero era necesario. Quería hablar con él.

-Prue? Sigues ahí?
-Sí, que tal si nos vemos a las 2:00p.m en La Libertad?
-Perfecto!

Vestí a Marco, no quería decirle a dónde íbamos pero él insistía.

-Mami, iremos a ver mi papá?
-No, amor. Papá está muy lejos ahora. (me partía el alma ver a mi niño tan afligido, vi sus juguetes y me vino uno a idea)
-Entonces? Vamos a ver a mi abuelo?
-No... es una sorpresa.
-Puedo llevar mis juguetes?
-Algunos.
-Okay!

Marco corrió por su mochila y empacó varios.

-Lleva éste! (había tomado un juguete de Marco, era una réplica del escudo de Steve.)

Conduje hasta el sur de Manhattan, era extraño estar ahí después de casi un año. A Marco le encantó subir al ferry, había un par de gaviotas volando junto a éste. Al llegar Marco observó la estatua asombrado de su altura.

-Mamá cuanto mide esa señora?
-No lo sé hijo.
-Y por qué es tan alta?
-Mmm. Comió muchos vegetales cuando era pequeña.
-Debe estar cansada de tener la mano así. (Marco levantó la mano derecha y miró la estatua, yo reí al verlo)
-Sí, quizá.

Caminamos hacia la banca donde estaba Steve, antes de llegar hablé con Marco. Me incliné y lo vi a los ojos mientras acomodaba su ropa y su cabello.

Prue Halliwell: ValkyrjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora