Hola chicos/as!!! Aquí Sai014. Nuevamente quería disculparme por no haber subido antes este capítulo, pero tuve que arreglarlo y empezarlo de cero varias veces. Ahora creo que está listo para que lo lean. No olviden dejar su opinión en los comentarios, si les gustó o no el capítulo, si les gustaría que mejorara algo para el próximo, o cualquier cosa que quieran decirme me lo dicen por ahí. Gracias a los lectores de siempre y a los que se unen después también. Bueno, no los entretengo más, aquí va el capítulo. Disfrútenlo chicos/as!
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Zac estaba shockeado.
-Tú... tú.. ¿También eres uno de nosotros...? ¿Eres... como yo?
-Si, yo también-Contestó el pelirrojo fulminándolo con la mirada- O era. Y agradezco a los guardianes de ya no serlo.
-Pero... ¿Cómo?- Zac aun no podía creerlo del todo.
- ¿Quieres que te muestre la historia? Pues bien, lo haré si así dejas de tener la boca abierta como un idiota.-Zac inmediatamente cerró la boca- Pero te advierto que no tiene un final feliz.-Konzu aplaudió dos veces y a reluciente mesa en la que estaba apoyado Zac comenzó a temblar. Poco a poco, imágenes comenzaron a pasar a toda velocidad por su superficie. Konzu se acercó a la mesa, la tocó y dijo:
-Muéstrame.
La imágenes que se movían se detuvieron de pronto y en la superficie de la mesa se vió un pequeño chico pelirrojo de no más de 8 años de edad que lloraba abrazado a un peluche de tigre. Estaba en un extraño bosque oscuro.
Unas sombras se movían en torno a él. Se oían aullidos, como de batalla. Una lanza fue a estrellarse justo al lado del pequeño, quién se asustó y tomó su peluche, llorando más fuerte, hasta que una chica rubia de aproximadamente 16 años, según los cálculos de Zac, tomó al pequeño y enjugó sus lágrimas.
-Hey, no llores. Ven aquí, yo te ayudo.
Ella tenía rasguños en la cara y cortes en los brazos, pero se las arregló para sacar una sonrisa. Tenía unos grandes ojos verdes, una túnica toda rasgada puesta y en su mano llevaba un extraño báculo.
El chico dejó de llorar y miró a la chica con los ojos enrojecidos. Luego dijo:
-¿Lo prometes?
-No me alejaré de ti nunca. Lo prometo.- Ella acercó su mano a él y le mostró el dedo meñique, sin inmutarse por el fervor de la batalla que ocurría a su alrededor.
El chico entrelazó su dedo meñique con el de ella, inseguro aun. Ella le sonrió y le revolvió el pelo. El pelirrojo abrazó a la chica, quién se mostró un poco sorprendida, pero luego lo tomó en brazos y lo abrazó diciéndole:
-Tranquilo. Las penas pasan, los amigos quedan. Y yo me quedaré contigo ¿ok? No dejaré que nada malo te pase.
El chico la abrazó mas fuerte y lloró otra vez, pero ahora de forma silenciosa.
Un grito de batalla se escuchó e inmediatamente un destello cegó a todos. Cuando la imagen volvió a aclararse, seguían en el mismo bosque, pero ya no se oían los gritos de batalla ni los choques de espadas.
Un chico con el cabello negro erizado se acercó a la chica rubia. Parecía tener como unos 15 años. Le dijo:
-Eso si que fue intenso ¿no crees, Taylor?- Luego se fijó en el pequeño en los brazos de la chica y preguntó- ¿No será...?
-Él es el que buscábamos, Ross. Tiene un gran poder, lo presiento, sólo que aun no ha aprendido a usarlo. - Le contestó Taylor.
-Oh.. entonces,- el chico Ross se enderezó y le ofreció su mano al pequeño- ¡Bienvenido al equipo! Soy Ross, el líder y también elegido del fuego.
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Elegidos: La Leyenda Del Fuego
Teen FictionSi un día descubrieras que eres un elegido y que debes detener el fin del mundo de un mal que ni los seis dioses juntos han podido derrotar ¿Lo creerías? Bueno, tal vez te cueste un poco asimilarlo ¿no? Esto es lo que le pasa a Zac, que junto a Gise...