El Idiota Apostador Y El Egocéntrico.

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— ¡Choromatsu! ¡Ven aquí! — Gritó el azabache vestido con una chamarra roja. Aquél estaba sentado frente a una pequeña silla en una de las habitaciones de la segunda planta de su hogar.
— Ya voy, Osomatsu nii-san. — Él azabache amante del verde se dirigía algo curioso hasta la habitación en donde provenía el llamado.

Narra Choromatsu:

Hola, soy Choromatsu, el tercer hermano mayor. Bueno, puedo decir que soy el más maduro y correcto de nosotros seis.
— Eso es sólo egocentrismo.
— ¡Osomatsu nii-san, sal de mi narración!

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— ¿Que pasa, nii-san? — Él tercer hermano mayor se acercó hasta el primero, sentándose justo en frente de él mientras no quitaba la vista de unas tarjetas que parecían tener algo "importante" escrito en ellas.
— Choromatsu, necesito que juegues a esto conmigo. — Aquél le enseñó un afiche con las instrucciones de un juego llamado "5 segundos al desnudo."
—... ¿Que es eso? —Choromatsu estaba confundido y curioso, no sabía que demonios era eso.
— Pues, es muy simple mi querido hermanito. —Osomatsu sonreía con malicia y ansiedad.— Pues, se trata que cada vez que pierdas en "Piedra, papel o tijera" tendrás que sacarte una prenda.
— ¿Eeeh? ¿& por que tengo que jugar a eso contigo?
— Pues, por que eres el único en casa ahora. — & era verdad. Los demás se encontraban en un viaje científico junto con Dekapan y Dayon. — Además, se que también te gusta jugar con alguna apuesta en medio.
— ¿Q-que?-- —Era cierto de todos modos, le gustaba apostar al igual que a su hermano mayor. Bueno, al parecer eso era de familia.—  Ah, está bien, jugaré. Pero con una condición... No intentes nada raro.
— Confía en mi, Choromatsu. — & así fue como empezaron el juego.

El primero en perder fue Osomatsu, aún no habían decidido la apuesta final pero, ahora lo importante era no perder. Le siguió mucho después Choromatsu, que se despojó de sus pantalones ya que no tenía sus calcetines puestos.
Pasaban los minutos y ambos se encontraban con sólo una prenda encima: su ropa interior. Sus miradas eran desafiantes e intimidadoras, ninguno de ellos dos se dejaría perder, o eso es lo que creían.

— Está claro que yo ganaré. — Admitió con seguridad Choromatsu, que a decir verdad, estaba bastante nervioso.
— ¡Ja! No perderé ante mi hermanito menor. — Protestó Osomatsu, elevando una ceja en modo de superioridad.
"Demonios, no puedo creer que esté perdiendo ante Choromatsu. Aunque vamos en un empate, no puedo dejarme perder. ¿Que demonios hago?..
— ¿Que pasa, nii-san? ¿Ya te rindes? — Se burló desafiante Choromatsu, que provocó en el contrario un chasquido de lengua ya realmente cabreado.
— ¿Rendirme? ¿Yo? No bromees. Vamos.

 & ambos exclamaron al unisono "¡Piedra, papel o tijera!"... Nuevamente, Osomatsu perdió. 

— ¡Sí! ¡He ganado! — Celebró el azabache verdoso, levantándose para poder burlarse de su hermano mayor mientras lo apuntaba con uno de sus dedos índices. Aquello había sido bastante para molestar a tal punto a Osomatsu que, fue derribado por él, terminando uno encima del otro sobre el suelo. — ¿E-eh?.. N-nii-san... Sólo era una broma.
— No me fastidies. — El azabache rojizo chasqueó la lengua, aprisionando al menor debajo de sus brazos mientras lo miraba con travesía; salvajismo.— ¿Qué te parece si empezamos el verdadero juego?
— ¿Nii-san? — El menor se había estremecido ante aquella fija mirada que recaía sobre sus ojos, obligándose a apartar la mirada bastante nervioso por el ambiente totalmente diferente e intenso que se estaba creando en aquella habitación.— N-no se de que hablas...
— Vamos, Choromatsu... No hay nadie aquí además, no seré capaz de lastimar a mi pequeño hermanito. — Agregó el mayor, aprovechando que el azabache debajo suyo desviara la mirada para, sin aviso alguno, morder su cuello; besarlo y succionarlo, causando algunos estremecimientos y espasmos en el contrario.
— N-nii-san! — La voz de Choromatsu sonaba totalmente lasciva y deseosa, cómo si fuese una pequeña presa siendo atacada o cortejada.

— Choromatsu...— Él mayor se limitó a jadear el nombre de su hermano cerca de uno de sus oídos...
— ¡Ya llegamos! ¡Choromatsu y Osomatsu nii-san! — De una manera repentina, el azabache amante del amarillo se abrió paso entre las puertas de aquella habitación, por lo que ambos agitados y jadeantes chicos saltaron a un distinto extremo de cada habitación, sorprendidos por la rápida llegada de sus hermanos.
— ¿Que pasa? ¿Por que están desnudos? — Preguntó el menor de los hermanos, Todomatsu, permaneciendo igual de inocente e indefenso que siempre.

— ¡N-n-nada! ¡No estábamos haciendo nada! — Exclamó totalmente nervioso y en pánico Choromatsu, comenzando a vestirse de una manera veloz y desesperada.
— Estaban haciendo cosas indecentes. — Habló desde las sombras, Ichimatsu.
— ¡Cosas indecentes! ¡Cosas indecentes! — Exclamó en un tono risueño y alegre, Jyushimatsu.

—... Ustedes malditos... ¡No lleguen así de la nada y arruinen el momento! — Reprochó el agitado y molesto hermano mayor, por lo que inmediatamente fue pateado por el avergonzado y más que molesto, Choromatsu.

— ¡Idiota! ¡Pervertido! ¡Estúpido! ¡Animal enfermo! — Gritó tratando de defenderse el tercer hermano, por lo que luego todos comenzaron a llenar la habitación de risas, regaños y algunas burlas.


Aunque en el fondo se sentía humillado, no lograba asimilar lo que había pasado si no lo hubiesen interrumpido... Choromatsu no dejaba de preguntarse aquello un tanto nervioso pues, después de todo, quería saber si aquellas acciones de su hermano mayor sólo eran bromas pesadas o, eran acaricias llenas de sinceridad y cariño...  

Amor Entre Sextillizos. (Yaoi/Gay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora