Al paso que íbamos terminamos llegando casi de noche.
Mi parte racional había decidido abandonarme y sin darme cuenta me encontraba en el ascensor de un edificio imponente. Terry no había pronunciado palabra y yo no pensaba romper ese silencio.
Me sorprendí al saber que Terry vivía en el pent-house. Más que sorprendida me preguntaba cómo pagaba este lugar. Cuando abrió la puerta me quedé totalmente asombrada. Tan solo la sala era tan grande como mi antigua habitación y la habitación de Nelly juntas, y eso que vivíamos en algo parecido a una mansión.
Me quedé en la puerta, observando, mientras Terry entraba y acomodaba a Esme en el enorme sofá blanco que estaba frente a otro en forma de L. ¿Cómo era posible que una sola persona ocupara tanto espacio?
-Entra - me ordenó Terry.
Yo obedecí con pasos vacilantes, acercándose a lo que parecía un comedor. Bueno, decir comedor era un poco exagerado, en realidad solo eran una barra desayunador y dos bancos, se veía extrañamente vacio. Entonces Terry jaló una extrañas manijas de la pared y en segundos había abierto varias gavetas llenas de comida u otros objetos.
Mientras Terry movia las gavetas me dediqué a estudiar la pared que había considerado solo una pared. En realidad la blanca superficie estaba llena de manijas. Supuse que cada una seria una gaveta. No me imaginaba recordando cual gaveta era cual. Si yo viviera aquí les pondría etiquetas.
Un vaso con algo rosado me distrajo de mis cavilaciones. Miré a Terry que me ofrecía el vaso.
-Bebe.
Tomé el vaso de su mano y bebí tímidamente un sorbo. Terry pareció tranquilizarse y entonces caminó un poco por la estancia.
-Ponte cómoda - dijo, señalando todo el pent-house. - Vengo en un rato, pase lo que pase, no salgas de aquí.
Luego de eso, Terry caminó hacia la puerta y salió por ella. No sin antes dejar algo sobre la mesa. Me quedé un poco sorprendida de que me dejara sola, pero no mucho. Terry era un ser extraño. Incluso podría decir que se parecía un poco a mis padres.
Justo en el momento en el que Terry salió, sonó mi celular, indicándome que tenia un mensaje, evitando que pensara mucho en la acción de Terry. Lo saqué de mi bolsillo mientras lo sentía vibrar otra vez. Mire los mensajes. Nelly.
*AQUÍ TODO BN.
*TU COMO STAS?
Le respondí rápidamente.
*BIEN. CREO.
Sabia eso que no era exactamente tranquilizador, pero era lo mejor que podía decirle en este momento sin mentirle. Me levanté y me dirigí al borde de la mesa para investigar aquello que me había dejado Terry sobre ella.
Una llave.
Era eso lo que había dejado. De momento decidí dejarla en la mesa y en su lugar ponerme a investigar las gavetas de la pared. Si Terry quería que viviera aquí debía empezar a familiarizarme con el lugar. Cubiertos. Platos. Fruta. Pan. Vasos. Refri. Tenia toda la cocina metida en la pared. Creo que incluso la estufa. En una de la gavetas había cinco libros de cocina y, sin yo poder evitarlo, eso arranco una sonrisa de mis labios. No me imaginaba a Terry con un mandil rosa de cuadros leyendo uno de esos libros mientras hacia la cena. Bueno, si podía y era realmente cómico imaginármelo.
Seguí analizando la estancia y descubrí un pasillo. Me metí a él y descubrí que habían cuatro puertas que llevaban a habitaciones individuales. Dos del lado izquierdo, una a la derecha y otra al fondo.
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Arcangel (Alas #1)
FantasyElla tenia una vida casi perfecta. Una perfección que ocultaba la realidad a sus ojos. En la búsqueda de un poco de realidad se encuentra con más secretos de los que esperaba. Y uno de ellos es su verdadero ser.