Elegidos: La Leyenda Del Fuego

Zac VII

Capítulo dedicado a Majureader

Zac sentía que iba a vomitar.

Estaba literalmente viajando por un portal hacía QuienSabeDonde y su estómago era el que más sufría al respecto.

Los otros chicos no se veían mejor: Lisa y Giselle se habían tomado de las manos y chillaban como niñas pequeñas, Travis estaba flotando en posición fetal y repitiendo "Esto no está pasando, esto no está pasando" y el rostro de Jake se había puesto verde y pareciera que estaba buscando un lugar donde vomitar, aunque estuviera flotando en un mar de viento.

El único que parecía feliz era Ray, que actuaba como si nadara en el aire y gritaba de tanto en tanto: "WOOOOOHOOOO ESTO ES GENIAAAAL" y agitaba los puños.

Tan pronto como empezó la locura del portal, esta cesó y todos cayeron al suelo.

Al levantarse, Zac divisó un extraño páramo de color violeta.

 Todo hasta lo que le alcanzaba la vista era una especie de pasto seco de color violeta. No pareciera que hubiera nada más en todo el lugar. Una suave y cálida brisa mecía débilmente los pastizales y acariciaba la cara de Zac.

El primero en hablar, para variar, fue Travis:

-¿Dónde diablos estamos?

Nadie respondió. Aunque a Zac la parecía familiar el lugar (pues estaba seguro de haberlo visto en sueños), no tenía idea de donde se encontraba ni que hacía allí.

No, espera, si sabía que hacía allí. La misión. La profecía. Todo volvió a su mente de pronto y con un arrebato de energía se incorporó y dijo:

-No sé donde estamos, pero sé que estamos aquí para cumplir una misión. Busquemos alguna pista de que debemos hacer o a donde debemos ir.

Travis lo miró y se incorporó también. Dijo: 

-Muy bien. Tu eres el jefe. Creo que deberíamos separarnos para cubrir mas terreno. Jake, acompáñame.

-Seguro- Respondió Jake levantándose y siguiendo a Travis.

Cuando se alejaron, Zac inmediatamente pensó que debería buscar con Giselle para protegerla. Aunque no lo había hecho mal con el tiburón, Zac sentía que debía protegerla a toda costa. Era una sensación que él no se podía explicar.

Iba a preguntarle a Giselle, cuando Lisa dijo: 

-Iré con Giselle. Ustedes dos vayan juntos- Y señaló a Zac y a Ray.

Los chicos se miraron. No podían ser menos parecidos. Ray fue el primero en protestar:

-Ni hablar, nena. Iré contigo- Y se acercó a Lisa. Pero ella hizo un gesto de alto con su mano y Ray se quedó en el lugar.

-No hay más discusión. Por favor Ray...-Suplicó

Ray la miró un segundo y masculló por lo bajo:

-Bien. Pero cuídate y no te metas en peligros innecesarios.

Ella lo miró un segundo, luego sonrió y dijo:

-¿Y donde estaría la diversión?

-Esa es mi chica. Sólo te estaba probando.

-Lo sabía desde el principio.

-Claro que no.

-Claro que sí.

-Que no.

-Que si infinito. Toma eso.