CAPÍTULO 4

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—Lauren —repetí para mí misma, intentando recordar.

—¿Quién? —preguntó Ally desde la cocina.

—Nada... Sólo intento recordar un apellido.

—¿Un apellido? —Me miró confundida y se sentó a mi lado con un bawl lleno de palomitas.

—Ajá... —Sacudí mi cabeza ante la frustración—. ¡Maldición! ¿Cómo era? ¿Jaguar? ¡No!

—¿Quién es jaguar? —carcajeó mientras la película que habíamos alquilado comenzaba.

—¿Recuerdas que hoy me entrevistarían? —Ella asintió—. Bueno... Choqué con una chica extremadamente atractiva que derramó su café sobre mi blusa y luego de recibir mis insultos me ofreció su tarjeta.

—¿Y para qué te dio su tarjeta?

—Para que la contacte —Encogí los hombros—, supongo que pretendía arreglar el fiasco de la blusa.

Ally se volteó hacia la pantalla y comenzó a devorar las palomitas de maíz intentando concentrarse en la historia.

Muy por el contrario, yo me sentía más abrumada que nunca. Aún tenía el nudo en el estómago y el dolor en el pecho después de que mi corazón hubiera decidido palpitar como un poseso en aquel encuentro con Lauren... Lauren ¿Quién era? No podía haber sido producto de mi imaginación.

Me negaba rotundamente a creer que ella era sólo un invento de mi cabeza. Aún podía sentir el calor de la cercanía de su cuerpo y su aliento chocar conmigo cuando la sostuve entre mis brazos. Mis dedos aún sentían la suavidad de su vestido. Se sentía tan real.

—¿Qué te impide hacerlo? —Parpadeé varias veces cuando la voz de Ally me despabiló.

—¿Cómo? —Fruncí en ceño.

—¿Qué te impide llamarla?

—Qu...

—No me digas que esa cara de cachorro que tienes ahora no se debe a la tal Lauren... Llámala —dijo con la boca llena de palomitas.

—Es que... Perdí la tarjeta —mumuré sonrojada.

Ally tomó el mando del sofá y pausó la película para voltearse hacia mí.

—Veamos... Una chica que según tú, es súper atractiva —«Corrección: perfecta» Pensé—, te ofreció su tarjeta y tú, ¿la perdiste?

El único rastro de ella era ese pequeño trozo de papel... Lo necesitaba como mis pulmones al oxígeno para respirar. Además, estaba segura de que no la había imaginado, ella tenía que ser real. 

«Serás imbécil Camila, imbécil».

—Venía caminando hacia el departamento como una idiota y la tarjeta se fue de mis manos y... Y el jodido viento, ¡se la llevó! —Alcé las manos intentando defender lo indefendible. Estaba tan frustrada, eso parecía menos creíble que la excusa de "mi perro se comió mi tarea".

—Ah... —Asintió confundida—. Si consumieras algo, me lo dirías, ¿verdad?

—¡Ally! ¡Por supuesto que no consumo drogas! —exclamé desesperada—. Lo juro por mi Xbox —Me llevé la mano al pecho—. Ella es real, tienes que creerme.

—Está bien Beckham... Lo siento —Presionó el botón de play del mando y continuó con la película.

Mi cabeza volvió a llenarse de imágenes de Lauren. No podía dejar de pensar en ella. Me maldije incontables veces por no haber aceptado su propuesta de darme otra blusa en ese instante. Así quizás mi corazón se comportaría civilizadamente y yo no me haría ver como una consumidora de alucinógenos.

Beyond Infatuation ; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora