Misión 23: Tenía pesadillas.

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Vi a Wanda salir e irse, me sentía en shock, Charles había sido duro porque estaba celoso. Era un idiota, me sentía tan mal, tomé mi celular y le marqué a Steve.

-Hola? (Steve contestó y yo me quedé en silencio) Hola? Prue? Estás ahí? (titubeé un poco)
-Steve... (dije en un hilo de voz) Podrías venir?
-Pasa algo? Marco está bien?
-Te necesito!
-Estoy saliendo de la base, paso por mi apartamento y voy.
-Por favor! Ven pronto...

Me quedé en un estado casi inerte, no podía pensar en algo concreto. Todo me lastimaba, había soportado tanto dolor y oprimido mis lágrimas este tiempo que quería llorar pero no podía. Sabía que estaba siendo fuerte por Marco pero quién era fuerte por mí? Tomé mi anillo de bodas y lo mandé a volar. No quería saber nada de Charles.

Tiempo después escuché la motocicleta de Steve aparcarse frente a la casa. Abrí la puerta antes que tocase y me abalancé a su pecho. Él no dijo nada, sólo me estrujó en sus enormes brazos.

No sé cuanto tiempo estuvimos así, él preguntaba pero yo no le respondía nada, Steve me llevó al sofá y me vio a los ojos.

-Qué pasó mi pequeña?
-Charles...
-Qué pasó? Te hizo algo? Dónde está él?
-Me asesinó en vida, Steve. Se fue hace dos meses y nos abandonó.
-Qué? A qué te refieres?
-Ya no me ama. Ya no me ama.

Me apoyé en el pecho de Steve y por fin brotaron lágrimas de mis ojos. Él me tranquilizó frotando su pesada mano en mi espalda y hablándome al oído.

-Tranquila, mi pequeña! Yo estoy aquí contigo.

Entre llanto y palabras entre cortadas le conté todo a Steve, él me llevó a mi cama tiempo después, me había ayudado a recostarme, ya que, mi cabeza dolía iba a estallar. Había preparado un té de hierbas para relajarme y también consiguió un par de analgésicos.

-Duerme, Prue! Eso te hará bien.
Cuando Steve se acercó para cobijarme lo tomé del brazo y lo vi a los ojos.
-No te vayas.
-No es correcto, Prue!
-No me dejes sola, Steve, quédate a dormir ésta noche. Por favor! (le dije suplicante)

Steve me vio preocupado y luego asintió. Entró a la cama, él me acarició el cabello, lo vi a sus ojos, había tanto dolor en ellos, en parte era por mi culpa. Llevé mi cabeza a su pecho y él me abrazó tímido. Pensé en nuestro beso en la casa de Clint. Aquel que terminó en una hermosa paz mientras me apoyaba sobre su pecho. Me quedé dormida rápidamente y pude descansar bien después de tantas noches de desvelos.

Era muy temprano, los pensamientos de Charles iban y venían hiriéndome cada vez más. Sólo deseaba abrir mis ojos y pensar que todo fuera un sueño. Antes de abrirlos, recordé que Steve estaba a mi lado, su olor era inconfundible. Llevé mis ojos a su rostro, seguía dormido.

-Mi hermoso Steve. (susurré y lo abracé con fuerza)
-Mami! Qué hace el señor Capitán en tu cama?

Abrí grandes mis ojos, me separé de inmediato de Steve, él se despertó de golpe y vio a Marco en el umbral de la puerta. Yo me senté muy avergonzada, sentí mis mejillas arder. Steve se levantó algo aturdido y nos miramos a los ojos un poco incómodos.

-Papito dijo que ningún hombre podía dormir en tu cama, mami.
-Marco! Mi vida, ven aquí!

Que le decía a mi pequeño? Charles era un miserable por decirle eso a Marco. Mi niño subió y lo besé en la frente. Necesitaba explicarle que hacía Steve ahí pero no sabía cómo.

-Mira, mi amor. El tío Steve vino a cuidarme anoche.
-Por qué? Estabas enferma?
-Tenía pesadillas. Tu madre tenía pesadillas. (dijo Steve)
-Tuviste pesadillas, mami?
-Sí, mi pequeño! El tío Steve cuidó mi sueño como yo lo hago cuando tu tienes pesadillas.
-Bien. La próxima puedes decirme a mí. Yo te puedo cuidar. (dijo Marco con ternura)
-Sabes qué? Tienes razón mi pequeño. Ahora dime que quieres desayunar?
-No sé, tú que quieres, tío... Steve? (Marco le dijo así tímido)

Ambos sonreímos aliviados al ver la inocencia de Marco.

-Mmm, tostadas con mermelada de frambuesa?
-No. Mejor con huevo revueltos. (Era Marco, había empezado a brincar en la cama) y cocoa con leche. Mami me haces cocoa con leche, sí?
-Sí, mi vida! pero no brinques en la cama, te vas a caer.

Steve llevó a Marco en brazos hasta la cocina, yo iba tras ellos. Al llegar vi a Wanda preparar el desayuno, Steve y yo nos miramos algo incómodos.

-Tía Wanda, ya están los huevos revueltos?
-Eh... sí! Buen día! (ella nos vio a ambos con una gran sonrisa, sólo esperaba que no pensara mal)

Saludamos, ayudamos Wanda con el desayuno y nos sentamos los 4 a la mesa. Wanda fue a dormir, había trabajado por la madrugada en un interrogatorio de un hombre. Marco le enseñaba sus juguetes a Steve mientras yo terminaba de arreglar la cocina.

-Fue algo incómodo que Wanda me encontrara aquí. (Steve dijo)
-Ella es de confianza, lo sabes. (le dije)
-Sí.
-Debes trabajar?
-No, hoy es mi día libre.
-Irás a buscar a Bucky?
-No. Hoy... (Steve vio a Marco quien nos daba una mirada curiosa) Hoy quiero pasar tiempo con un amigo.
-Oh! Steve, no!
-Sabía que Charles te había abandonado. (Steve habló muy tenue) Wanda me lo dijo. Créeme, quiero que estés bien y no me molestaría pasar tiempo con Marco para que se sienta mejor.
-Por qué lo haces, Steve?
-No me gusta verte triste.

Pensé que diría nuevamente que me amaba pero sabía que él no era un oportunista. Él jamás se aprovecharía de mi dolor para conquistarme de nuevo.

-Quieres ir a dar un paseo, Marco? (Steve le preguntó)
-Un paseo? Sí! A dónde iremos, tío Steve?
-Mmm. La verdad no sé exactamente. Bueno tengo pocos lugares favoritos pero conozco algunos que te pueden gustar Central Park, el Smithsoniano y La Libertad.
-Quiero ver patos! Me llevas a ver patos, tío Steve?
-Mmm, eso no sé si sea posible en este tiempo pero podemos hacer ángeles en la nieve.
-Mmm, bueno. Okay!!
-Ve a abrigar te.

Marco hizo un sonido de felicidad, a él le gustaba salir a pasear, luego subió las escaleras corriendo. Vi a Steve sonreírme.

-Qué esperas? Tu también irás.

Asentí y salimos ese día a dar un paseo. El Central Park estaba cubierto de nieve, lucía mágico. Era grandioso. El dolor seguía en mi pecho pero mi mente me decía que debía seguir adelante por mi hijo. Steve había sido excepcional conmigo y con Marco. Estaba infinitamente agradecida.

-Qué harás para recibir el año nuevo?
-No lo sé, Sam quiere que vaya a casa de un familiar suyo. La verdad no sé si quiera ir.
-Quieres pasarla conmigo y con Marco?
-En serio?
-Sí, bueno... Aunque sería en casa de mi padre y con Pepper, ella quiere hacer una cena y pasarla en familia.
-No sé si tu padre quiera verme... no soy de su familia, ni de su agrado.
-Vamos, sí? Yo hablo con mi padre, Marco amaría pasarla contigo.

Ambos vimos a Marco jugar con la nieve. Llevé mis ojos a Steve, seguía siendo tan apuesto. Había sido una cobarde cuando rechacé su propuesta de matrimonio aunque no me arrepentía, tenía a Marco ahora, era una de mis razones de vida.

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