Misión 38: Tierna abuelita

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Ben abrió la puerta y encontramos una acogedora casa con lo básico, había un dulce aroma a pastel o alguna repostería, al entrar una señora pequeña de ojos claros nos recibió, se secó sus manos en el delantal y sonrió amablemente.

-Bienvenidos! Están en su casa! (Había esperado que hablara italiano pero hablaba el inglés perfectamente)
-Gracias, señora! (Dije)

Ben nos presentó y de inmediato nos pasó al comedor, había café y jugó de naranja. Aunque habíamos desayunado en el hotel aceptamos merendar. Había pan fresco hecho por ella. Todo se veía delicioso y también sabía.

-Creo que tendré que levantarme más temprano para correr 10 kms más cuando vuelva a casa. (Steve exclamó)
-Eres un exagerado. (Le dije sonriendo mientras me llevaba un trozo de pastel a la boca)

La linda señora nos acogió en la casa e insistió que nos quedáramos a dormir para hablarme de mi madre. Ella me dijo que la apreciaba mucho y oraba a Dios para que dejara de trabajar en S.H.I.E.L.D. y se viniera a vivir a Italia con Ben. Más después de la pérdida de su esposo, se sentía muy sola pero eso no pasó.

Por la noche, la abuela de Ben se fue a dormir a la casa de su hermana para cedernos su habitación. Me había dado mucha pena pero la señora era un sol. Iba a pagar un hotel del pueblo pero ella dijo que se enojaría si lo hacía.

Después de la cena fui a lavar los platos mientras Steve amablemente me ayudaba a secarlos. Ambos estábamos en silencio, Steve tarareó una canción y yo reí al escucharlo.

Ben y Marco jugaban en la sala. Llevé a Marco a tomar un baño y luego yo también lo hice antes de dormir, Ben había llevado a Marco a su cama, ellos se entendían muy bien a la hora de dormir, eso me encantaba. Los vi quedarse dormidos, luego fui a la sala de estar y observé a Steve acomodar una almohada en el sofá, era incómodo, no quería que pasara otra mala noche por mi culpa. Me acerqué a él un poco.

-Si quieres puedes dormir en la cama, yo me acomodo mejor en el sofá.
-No, el sofá está bien.

Me abracé a sí misma, sentía un poco de frío.

-Bien... quiero agradecerte que nos acompañaras pero no era necesario, no quiero molestarte, Steve.
-Serán como unas pequeñas vacaciones. Además siempre quise venir a Italia a pasear. No sólo a misiones, ya sabes.

Vi el fuego de la chimenea, era débil, extendí mis manos y lo avivé un poco, Steve sonrió al verme.

-Es fantástico! (él se sentó en el sofá, yo me acerqué más al fuego)
-Sí? Te parece?

Él asintió. No podía negar que aún me gustaba, era tan apuesto y su dulzura... tenía ganas de abrazarlo. Lo había hecho los últimos meses pero habían sido abrazos de consuelo, como amigo. Eso era lo que era él para mí pero tenía deseos de rodearlo por la cintura y llevar mi oído a su pecho. Quería escuchar sus latidos y llenarme de su paz.

Llevé mi vista a Steve nuevamente, él seguía admirándome, sabía lo que me estaba pasando pero no quería aceptarlo. A quién quería engañar? Deseaba ir hasta él y besarlo. Era un impulso, mi amor por Charles se había mantenido pero me lastimaba, no quería sólo refugiarme en los brazos de Steve, sabía que sentía algo fuerte por él aún, había sido mi primer amor, jamás lo iba a olvidar, en cambio Charles, tenía un compromiso con él, lo había aceptado por amor. Había hecho un juramento de amarlo hasta la muerte... Tomé el collar con los anillos y los vi.

Había rechazado a Steve una vez. Que tonta había sido. Me di media vuelta y me dirigí a él. Pensé en que quizá era cierto, yo era igual que mi padre, una rompecorazones.

-Bien, si necesitas algo no dudes en decírmelo. (le dije)
-Claro! (él asintió y luego me dio una media luna en los labios)

Empecé a caminar a la habitación, al llegar a la puerta me volteé al sentir una presencia y lo vi ahí, detrás mío. Steve me tomó del rostro y me besó. No pude resistirme a sus dulces labios, me puse de puntillas y llevé mis manos a sus hombros. Él acunaba mi rostro con las suyas. Sentí por un momento ganas de llorar, luego pensé en apartarme pero simplemente me dejé llevar por su delicadez. Era Steve, sus besos eran inocentes y tiernos, sentía la necesidad de hacerlo. Él se apartó suavemente y negó con la cabeza.

-Lo siento, Prue! No debí hacerlo pero... no pude detenerme.

Lo vi a sus hermosos ojos color cielo, brillaban hermosamente. Yo asentí, luego lo tomé de las manos, lo halé a mi habitación y cerré la puerta. Estaba cometiendo un error pero sabía que sino lo hacía lo lamentaría todos los días de mi vida. Steve era demasiado correcto para mí.

Él llevó sus fuertes manos a mi cintura y me haló a su cuerpo mientras me besaba, era cálido en mi piel, lo deseaba, su aroma me trasladaba a nuestro primer beso en el refugio, nuestras pequeñas discusiones, nuestra primera vez... Steve me levantó en sus brazos para estar a su altura, yo rodee su cintura con mis piernas y me llevó a la pequeña cama mientras nos besábamos con pasión. Era una completa locura.

-Espera! No puedo hacerlo, Prue. (Steve se separó y luego me miró asustado)
-Por qué?
-No, no... no tengo protección... y además estás casada, estamos cometiendo un error al hacer esto!
-Steve... (me senté y abracé mis piernas, no sabía como decírselo) Que-quedé estéril luego de perder a nuestro bebé. (había llevado mi vista al suelo)
-Qué? (dijo confundido mientras se inclinaba para estar a mi altura)
-Oclusión de útero al cicatrizar... no puedo quedar embarazada.

Steve me veía impactado.

-Prue... (él negó con la cabeza, había dolor en su rostro)
-Por eso adopté a Marco, bueno y porque estaba huérfano, no podía abandonarlo, él es mi razón de vivir ahora.
-Lo siento! (Él dijo muy apenado) Yo tuve la culpa.
-Ambos y no me importa estar "casada". A Charles no lo detuvo eso al abandonarme a mí y a Marco hace más de 6 meses. No importa nada de eso ahora.
-Lo lamento tanto, Prue! No quiero que pase algo entre nosotros sintiendote así.
-Pensé que ya no sentía nada por ti, Steve, me di cuenta que no era así el día de la parrillada en mi casa. (hubo un silencio incómodo Steve se había sentado en el suelo) Sé que no puedes amar a dos personas al mismo tiempo pero me está pasando a mí, sufro por el amor de Charles pero sigo amándote a ti, no he podido olvidarte, Steve.

Él se veía destrozado, me bajé de la cama, me arrodillé, acaricié su mejilla y luego posé mis labios en los suyos, quería estar con él aunque estuviese mal. Me separé, él me vio a los ojos y suspiró, luego tomó mi mano para besarla. Me haló a su regazo y me habló al oído.

-Quiero estar contigo pero no me siento cómodo hacerlo en la cama de la tierna abuelita de tu hermano.

Reí, tomé su rostro y lo besé.

-Tienes razón.

Me puse en pie y me acosté con Steve en la cama, no íbamos a hacer nada sólo quería sentir su compañía, él me respetaba mucho. No me sentía como un objeto a su lado. Esa noche sólo nos besamos y nos miramos hasta que el sueño nos venció.

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