El Chico Nuevo Del Salón.

4.Sola de nuevo.

Ya han pasado 3 días desde que me suspendieron. Hoy vuelvo a clases, ¡por fin! Estos 3 días han sido súper largo, pero tampoco e perdido el tiempo. Estuve hablando con José en facebook y me a pasado las tareas, también hemos socializado más, es muy gracioso y tonto, me a dicho que a hecho amigos, que no me pierdo de nada, que todo está normal.

Me dirijo al baño a darme una ducha refrescante y que haga despertarme del todo. Me desnudo, dejo mi ropa a un lado y paso seguido me meto en la ducha. Abro la regadera, mi cuerpo siente una satisfacción al sentir el chorro de agua caliente, me relajo, tomo el jabón y empiezo a darme masajes con el jabón en el cuerpo mientras hace cada vez más espuma. Luego de la refrescante y reparadora ducha, salgo y me cubro con la toalla, me cepillo los dientes muy bien y estoy lista para cambiarme.

Ya en mi armario busco el uniforme. Mi camisa azul, mi jumper y mis medias azules. Busco en mi cajón un cachetero, un short y un brasier. Me pongo la ropa interior, el desodorante, el uniforme y luego un poco de perfume. Me maquillo un poco, me pongo base, compacto, rubor, un poco de creyon en los ojos y me dejo el pelo suelto.

Agarro mi mochila y meto los cuadernos y libros que tocan hoy, bajo a la sala y mamá está haciendo arepas con huevo revuelto.

-Mamá, buenos días.

-Buenos días cariño. ¿Vas a desayunar?.

-Si, muero de hambre.

Me como la arepa con huevo, muy rica por cierto. Me despido de mamá y le doy un beso en la mejilla, luego salgo de casa y me dirijo hacia el liceo. Me alegra vivir a solo unas calles del liceo.

Ya llegando al liceo me dirijo a la cantina a comprar un vaso de jugo de fresa, me gusta ese juego y más si está frío. Lo compro y le pago a la señora, cuando voy a agarrar el vaso alguien me abraza por atrás.

-¡!Ana!!, llegaste, ¡¡por fin estas devuelta!!.

-José...eres tú. Hola.

-Quien más sería. Oye, me alegra que por fin estés aquí.

-¿Si?, pensé que ya ni me hablarías... Con eso de que conseguiste nuevos amigos.

-Oh vamos, no digas eso. Sabes que eres mi primera amiga y no te cambiaría.

-¿Si?, pues, me alegra saberlo.

-Oye, necesito que me expliques algo de matemática que no me deja vivir. Así que me sentaré alado tuyo para que me expliques.

-Ja, sigues necesitando de tu maestra por lo que veo.

-Pues claro, creeme, siempre necesitaré de ti.

Me tomo el delicioso juego y formamos para irnos al salón. Estando allá me siento de última, ya se que los más molestosos siempre se sientan atrás, pero me gusta sentarme al fondo del salón, en la esquina y estar sola.

-De acuerdo Ana, me sentaré al lado tuyo.

-Muy bien. Pero por favor, no vayas a estar jodiendo, ni haciendo ruido ni nada que me moleste. ¿De acuerdo?

-Esta bien. Me comportaré como un buen chico.

La profesora de matemática entra al salón y manda a callar a los que siempre hablan. Luego empieza a dar la clase. Yo copio todo en mi cuaderno, todo lo que la profesora va diciendo. Pero luego...

-Ey, Ana... Ey.

Yo lo ignoro, tratando de aprestar atención.

-Ana, por favor. Es importante.