Descendientes || La Hija de Hércules ||

Capítulo 1

🚗

Así es como llegue a Auradon, convivir con mi guardián los primeros días fueron terribles, recuerdo, que cuando llegue a lo que sería nuestro "hogar temporal" me escondí en una habitación y no salí hasta que dejó de llevarme comida a la puerta, pedírsela fue un reto; así poco a poco empezamos a entablar conversaciones, su nombre es Dexter, es la felicidad y entusiasmo en persona, aunque se irrita demasiado fácil con mi curiosidad por las tradiciones "mortales".

Justo ahora estoy de camino a Auradon Prep.

Una preparatoria para todo descendiente de aquellos que tuvieron una historia mágica.

-Y... Entonces ¿Hay una isla para todos los villanos?- pregunté viendo la ventanilla.

-Si, Heath, hay una isla solo para
villanos.- me contestó irritado Dex.

-¿Y... Ahí encerraron a Hades?- pregunté.

-Bueno... No, él es un "dios"- hizo comillas con las manos.

-Entonces..., bueno, da igual- murmuré irritada.

-Hey, tranquila, hoy es tu primer día, no tiene porque empezar mal, además, me tienes a mí como tú lindo y sexy guardaespaldas- dijo riéndose el pelinegro a mi lado.

Sentí el calor en mis mejillas.
-Silencio egocéntrico- golpeé su hombro.
Me reí al escucharlo quejarse.

-No olvides que tu padre te dio su fuerza por favor- sobaba su hombro con una mano mientras que con la otra conducía.

-No lo había olvidado- sonreí, tronando mis dedos pavorosamente.

-Y yo soy el egocéntrico- murmuro riendo, justo en ese momento pasamos un arco donde se leía "Auradon Prep" en amarillo con fondo azul.

-Calla Tonto- dije bajando el cristal y sacando la cabeza por la ventana, frente a mí había un edificio gigante, demasiados chicos y chicas por todas partes y un jardín enorme. Llegamos a una entrada de piedra donde una mujer de mediana estatura y regordeta nos saludaba alegremente, me hundí poco a poco en el asiento.

-Llegamos, baja a saludar- se burló de mi timidez bajando del auto.

-Tarado- susurré, lo vi dar vuelta al auto y luego abrirme la puerta, que no hacía falta por cierto.

Baje y me oculte detrás de Dexter, rogándole a los dioses que me permitieran volverme invisible. No me oyeron.

-Bienvenida a la preparatoria de Auradon querida, soy el Hada Madrina, la directora-

«Maldición» me asomé un poco por el hombro de Dexter, mala idea, se movió dejándome a la vista.

-¿Cenicienta?- pregunté viéndola de pies a cabeza.

-Si, Hada Madrina de Cenicienta- en lugar de decirlo, me pareció que lo cantó.
«Que mujer» me reí. Eso desvaneció la sonrisa de la señora, y recibí un codazo.

-Disculpe nuestros modales, nosotros... Yo, soy Dexter, no pertenezco a una historia, pero soy guardián de Heather, Hija de Hércules- sonrío presentándome.

-Un gusto, bueno, justo ahora tengo una importante reunión; vendrán un par de chicos a mostrarles sus horarios y habitaciones, disfruten el jardín mientras tanto- sonrío falsamente retirándose, dejándonos solos frente a la gran mole de piedra y concreto; justo en el medio había una estatua, de cobre, si mal no recuerdo, o un metal muy parecido; de un hombre, con una placa gigante en la base.

Estaba intentando descifrar qué decía mientras Dex, volvía al auto por el equipaje, que mortalmente cargamos, según mis padres tenía que hacer lo que todos hacían y no abusar de los beneficios de... bueno, ser hija del dios de la fuerza.

-¿Hola?- dijo una voz masculina. Me giré y vi a un chico alto, moreno, de ojos café y con una linda mandíbula, a su lado, una chica alta, rubia, de ojos azules, muy bonita.

-Ho... Hola- la palabra se me atoró en la garganta.

-Tu debes ser la nueva, soy Alec y ella es Ally, hoy seremos tus guías- dejó escapar una risita; su sonrisa... Dioses...

-Yo...- mi lengua amenazaba con enredarse.

-Hola- apareció alegremente Dexter detrás de mí.

-Un gusto, soy Dexter, y esta miniatura, es Heather- dejó todas las maletas a un lado para saludar con un apretón, noté que la chica se ruborizó al verlo, y aunque no lo admita frente a él, Dex, es muy atractivo, ojos verdes, pelo negro, alto y musculoso. Pero es un tarado.

Ally se acercó a mí y me saludo con un beso en la mejilla.

-Vamos por tu horario- sonrío entusiasta.

-Claro- le regrese la sonrisa, me giré a ver a Dexter quien aún traía mis maletas y hablaba animadamente con Alec.

-Dame un minuto- murmuré a la chica.

Me acerqué y escuche que hablaban de un partido que se acercaba.
Titubeé.

-¿Dex?- llame la atención de ambos varones.

-Dime, ¿qué sucede?-

-Mis maletas...- murmuré

-¡Oh! Claro, déjame llevarlas- dijo levantando la mayoría del equipaje.

-Oh, cierto, no se preocupen, dejen todo esto en mis manos- chasqueó los dedos y en un segundo varios chicos vestidos con el uniforme de la banda que nos recibió recogió el equipaje y desaparecieron de la misma manera.

-Genial- dijo asombrado Dexter.

-¿Heath?¿Continuamos?- dijo Ally con cautela

-S... Si, claro, lo siento-

👑

-Vamos, será divertido, además tienes que encontrar uno obligatoriamente- dijo Dexter por enésima vez tocándome la espalda como si confirmara si seguía viva o no.

-No- alargue la "o" hundiéndome más en mi cómoda almohada.
-No tengo ganas de terminar con un par de pompones y moños gigantescos-.

-Nadie dijo que terminarías de porrista pequeña egocéntrica- dijo girándome.

-Bien, pero si termino como una, haré que quedes como capitana si esta en mis manos- murmuré adormilada sin verlo.

-Genial, ten- me entrego unos shorts azul marino una playera con las iniciales "AP" en el frente en colores amarillo y azul marino.

-¿Seguro que es de mi talla?- tomé el conjunto gigante para mi pequeño ser.

-Era lo más pequeño que tenían, además dudo que hagan ropa tan diminuta- se rascó nerviosamente la nuca.

«Genial»

-No te pongas de princesa, sólo es en lo que escoges un deporte- acaricio mi cabello.

-Dexter- lo vi directamente a los ojos.

-¿Si?- sonrío entusiasta.

-Eres un dolor en el culo- dije lo más seria posible.

-Tu dolor en el culo- enfatizó el "tu" camino hacia la puerta riéndose mientras salía. -Te espero en la cancha en 10 minutos, si no te veo, vendré y te cargaré- gritó después de haber cerrado la puerta

-Idiota- susurre mientras miraba el gigante short que tendría que usar.