Capítulo 8

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Estoy en el sillón frente al televisor, unos gemidos que vienen de la parte de arriba llaman mi atención, yo curiosa voy a ver, en el cuarto de Martha no hay nadie, cada vez que daba un paso los gemidos se hacían más fuertes, abrí la puerta y encontré a Rebeca y a Ethan teniendo sexo, sentía las lágrimas caer por mis mejillas.

- Lo siento, en mi casa ya no puedo. - dice Ethan.

Ni siquiera se disculpó de lo que acabo de ver, se disculpó por usar mi habitación.

- ¡FUERA!. - grite mientras lanzaba las cosas que enconttaba.

Otra vez no, se que es diferente pero es igual de doloroso, quiero que se larguen.

Rebeca me apunta con una pistola a la cabeza y dispara.

Me despierto, estoy sudando, el sueño se veía tan real, me sobresalto al notar que mis mejillas están empapadas.

Que diablos.

Me secó las lágrimas con una de las mangas de mi pijama y dirijo mi vista hacia las cortinas de la ventana, miro el reloj y veo que son las 3 de la mañana.

Por más que trató de dormir, el sueño se a marchado, me doy un baño rapido y enciendo las luces para leer.

Voy leyendo varios capítulos cuando los párpados me empiezan a pesar, decido no moverme por miedo a que el sueño se marche otra vez y me duermo recostada boca bajo en la cama.

Martha me despierta con una sonrisa.

- ¿Qué pasa?

- Nada cariño, es sólo que te tengo una buena noticia. - dice con emoción. - Tu tía Flor te invito para que vayas a conocer Brasil dentro de dos semanas.

- No.

- Nada de no jovencita, no te he preguntado si quieres ir o no, es el regalo de cumpleaños de tu tía Flor no debes desperdiciarlo. - dice con una ceja levantada.

- No quiero ir. - digo con tono de niña.

- Muy tarde, Flor ya compró tus boletos, sólo va a ser por un mes.

- ¡Que los devuelva!

- Eres consciente de que eso no lo han hecho nunca en la historia. - dice seria. - Te vas y punto, ya me lo agradecerás cuando disfrutes de ese paisaje.

¡Puede venderselos a alguien! Pero no quiero discutir.

- No me queda de otra ¿Verdad?

- Nop.

- Bien iré pero sólo por un mes.

Me caería demasiado bien alejarme de los estudios por un mes, estoy tan estresada que aveces aunque no lo digo me duele la cabeza por las noches.

Sale alegre y se marcha, yo bajo a desayunar pero lo hago con desgana, el sueño me afecta demasiado, porque tal vez Ethan si me importa.

- Adiós. - me despido tomando mi bolso y saliendo de casa.

Ethan cree que es buena idea ir en su carro al Instituto, porque tenemos más tiempo de charlar y podríamos llegar más temprano a clases.

- Hola Kate. - dice dándome un beso casto en los labios.

- Hola. - respondo indiferente. - Te tengo que contar algo.

- ¿Qué sucede?

- Me voy a Brasil por un mes dentro de dos semanas. - respondo sin darle demasiada importancia.

- Bien,¿Me vas a extrañar ese mes?

- Por supuesto bobo. - respondo riendo.

- Tenemos que disfrutar estas dos semanas al máximo. - dice con emoción.

Yo asiento con una sonrisa.

Nos dirijimos al salón de clases, Ethan me da un beso de despedida, al entrar veo que Rebeca esta sentada en mi asiento.

No hago problema y me siento en uno doble que esta más adelante, Rebeca me sigue y se sienta a lado mío.

- ¿Qué?. - le pregunto regresandole a ver a los ojos.

- Nada, quiero hablar contigo zorrita.

- Zorrita serás tu. - le digo enfadada.

- Ya lo creo... a lo que vengo es a decirte que te alejes de Ethan. - dice Rebeca mientras se ve las puntas de su cabello.

- ¿Quien eres tu para decirme que hacer?

- Soy una diabla que te aconseja que te alejes y envites las consecuencias.

- ¡JA! ¿Y crees que me quedare de brazos cruzados si me haces algo?. - pregunto con ganas de reirme.

- No lo se, pero te conviene alejarte de el porque no me conoces.

- Rebeca, no voy a pelear por Ethan, si quieres anda busca a otra salvaje como tu pero a mi no me metas en tus problemas con el.

- El punto es que tu eres el problema, si no te hubieses aparecido ahora el y yo estaríamos juntos.

- Pero aparecí y eso es lo que vale no lo que hubiese pasado porque de ninguna manera hay como arreglar cosas que ya sucedieron.

- No me importa, hazme caso y vivirás en paz. - dicho esto se levantó y se fue a su sitio habitual.

Quiero gritarle, decirle que conserve su dignidad pero creo ser una persona civilizada , asi que me con tengo esas ganas.

¿Amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora