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<<Humanos

Características generales:

Complexión baja y delgada, cabello en variaciones del castaño, ojos castaños o negros.

Poderes:

Ninguno conocido.

Comportamiento:

Seres de fácil manipulación y de personalidad impulsiva, presentan gran voluntad que rápidamente se puede trasformar en terquedad. >>

Hice una mueca. Los humanos eran muy simples. Y débiles, muy débiles. Revisé toda la sección de humanos para ver si encontraba algo digno de ser mencionado, pero no encontré nada. Lo que si encontré fueron notas hechas a los márgenes de las paginas. Fue uno el que llamó especialmente mi atención. "Todo humano tiene aptitudes para ser un cazador."

Miré el libro. Sabia que ahí estaban las respuestas a preguntas que aun no había realizado, solo que me habían dado esas respuestas en forma de acertijo. Empecé a repasar las características de las personas que conocía.

Terry era alto, musculoso, tenia el cabello negro y los ojos grises, encajaba perfectamente en el perfil de los demonios.

Esme era bajita, delgada, tenia el cabello castaño y los ojos color chocolate. Era una humana sin lugar a dudas.

Me detuve de mi análisis. ¿Qué estuviera pensando en esto significaba que creía que todo esto era verdad? Porque ese no era el caso. Esto seguía siendo una completa estupidez. Era algo que no tenia ni pies ni cabeza. Yo tenia los ojos azules y el cabello negro, o sea, no encajaba en nada. Nelly... Nelly, seria un demonio.

Un gemido proveniente de la sala me distrajo de mis cavilaciones. Tonta de mi, me había olvidado de Esme. Regresé el libro a su estante, cerré la vitrina y salí de aquella estancia. Cerré con llave, no muy segura de si debía hacerlo o no, luego me colgué la llave en la misma cadena en que llevaba el dije gemelo al de Nelly.

Cuando llegué a la sala, Esme ya estaba sentada.

-¿Pero qué demonios? - Ella se frotaba la cabeza completamente confundida.

-Esme - la llamé y me senté a su lado.

-¿Sky? ¿Dónde estamos?

Abrí la boca para responder, pero en ese momento la puerta de entrada se abrió y entró Terry. Se detuvo un momento para observarnos y después siguió su camino.

-Estas en mi casa - el tono del hombre daba a entender que despertar en la casa de un tipo súper sexy fuera lo más común del mundo. - ¿Se lo dices tú o se lo digo yo? - siguió hablando Terry para luego apoyarse en la mesa de la "cocina" y cruzar los brazos.

-¿Decir qué? - hablé yo.

Terry miraba serio a Esme y ambos evitaban mirarme.

-Aun podemos esperar - miré sorprendida a mi amiga. Era la primera vez que escuchaba ese tono de duda en su voz. Terry se rió, pero no había nada divertido en su risa.

-¿Es que acaso eres tonta? - los ojos de Terry lanzaban chispas de tan enojados que parecían, tuve un leve recuerdo al libro. Comportamiento agresivo. Eso tenía algo de mentira ya que yo misma podía ver la sombra de preocupación que teñía sus ojos. - Tu estuviste ahí, y vaya que no ha sido de tus mejores peleas, sabes que ya no están siguiendo las reglas.

-¿Qué reglas? - volví a intervenir, pero parecía que me ignorarían por otro rato más.

Esme se tomó otro rato para pensar lo que sea que estaba pensando, luego negó con la cabeza repetidas veces mientras apretaba los ojos cerrados. Los abrió y luego miró de forma dura a Terry. Esa era la Esmeralda que yo conocía.

-Claro que no le contaremos ¿Estas loco? - Esme se levantó y fue a enfrentar a Terry, Terry también se irguió en toda su altura. - Que los otros rompan las reglas no significa que nosotros lo hagamos.

-Las reglas son para todos, no sirven de nada si solamente tu y yo las cumplimos. - Terry me miró y luego volvió la mirada a Esme - Además, como están las cosas es mejor que lo sepa y así pueda defenderse.

Esme volvió a guardar silencio, sopesando las palabras de Terry. Después de unos segundos que parecieron eternos, respondió.

-Esta bien - pero más que bien, parecía derrotada - pero lo haré yo, le contaré yo. Tu ya has roto demasiadas reglas por el simple hecho de estar aquí.

Esme se revolvió en el sillón y después se giro hacia mi, mirándome fijamente.

-Sky, primero que nada, mantén la mente abierta.

No sé porqué, pero de repente me imagine como si Esme fuera mi madre y estuviera a punto de decirme que soy adoptada. Me iba a invadir una risita, pero lo pensé mejor y la contuve.

-Este... -Esme miró a Terry - No sé como decirlo.

-Carajo - Terry parecía realmente enojado. Se paro frente a mi y comenzó a hablar - El jodido mundo está infestado de demonios, ángeles y cazadores - Vaya, parecía que lo decía en serio - Yo soy un demonio y tu amiga es una cazadora - me vino a la mente otra vez el libro. "Todo humano tiene aptitudes para ser un cazador." - Ves, no era tan difícil.

La sala se llenó de repente con un silencio espeso. Sabía que Terry se controlaba para no golpear algo y Esme se sentía terriblemente incomoda.

-¿Que soy yo? - la pregunta abandono mis labios sin siquiera que yo me diera cuenta.

Terry y Esme me miraron confundidos. Por sus caras podía deducir que no podían creerse que yo estuviera tan calmada.

-No debes saberlo - El enojo de Terry se había esfumado completamente - Estarás más segura si no lo sabes.

Eso me enojó muchísimo. ¿Qué no me creían capaz de saber? ¿Tan difícil era decirme que era una simple humana? Entonces una posibilidad cruzo mi mente.

-No soy humana - mi boca seguía hablando por si sola - ¿o si?

Ambos se me quedaron viendo, con sus ojos inundados de inseguridad. El tiempo se detuvo unos segundos. Yo no era humana, eso significaba que mis padres me habían mentido. Que mi existencia estaba construida sobre una mentira y que yo misma no era lo que pensaba. En ese segundo que pasó me empecé a cuestionar todo lo que sabia. Maldita sea, no era humana. Esme si, pero Terry no. Lo miré y no supe porqué, pero le tuve miedo.

Entonces salté y corrí a la habitación que yo ya sabia que era la de huéspedes. Este acto seguramente me delataba respecto a que había estado investigando en la casa, pero no era como si me importara mucho.

Después daría una explicación.

Me quedé toda la tarde recostada en la cama. Mi cerebro estaba haciendo cortocircuito en este momento y me era imposible pensar demasiado en una sola cosa. Escuchaba las discusiones de Esme y Terry a través de la puerta y no me ayudaban en nada.

¿Cómo era posible que todo esto fuera cierto? Era simple y sencillamente estúpido. ¿Cómo es que sentía que todo mi mundo se había derrumbado? Confiaba en Esme y saber que ella creía esto me desarmaba por completo. ¿Por qué no me quede en casa, con Nelly? Por estúpida. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué yo?

Arcangel (Alas #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora