El Palacio Rosa

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El Palacio Rosa era una casa señorial que parecía haber sido construida para lucir bien eternamente en fotografías y libros de historia.

Sus hermosos ventanales, elegantes columnas dóricas y techos inclinados hablaban de una mezcla de estilos arquitectónicos exquisita tanto antigua con lo moderna.

Contaba con 3, un desván y un sótano. Había chimeneas en cada piso para los días en que la lluvia te invita a quedarte dentro y sentarte a leer un buen libro acompañado de alguna bebida caliente.

La planta baja y el 3er piso contaban con un amplio pórtico y un gran balcón respectivamente, ambos rodeados con hermosas ventanas que se abrían por completo en aquellos días de verano tan calurosos que invitaban a sentarse en una cómoda silla de mimbre tratando de captar la más leve brisa acompañado de una bebida con hielos.

Un sistema de calefacción a gas recorría cada habitación desde el sótano hasta el desván creando una agradable temperatura aquellos helados días de invierno en que el viento y la nieve invitaban pasar el día dentro comiendo un delicioso guisado caliente y mirar como las ventanas se cubrían por la escarcha.

El palacio era embellecido por un hermoso jardín con tierra tan noble que permitía cultivar casi cualquier cosa desde hermosas y perfumadas flores hasta deliciosas frutas coloridas. Un sendero empedrado cruzaba y serpenteaba por todo el jardín en el cual bancos de piedra colocados a intervalos regulares invitaban a pasar los días de primavera con la rodilla hincada en la tierra cuidando de aquella colorida belleza.

Por fuera el palacio rosa hacia honor a su nombre luciendo un color pastel que lo hacía parecer un cupcake cuidadosamente adornado con crema de mantequilla y chispas. Sus columnas eran de color blanco como el hueso y las tejas de sus techos inclinados eran del color de un día nublado. Esto no había sino magnificar el predominante color Rosa del palacio.

El palacio rosa era en efecto un lugar hecho para lucir eternamente bien en los libros de historia y en la memoria del pueblo donde estaba construido. El problema es que los libros de historia y la deteriorada memoria de la gente no son la realidad.

Aquellos libros de historia lo bastante antiguos como para haber fotografiado el lugar cuando estaba en su máximo esplendor contienen únicamente fotografías en blanco y negro.

Y en cuanto a los habitantes del pueblo, muchos estaban encantados de hablar sobre el Palacio Rosa, sobre su hermoso jardín y su señorial presencia colorada en lo alto de una colina boscosa donde predominaban los tonos ocres. Pero invariablemente todas esas historias terminaban de la misma manera: "Pues no, jamás vi el jardín colorido ni aquel encantador tono pastel", jamás pasearon por sus senderos en primavera ni conocieron el calor de sus chimeneas en una tarde lluviosa.

Todos quienes conocen el palacio rosa han escuchado de otros aquellas historias, pero el Palacio Rosa que conocen en la actualidad dista mucho de ser digno de ningún libro moderno de historia.

El Palacio RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora