Capítulo 1: Deseo de cumpleaños

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-¡A que no me alcanzas!-gritó el pequeño niño corriendo por el parque. Su amigo lo siguió riendo, mientras las madres de ambos caminaban un poco alejadas. El primer niño tenía las mejillas algo regordetas, ojos entre marrones y verdes, un tono de piel claro y cabello negro azabache y lacio. Su compañero tenia ojos azules como el mar, una sonrisa adorable y el cabello castaño oscuro con grandes bucles.

-¡James! ¡Henry! ¡No se adelanten tanto!

-¡Está bien!

Ambos aminoraron la marcha y esperaron a sus madres, de veintiséis años cada una. La madre del primer niño era de tez morena, ojos oscuros y largo cabello marrón. Llevaba unos jeans negros y una blusa azul de manga corta junto a unas zapatillas blancas. Su compañera tenia el cabello oscuro con ondas, que le llegaba hasta la cintura, y su piel era algo páluda. Usaba un vestido rojo suelto y unas zapatillas negras.

-Las tías nos esperan, ¡vamos!-exclamó con alegría el primer niño.

Así los cuatro emprendieron el camino a la casa de sus "tías", llamadas así aunque solo fueran las mejores amigas de sus madres.

-¡Alex! ¡Rali! ¡Niños!-exclamó con alegría la "tía" de mayor altura, a la vez que se hincaba para abrazar a sus sobrinos.

-¡Tía Gala!-ambos sonrieron, correspondiendo el gesto.

-Pasen, sus primos están arriba.-se hizo a un lado y ellos entraron corriendo.

-¡Chicas!-Natasha, la otra tía, salió de la cocina y saludó con cariño a sus amigas. Rápidamente se sentaron en la sala y comenzaron a charlar amenamente.

-.-.-.-.-.-.-.-

-¡Dhani! ¡Anthonia!

-¡James! ¡Henry!

Los niños abrazaron a los mellizos de piel algo morena, cabellos castaños casi negros y pequeños colmillos que sobresalían cuando sonreían.

-¿Cómo están, vampiritos?

-¡¡No me llames así!!-chillaron ambos a la vez, causando risa en los otros dos.

-¡Qué carácter tienen!

-Lo sabemos...Estamos bien ¿y ustedes?

-También. ¿Ya saben qué pedir para su cumpleaños? Faltan pocos días.

-Yo pediré una guitarra.

-Ajá. Como si supieras tocar, tienes nueve años.

-Aprenderé. Además solo nos llevamos nueve meses, James. No eres muy mayor.

-Siguen siendo los menores-lo abrazó por el cuello y lo despeinó.

-¿Tú qué vas a pedir, Anthonia?-preguntó Henry con la tímida voz que lo caracterizaba.

-No es algo que se pueda comprar...Es un deseo.

-¿Y cuál es?

-No les diré. Mamá dice que si el deseo es secreto, hay más posibilidades de que se cumpla.

-No seas aguafiestas, Tony.-interrumpió su hermano. Solía llamarla de ese modo para molestarla. Era sabido que Anthonia no encajaba con las niñas en la escuela, y al estar siempre con los niños, se ganó el apodo "Tony".

-¡No me llames así!

Su hermano solo rió.

-.-.-.-.-.-

En la sala, sentadas en distintos sillones, las madres de los niños hablaban y reían.

-No puedo creer que Dhani y Anthonia vayan a cumplir diez años-Gala suspiró antes de dar otro sorbo a su té.

-El tiempo sí que vuela ¿eh?

-Sí...En cualquier momento Anthonia comenzará a salir y tener citas...

-No exageres, Alex...Aún es una niña.

-¿Has visto cómo son los niños hoy en día? Dentro de poco nacerán con Iphones adjuntos. -Todas rieron ante este comentario.

-Creo que la he educado lo suficientemente bien. Es decir, mientras todos sus compañeros tienen celulares y pasan todo el día texteando y esas cosas, ella lee y juega como deberían hacer todos los niños.

-¿Querrás decir, como hacías tú a su edad?

Gala permaneció en silencio unos momentos.

-Bueno...Sí. Pero...Agh, no me juzguen. Yo hice esas cosas, sin quemar etapas, y me fue muy bien en la vida. Es decir, tengo casa propia, un título y trabajo en lo que amo. Quiero lo mismo para mis hijos.

-¿Y si le regalas un celular para su cumpleaños?

-A Anthonia? No, no creo que sea buena idea. Además no pidió nada en especial.

-Debe haber algo.

-Pues en este caso no.

-Gala...Dilo de una vez.

Las tres la miraban fijamente, espectantes.

-Detesto cuando hacen eso-suspiró-La escucho hablar sola en la noche. Quiere algo que no puedo darle.

-¿De qué se trata?

-Quiere a su padre. Y aún no le digo que no sé quién es ni dónde está.

-Pero...tú dijiste que se había ido de viaje hace años...-una pequeña voz quebrada interrumpió el silencio.

-¡Anthonia! Yo...Yo...

Y sin más, la niña salió corriendo con los ojos llenos de lágrimas, mientras los tres amigos la seguían preocupados, dejando a Gala con un nudo en la garganta y una desesperación que crecía a cada segundo.

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Se siente tan bien escribir esto :'v

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