Capítulo 8: El mando

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John había llorado a mares en el momento de la noticia, pero en el funeral permaneció con la mirada perdida y la boca cerrada. Se tomaron unos días para recomponerse de la ausencia de Brian, días en los cuales cada uno se distrajo con algo para sentirse mejor. John leyó a sus autores favoritos una y otra vez, Paul pintó algunos cuadros, Ringo sacó hermosas fotografías junto a Henry y George perfeccionó su habilidad con el sitar.

Cuando tocó regresar a grabar, todo se sentía un poco más apagado. Los niños trataban de animar a sus padres, lográndolo muy pocas veces.

-Entonces aquí un Fa.-Paul tocó el acorde y tomó su pluma para escribir la elección en la hoja donde estaba la canción.

-Seguro un Mi sonaría mejor.-John lo detuvo tomándolo de la muñeca.

-No lo creo, pondré un Fa.

-¿En serio están peleando por un tonto acorde?

-¡Pero el Mi queda mejor!

-¡Ya basta! ¡Pondremos un Re y se acabó!-George tomó la pluma y anotó el acorde.

-¿Un Re? Estás loco.

James debió ahogar una carcajada. La pelea le resultaba patética.

-Chicos, chicos-intervino George Martin-Hagamos esto: toquen una vez con cada acorde que propusieron y veremos cuál conviene.

-Está bien.

Después de que hicieron lo acordado, se dispusieron a escuchar las grabaciones.

-El Re queda mejor.

-Sin duda.

-¡Pero...!-Protestaron Lennon y McCartney a la vez.

-Pero nada. Dejen que George haga algo.

-¡Gracias! Espera... ¿Me acaba de llamar inútil?

-No.-Se defendió el ingeniero de sonido.

-Está bien. Miren, escribí una cancion-Le extendió una hoja en cuya parte superior decía "Taxman".

-Me gusta-Expresó John después de leerla.

Siguieron escribiendo y probando ritmos. Grabaron algunas tomas de una canción que Paul había escrito para Jane, llamada "Here, There and Everywhere", para finalmente decidir que iban a hacerla más lenta y él la cantaría en voz baja y aguda.

-Y sólo usaremos una guitarra.

-¿Quién dijo que podías decidir todo, McCartney?

-De hecho, es buena idea.

Paul le sacó la lengua a John, en señal de triunfo. Lennon rodó los ojos. Media hora más tarde, todos regresaron a casa.

Los días y meses siguientes no tuvieron nada de interesante, y diciembre llegó con un frío inusual. Para entonces, ya habían sacado el disco en el que habían estado trabajando, llamado Revolver, y otro, llamado Sgt Pepper's Lonely Hearts Club  Band.

Cenaron todos juntos en la casa de los McCartney en Navidad. Todos hablaban animadamente, excepto Jane, Cynthia, Maureen y Pattie, quienes se dedicaban a comer y lanzar miradas amenazadoras a los niños de vez en cuando.

Cuando faltaban cinco minutos para las doce, todos se apresuraron a servir champagne en sus respectivas copas. Cuando el gran reloj de la sala sonó, todos brindaron y besaron a sus  respectivas parejas.

-Atención todos-comenzó a decir el dueño de la casa-Tengo un anuncio muy importante que hacer. Creo que todos saben cuánto amo a esta señorita pelirroja-señaló a Jane, quien no pudo evitar sonrojarse-Es increíble a cuánto hemos llegado en cuatro años de conocernos, jamás olvidaré ese día. ¿Cómo hacerlo? Fue el mejor día de mi vida.

Todos miraban la escena, conmovidos.

-Ella es más que una novia, es mi compañera. Y quiero que sea más que sólo eso-hizo una pausa y se arrodilló, sacando una pequeña cajita de su bolsillo y abriéndola-Jane Asher Elliot ¿quieres casarte conmigo?

Padres e HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora