"El Sueño Húmedo."

528 51 21
                                    

[4:30pm]

- ¡Hustle, hustle! ¡Muscle, muscle! -Exclamaba animado Jyu, mientras saltaba por las habitaciones de aquél cálido hogar.
- Jyushimatsu nii-san, que haces? -Preguntó un tanto entretenido de verlo tan alegre y eufórico.

Ha decir verdad, Todomatsu adoraba a Jyushimatsu; era su hermano favorito. Siempre le animaba y lo consentía, luego venía Ichimatsu...& los otros.

- Sólo estoy saltando. ¡Es muy divertido! -Sonreía totalmente animado. Ha los ojos de Todomatsu era cómo su mejor hermano mayor. Aunque, lo era.
- ¡Yo también quiero! -Gritó Todomatsu, lanzándose encima de la espalda de su hermano mayor, siendo agarrado por el para luego comenzar a saltar muy animados.- ¡Yei!~

El mayor saltaba con su hermano menor sobre su espalda, cuando éste por problemas de equilibrio comenzó a caerse.

- ¡Waa! -Gritó Todomatsu, tratando de afirmarse pero, no lograba hacerlo.
- ¡Todomatsu! -Gritó preocupado Jyushimatsu, tratando de alcanzarlo.
Por suerte, Karamatsu estaba cerca, y antes de que Todomatsu tocara el suelo con su espalda, éste lo sujetó, evitando que éste pudiera lastimarse.
- Te tengo. -Dijo aliviado el azabache azulado, tomando a su pequeño hermano como un niño pequeño.
- Karamatsu nii-san... -Todomatsu estaba sorprendido. Karamatsu para él era... Especial. De sentía cómodo, seguro.. Además que le encantaban sus fornidos y musculosos brazos. A comparación con sus otros hermanos, él tenía un buen físico.- ¡Karamatsu nii-san! -Todomatsu se aferró a éste como si de un Koala se tratase, mientras sonreía con ternura y cariño.
- Debes tener cuidado, casi me matas de un susto. -Exclamó preocupado el mayor de los tres, revolviendo los cabellos del risueño Jyushimatsu.- No vuelvan a hacer nada peligroso, entendieron? -Karamatsu era atento con sus hermanos. Aunque aveces era arrogante y Egocéntrico, el amaba a sus hermanos y los cuidaba bastante. Se podría decir que su cariño era como el de una madre [?]
- ¡Si! -Gritó el azabache con chamarra amarilla, corriendo hacia otro lado, dejando solos a ambos melosos.

- Karamatsu nii-san, me gustas~ -Confesó el pequeño Todomatsu, haciendo sorprender bastante al mayor.
- ¿Gustar?.. ¿Que clase de gustar? -Karamatsu se notaba nervioso, ya que él se suponía que tuviese que confesarse primero. Que injusto.
- Pues, me gustas de aquella forma romántica.- El menor se veía lleno de determinación, tomando total control del momento.
- Todomatsu... -Por otro lado, Karamatsu se veía totalmente rendido. Seguía pensando en lo injusto que era que su hermano menor tuvo que confesarse primero...& el que había planeado algo totalmente romántico para confesarse.- Tú... Mocoso sin vergüenza... ¡Es injusto! -En menos de cinco segundos Karamatsu se encontraba en una de las habitaciones de la segunda planta, cerrando la puerta con seguro para luego atacar a su pequeño hermano.
- ¿K-karamatsu ni-- -Antes de que pudiera mostrarse sorprendido se encontraba bajo el azabache azulado, siendo acorralado y besado por el con intensidad y pasión, cómo si ambos estuviesen luchando por el poco oxígeno que había entre los dos cuerpos.
Aquellos besos pasaron de ser apasionados, a salvajes. Sus lenguas serpenteaban, luchando una con la otra, provocando succiones o mordidas llenas de nervios y deseo. Las manos de Todomatsu se deslizaban por la ancha espalda de su pareja, mientras tanto Karamatsu lo despojaba de cada prenda estorbosa y las lanzaba lejos. En cuestión de minutos ambos se encontraban jadeantes y agitados, desnudos y sudados, uno encima de él otro, contemplando cada contorno de ambos cuerpos llenos de lujuria. Quién diría que ambos estaban locos por el deseo del uno con el otro.
Todomatsu sin quedarse atrás en ningún momento, bajó hasta la altura de la pelvis contraria, tomando aquél húmedo y erecto miembro de su pareja entre ambas manos, introduciendo primero la punta dentro de sus labios, saboreando aquél cómo si del dulce más delicioso se tratase. Poco a poco fue introduciendo la base, hasta el punto en que aquél falo llegó hasta su garganta, impidiéndole respirar con normalidad. "El pene de Karamatsu nii-san es enorme", pensaba Todomatsu, pero a el le fascinaba. Lo llenaba de éxtasis puro.
Sus movimientos obscenos se concentraron en aquella hombría, envolviéndola por completo con su saliva mientras dejaba escapar algunos gemidos y jadeos de sólo excitación. Sentía, incluso, que con tan sólo lamerlo llegaría al orgasmo. Karamarsu al percatarse del estado de su hermano, lamió uno de sus dedos, llevándolo sin apuro alguno hasta la húmeda y estrecha entrada del menor, introduciendo este con cuidado cómo si temiera lastimarlo. Estimulaba aquellas paredes anales con lentitud, hasta ver como aquél chico correspondía a sus movimientos y, mas encima, comenzaba a mover sus caderas al mismo ritmo de sus simuladas embestidas. Ahí fue cuando perdió el control y sin aviso alguno, introdujo el segundo dedo. Aquello hizo que Todomatsu gimiera con fuerza, arqueando su espalda mientras se aferraba al torso ajeno, desesperado por lo que le esperaba.
Una vez ambos terminaron con sus obscenas acciones, el mayor había sentado a su pequeño hermano sobre sus piernas, uniéndose nuevamente en un frenético beso, rozando la punta de su ardiente miembro contra la entrada ajena.
- Todomatsu... Voy a entrar... -Faltó sólo una advertencia para que éste no le dejase responder y comenzar a penetrarlo con lentitud, abriéndose paso en aquél apretado y retorcido interior.
Ambos cuerpos se llenaban de espasmos y temblores, Karamatsu enterrando sus dientes en la blanca piel de su pareja y Todomatsu enterrando sus uñas en la ancha espalda de su hermano mayor. Se sentía llegar al cielo, comenzando a danzar lujuriosamente con rapidez y desesperación. Ambos querían sentir todo del contrario, querían marcar cada espacio de lo que ahora era su territorio. Ambos estaban siendo arrastrados por un salvaje y apasionado amor...
- T-todomatsu... Voy a correrme... -Jadeo el mayor, marcando entre besos el cuello ajeno.
- ¡K-karamatsu nii-san! - La voz de Todomatsu se escuchaba obscena, lasciva, lo cual hacía temblar a Karamatsu.

---

- ¡T-todomatsu! -Gritó despertando de su inquietante sueño el segundo mayor de los hermanos, sentándose de golpe en el suelo de una habitación que parecía ser la sala de estar.
Karamarsu se encontraba jadeante, sudoroso, mientras miraba a todos lados confundido. ¿Que había pasado?
- "¿Eh? ¿Un sueño?.." se preguntó entre suspiros, algo sorprendido y avergonzado por sus obscenos sueños. ¿Había soñado eso? ¿De verdad?..
Seguía y seguía dando vueltas en aquellos pensamientos, cuando se dio cuenta en la húmeda mancha en la parte baja de su pantalón... Había tenido claramente un sueño húmedo... Con su hermano menor.

Amor Entre Sextillizos. (Yaoi/Gay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora