De Chocolate, Por Favor

31*

—Estas bellísima —Destacó su madre cuando termino de alistarla para su salida con Dave.

Annabeth apenas y conocía algo sobre el maquillaje y las salidas, asi que había decidido acudir a su madre para que la ayudara.

Asintió dándole la razón a su madre mientras se miraba al espejo, aunque estaba satisfecha se sentía muy llamativa con esa vestimenta para una simple salida, usaba un vestido vinotinto que llegaba por encima de las rodillas y tenía una pequeña abertura en la espalda.

Un vestido, estoy usando un vestido —se repetía.

Annabeth nunca usaba vestidos, la hacían sentir expuesta, pero por alguna razón, este junto con el maquillaje y el peinado la hacía sentir segura, como para quedarse con él para siempre.

Tomó su cartera y corrió a la planta baja a esperar a Dave en el mueble, ya solo faltaban diez minutos y su pierna se movía impaciente de arriba abajo, si seguía asi le haría un hueco a sus zapatillas rojas.

5 minutos, se preguntaba si no se le habría dañado ya el maquillaje, si su peinado seguía igual y si el vestido no se había arrugado, sin poder evitarlo corrió a su cuarto para darse un último vistazo en el espejo.

Perfecta —se dijo a sí misma y bajó de nuevo a la sala justo a tiempo para escuchar el sonido del timbre.

Su madre abrió la puerta y detrás de ella pudo observar a un impecable Dave, un pantalón negro y una camisa manga larga lo acompañaban aquella noche, se veía demasiado casual, sin embargo lo que Annabeth no sabía es que él había estado toda la tarde escogiendo aquella vestimenta.

Bajó las escaleras con lentitud, no quería crear ningún tipo de entrada espectacular y lenta, pero si intentaba caminar más rápido estaba segura que terminaría en el suelo, sus piernas habían empezado a tener un leve temblor casi imperceptible apenas vio la mirada de Dave en ella.

Sus ojos brillaban, como si estuviera viendo la última barra de chocolate en una vitrina, fue la comparación de Annabeth.

Se preguntaba si ella lo miraba igual, similar sí, igual no, a ojos de su madre Annabeth estaba a punto de babear, rezaba para que no lo hiciera y pasara tal vergüenza que volviera a encerrarse en su cuarto durante días como la última vez.

Cuando finalmente llegó a la puerta lo saludo con un beso en la mejilla y se despidió de su madre, se retiraron después de que esta les hiciera tomarse una foto juntos.

Caminaban en silencio cuando Dave lo rompió diciendo:

—Tengo planeado llevarte a un lugar espectacular, pero me temo que no tengo carro, ni ningún medio de transporte que nos pueda trasladar al lugar, sin embargo por nada del mundo dejaré que vayas caminando, se me ocurre una idea —se interrumpió para mirarla — ¿Cómo princesa o de caballito? —Annabeth simplemente no sabía cómo reaccionar ante su propuesta.