Capítulo 1

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Luego de un largo día de clases, llegó a casa, mamá no esta ella llega a las 5 de la tarde, estoy agotada psicológicamente, odio matemáticas y al Señor Calvicie se le hace demasiado fácil mandar 150 ejercicios para mañana, estoy harta.

Llegó a mi cuarto y me dirijo a la ventana, antes de cerrarla veo a Ethan, entra a su dormitorio y agarra algo.

Ethan,siempre fastidiando mis horas de tranquilidad en casa y el colmo es que nuestras ventanas tengan la vista del cuarto del otro, somos vecinos desde que tengo memoria y siempre salíamos a jugar, pero últimamente no hablo mucho con el, nos tenemos confianza pero desde que tiene novia ha dejado de ser tan seguidas las veces que charlamos y me refiero que ya mismo son 2 meses.

Una cabellera larga y rubia interrumpe mi campo de visión, se da la vuelta y logro ver que es Rebeca, su fastidiosa, melosa y siliconada novia rubia teñida.

Mierda.

Están en una situación comprometedora.

Me sonrojo y velozmente cierro las cortinas de un tirón.

Me dirijo a mi cama y me siento en el borde aún tapando mis hermosos ojos azules.

"NO ESPIAR AL VECINO"

Me digo mentalmente, últimamente me molesta todo lo que hace.

-Puto vecino, me cambiaste por tu novia .- río por las estupideces que me hace decir.

Mejor voy a hacer la tarea y así dejaré de maldecir.

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Miro el reloj, son las cuatro y cincuenta, mamá llegará pronto.

Me dirijo al comedor y caliento la comida, antes de subir a mi cuarto preparé la comida pero no como aun porque es una costumbre esperar a que la otra llegue.

- Hola cielo... mmm... huele delicioso. - dice mientras camina hacia la carne que estoy recalentado.

- Hola maa. - digo mientras estoy muy concentrada en que no se queme.- ¿Cómo te fue?

- Ah... Bien aunque ese viejo me dejo demasiado trabajo. - dice en tono agotador.

Mamá es la Secretaría del señor Scout, por lo general siempre se queda haciendo sus cosas hasta las 12 de la noche, aveces pienso que se aprovecha de que mamá sea muy buena en ello, le da haciendo básicamente todo.

- Me imagino... ¡Listo!. - digo mientras llevo el plato de ella y mío a la mesa.

- ¡Que hambre! - grita mamá como una niña.

Yo río.

- ¿Acabaste deberes?. - pregunta mamá mientras se lleva una cucharada de arroz a la boca.

- Mmm... - Me quejo porque tengo hambre.- Si ya acabé. - digo pasando la comida.

Doy un sorbo a mi gaseosa.

Y así pasamos la hora de la comida bromeando e insultando a las personas que más odiamos, mama es muy joven tiene treinta y tres años y yo diecisiete.

¡Si!

Martha me tubo a los 16 años, era un cría que no dudaba estar enamorada de papá, lastimosamente el falleció en un accidente dos años después de que yo naciera.

Depues de acabar subo a mi cuarto, me dirijo a la ventana, abro las cortinas y la ventana, en las tardes me gusta sentarme a observar el rosa pálido del atardecer y leer un libro acompañado de un café.

Se ha vuelto mi costumbre y eso hago, sólo que...

Mierda mierda y más mierda.

Ethan esta sacándose la camisa y deja ver sus perfectos abdominales.

Oh mi Dios, Kate controlate, no es nada de lo que te hayas perdido.

Ethan se da la vuelta y ya es tarde para girar mirada hacia mi libro.

- Hola Kate, veo que has estado viendo cosas indebidas. - Oh por Dios esta serio.

- Y-yo no... - tartamudeo

Se me queda mirando y suelta varias carcajadas.

Estúpido.

- Tranquila Kate te doy permiso para que admires este perfecto abdomen. - dice en tono burlón.

- Yo no quería. - digo bajando el tono de voz y agachado la cabeza avergonzada.

- Tranquila, guapa,no es nada del otro mundo.

Me..Acaba..de..Decir..Guapa.

Que diablos me pasa no puedo articular palabra, si, es mi vecino, es fastidioso porque escucha musica demasiado alta y sabe que me molesta e incluso grita ¡Kate canta conmigo! Pero no se siento que desde siempre le he tenido mucho afecto y el jamás me había tratado así.

- Eh... Yo y-ya me iba. - digo levantándome de mi cómodo colchón de ventana.

- Bueno, te pediría que te quedes pero parece que no te caigo bien así que

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- Bueno, te pediría que te quedes pero parece que no te caigo bien así que... - dice el mientras recojo mi libro.

- No es que no me caigas bien, sólo que ese abdomen me desconcentra y así no se puede hablar contigo. - digo tratando de aligerar el ambiente mientras le dedico una media sonrisa.

-¡Vaya!, así que si puedes hablar sin tartamudear. - dice tratando de contener la risa.

- ¡Cállate! Lo sabes muy bien Ethan.- digo mientras dejó caer mi mano dramáticamente en mi corazón. - Pero me ofendes.

Ríe.

- Me gusta hablar contigo vecina. - dice con una sonrisa que parece inocente.

- Quisiera decir lo mismo pero... - digo cobrandome lo de tartamuda.

-Vamos siéntate y charlamos a los meses.- dice señalando mi colchón de ventana.

- Tal vez mañana, ya está tarde. - digo dándome cuenta de que la poca luz se había marchado desde hace media hora.

- Esta bien, buenas noches. - dice burlón mandandome un beso volado.

Amago que lo agarró y lo colocó en mi mejilla.

- Buenas noches. - digo devolviendole el gesto del beso.

El lo agarra y se lo coloca cerca de sus comisuras.

Ambos reímos y cerramos nuestras ventanas.

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