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Dave podía notar cuan insegura estaba Annabeth con la situación con tan solo ver cómo lo miraba, era una mezcla, entre esperanza y miedo, su mirada le revolvía el estómago, tenía que decirlo, porque no quería nunca más que ella lo evitara, estaba seguro de no querer dejar de verla nunca.

—Me gustas —dijo al fin, viendo a una Annabeth ahora perpleja.

—No, no solo me gustas, me traes loco Ann —Annabeth se sonrojó, listo, había captado el mensaje, pero a Dave le faltaba mucho por decir —, despierto esperando un mensaje tuyo y anhelo soñar con tus hermosos ojos café, amo tu forma de ser, me encanta todo de ti y por sobre todas las cosas adoro tu sonrisa — pauso y acarició su mejilla —. No sé cómo hiciste para gustarme tanto, pero cuando estoy contigo no le temo a nada —suspiró —Annabeth, si tus sentimientos no han cambiado, quiero saber si... Annabeth sé mi novia.

Los ojos de Annabeth se abrieron, no había esperado tal petición, Dave no solo se había declarado, también había dicho las palabras que Annabeth deseaba escuchar, era como un sueño, Dave le estaba pidiendo aquello que ambos deseaban más que nada en ese momento y ella se había quedado sin palabra alguna.

—Perdón —soltó finalmente dejando a un Dave confundido —, por evitarte. Yo... yo cre-creo que me gustaría equivocarme de nuevo — Dave contempló el rostro sonrojado de Annabeth y una sonrisa iluminó su ostro. 

— ¿Eso es un sí? —preguntó, Annabeth asintió rápidamente.

Sintió la suave presión de las manos de Dave en su cuello, su mirada se deslizó por los labios de Annabeth, la miró pidiendo permiso, deslizó su pulgar por su labio inferior y sintió cómo se estremecía entre sus brazos, ella le acarició la mejilla con suavidad, el rostro de Dave estaba muy cerca de ella y en la silenciosa espera Annabeth avanzó a sus labios y lo besó, dejando a Dave desprevenido, sus labios eran lentos y estaban humedos, mordió su labio inferior y cortó el beso sellando aquel nuevo principio.

—Sabes... —mencionó Dave al final del día— Me gusta simular que no te miro, pero me gusta mucho más cuando simulas que no me miras.

Y colorin colorado Annabeth una vez más se ha sonrojado.

De Chocolate, Por FavorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora