De Chocolate, Por Favor

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Annabeth había evitado encontrarse con Dave toda la semana, no iba a la cafetería y cuando él la buscaba en su casa ella nunca estaba, aquel beso la había dejado aturdida y por sobretodo la había asustado, le encantó besar a Dave, pero no sabía lo que conllevaba aquel beso, era su primer beso, no quería arruinar las cosas. Se repetía una y otra vez que debía dejar de ser tan insegura, que solo era un beso, pero repetirlo no la calmaba, al contrario la asustaba cada vez más.

Se encontraba en el parque sentada en una banca, solamente observando a las personas intentado sacar a Dave de su cabeza, cosa en la que había fallado las últimas dos horas, los niños corrían alrededor del parque, parejas se abrazaban y otras personas como Annabeth solo miraban a la nada, lo único que no encajaba en aquel entorno, era el chico situado en un árbol mirando algo en específico o más bien a alguien.

Era Dave que había estado todo ese tiempo mirando a Annabeth esperando el momento para acercarse, momento que ya había llegado, se acercó con lentitud a Annabeth y justo cuando estuvo en frente de ella pronuncio las palabras que Annabeth no había estado eludiendo toda la semana.

—Annabeth —susurró llamando su atención —. Tenemos que hablar.

—No.

Algo en el interior de Dave se estrujó ¿Qué había hecho mal esta vez? ¿Había ido muy rápido acaso? ¿Por qué lo había estado evitando? O pero aun ¿Los sentimientos de Annabeth habían cambiado? se preguntó, pero se negaba a creer alguna de esas cosas, no aceptaría un no, por respuesta. Se sentó junto a ella en la banca y tomó sus manos, ella seguía sin mirarlo.

—Mírame —pidió —, por favor, mírame.

Después de lo que le pareció una eternidad Annabeth al fin alzó su rostro y lo observo.

—Puedes verlo en mis ojos — hizo una pausa — ¿Acaso no notas que no miento? ¿No notas todo lo que te quiero decir? ¿Por qué me evitas? Yo ¿te lastime?

No necesito respuesta, con su última pregunta Annabeth volteó su rostro, todo eso era nuevo para ella, todos los sentimientos, la situación, tenía miedo, miedo de perderle, amaba su amistad y no quería que cualquier confusión llegara a dañarla, sin embargo, Dave aseguraba que su rechazo le dolía más que otra cosa.

—Annabeth yo...

—No-no quiero que digas que fue un error —susurró sin mirarlo

—Oh, Ann —tomó su barbilla para que lo mirara —Nunca, escucha mis palabras, nunca nada que pase contigo será un error.

—Pero...

—No —La interrumpió —Ann de haber sido un error, me encantaría equivocarme todo el tiempo, mientras sea contigo —declaró, Annabeth notó un destello de picardía en su mirada cuando dijo eso.

¿Qué insinúa? —pensó.

— ¿Qué se supone que pasa? De-después del beso —preguntó tímidamente.

La misma pregunta había rondado por la cabeza de Dave aquella noche del beso, sin embargo, cuando notó que Annabeth lo evitaba obtuvo la respuesta de inmediato, por ahora solo no podía dejar de mirarla con ternura.