El Experimento De Shinra (Shizaya)

Niño

Y ahí estaba un pequeño niño de no más de 8 años cubierto por las mantas y temblando de miedo. El niño al ver al rubio entrar fue corriendo a él.

-OniiChann -Lloriqueaba el pequeño Izaya. Mientras Shizuo se preguntaba que iba a hacer con un niño. -Los truenos son malos y me asustan, puedo dormir contigo? -Dijo Izaya abrazado a las piernas del rubio mientras le hacia una cara tierna, que nadie podría resistirse. Aunque Izaya se haya vuelto niño aun piensa como adulto ya que su memoria, al igual que Kanra, quedo intacta, pero Shizuo no tenía porque saber esto, así que el pequeño Izaya se divertiría hoy mucho con el rubio.
-Mm... -Shizuo dudo un poco, no estaba muy convencido de aquello pero la adorable carita de Izaya no le dejo dudar mucho y finalmente acepto. -Esta bien. -El pequeño sonrió victorioso y se pego más al rubio al escuchar otro trueno.

Ambos se dirigieron a la habitación de Shizuo, este se acostó e Izaya hizo lo mismo pero se abrazo al rubio, lo que ponía un poco incómodo al mayor, pero lo dejo solo por el hecho de que era un niño.
Shizuo tenía un poco de experiencia con niños, al cuidar a su hermano menor, Kasuka, pero no se llevaban tantos años así que no sabía si contaba como "saber cuidar niños".
Izaya se quedo dormido al instante embriagado por el olor a tabaco que siempre llevaba el rubio consigo, este olor siempre tranquilizo al informante aunque no fumase.
Shizuo por su parte no podía conciliar el sueño, se había quedado mirando al pequeño y pensando como puede ser que este niño tan adorable e inocente sea Izaya solo que con unos años menos. Le acarició la cabeza y se dio cuenta que el olor de la pulga ya casi no se sentía, supuso que era por la edad. Las caricias en la cabeza de Izaya se hacían cada vez mas lentas y quedándose poco a poco dormido con ese ultimo pensamiento.

Shizuo se despertó con un ligero cosquilleo en el estómago, y si, ahí estaba el pequeño Izaya con una sonrisa de oreja a oreja saltando sobre el estomago del rubio, que con su fuerza causaban poca cosa en el mayor.

-Quiero comer Oniichaann. -Dijo Izaya mientras seguía insistiendo con los saltos. Shizuo soltó un gruñido y saco al niño con la mayor delicadeza que pudo. El pequeño hizo un puchero, Shizuo rodó los ojos y acaricio la cabeza del pequeño, Izaya ya feliz fue corriendo hacía la cocina a esperar su desayuno. Shizuo largó un largo suspiro y fue a la cocina a preparar el desayuno. Ambos comieron mientras que Izaya decía cualquier incoherencia que diría un pequeño de 8 años. Shizuo respondía con simples risas o con algún comentario igual de incoherente haciendo reír al pequeño.
El plan de Izaya iba a la perfección el rubio ni se le cruzo por la cabeza que Izaya aun tenía sus recuerdos. Igual no negaba que se estaba divirtiendo mucho con el rubio, ya estaba olvidado el horrible día de ayer por suerte para ambos "enemigos".

Shizuo se fue a bañar, Izaya lo siguió.

-Me voy a bañar Izaya, ve a ver la Tv. -Dijo Shizuo antes de entrar al baño.
-Noo! Me quiero bañar con OniiChan. -Dijo Izaya haciendo puchero.
-No, no puedes.
-Por qué?
-Porque no! -A Izaya le empezaron a llorar los ojos al escuchar al rubio gritarle (Obvio, todo esto aun seguía siendo una actuación) gracias a eso el rubio término aceptando y a Izaya en el momento le cambio completamente la cara, maldito niño controlador pensó Shizuo.

A Izaya solo se le tenía que quitar la remera que al ser pequeño solo estaba usando eso de vestir, ya sacada la remera y metido en la bañera con agua caliente el rubio empezó a quitarse su propia ropa, a Izaya solo se le había ocurrido esto para molestar al rubio pero olvido de que en si el rubio también iba a estar desnudo frente a él, poniendo a Izaya nervioso y golpeándose mentalmente por su estúpida idea.
Shizuo ya estaba desvestido y se estaba metiendo en la bañera en la que ya estaba Izaya. Esos segundo dejaron a Izaya apreciar el tan formado cuerpo del rubio, unos músculos perfectos y sus piernas no se quedaban atrás. Al ver el miembro del rubio Izaya se sonrojo y segundos después aparto la vista, lo único que pensó era que era más grande que el suyo. Hizo un puchero.