Capítulo 3

9.7K 588 184
                                    

-¿sabes algo que es molesto?- pregunta William. Levanté mis hombros como diciendo "dime, no sabes cuanto me interesa saberlo".

-¡las fresas! Las odio, son tan ácidas y ¡puaj!- deja caer una fresa que había Clark le había arrojado. Reí.
-tiene una mala historia con las fresas, de niño competimos a ver quien se acababa un plato de fresas primero... digamos que vomitar treinta y ocho fresas es perder- dice Clark riendo.

-¡eso fue injusto!
-vomitaste, gané.
William pone los ojos en blanco y se va con Dafne a quejarse de Clark.

-amaneció de mal humor, lo despertamos con un ataque de nieve- Clark ríe. Reí y bajé la mirada -¿estás bien?- pregunta.
-perfecta- sonreí. Pero ni mi madre me creería esa sonrisa.

Ethan no había salido de mi mente en toda la mañana. Aquel sueño que tuve tampoco. Nos veíamos tan felices, todo se veía tan bien. Y ahora, camino por la nieve, y él está a miles de kilómetros de distancia.

-háblame- sonríe.
-¿quieres que te cuente mis problemas? ¿qué eres, mi psicoterapeuta?
Ríe y niega.
-soy el que entiende los problemas.
-no tengo ningún problema.
-no por nada aquella sonrisa que veo de vez en cuando está lejos.
-¿ahora me espías cuando sonrío?
-veo cuando sonríes con B.

-es distinto, el sujeto es todo un narcisista e idiota.
-y está interesado.
-¿en qué?
Alza las cejas y me ve pícaro y sonriente.

-¡no! Eso no, lo dudo.
-eres la primera que logra hacerlo sonreír.
-¿disculpa? El tipo se ve que se divierte molestando a cualquiera. 
-más a ti- me da un suave golpe en el hombro.

-¡como sea!- reí -¿qué hay de ti?
-¿qué hay de mi?
-¿alguna chica por ahí?
Ríe y niega rascando su barbilla.

-ninguna Brooke, ¿por qué? ¿acaso hay alguna no sé... junto a mi que quiera conmigo?- arquea una ceja. Reí y le golpee en el brazo.
-que gracioso.
-¡sólo bromeo!- ríe también.

Me quede viendo a B. Dirigía al grupo con seguridad. Nosotros lo seguíamos. Ya todos se llevaban bien. Todos menos Paul. Él seguía viendo mal a cada uno de nosotros. En especial a mi.

-¿y tú? ¿no hubo algún chico por ahí?- pregunta dando suaves golpes en mi brazo.
-quizá.
-¡oh vamos! Cuéntame.

-encontré a mi mate- sonreí. Abrió su boca asombrado y calló para no llamar la atención.
-¿y qué ha pasado? ¿por qué no estás con él? ¡no ne digas! ¿lo has encontrado con otra? ¿no te aceptó? ¿es un gordo que se saca el moco y se lo come?

Reí y negué.
-¡ninguna de las anteriores genio!
-¿entonces?
-las circunstancias nos han separado.

Alzó las cejas aclarando más su confusión.
-¿eso es todo? ¿sólo me dirás eso?
Reí.

-¿qué tal si te cuento en cuanto nos hayamos establecido?
-¿prometido?- estira su mano.
-prometido- junté la mía con la suya.

En cuanto toque a mano sentí mi corazón latir rápido. Me dieron unos escalofríos en el estómago. No por temor. Nada malo. Tampoco romántico. Sino, algo extraño. Solté su mano y le sonreí.

-¡henos aquí!- grita Henton feliz. Los demás llegamos a donde él se encontraba. Después de horas y horas de caminata por fin habíamos llegado a un enorme campo vacío. Con árboles que lo rodeaban. Arbustos de flores en un lugar. Perfecto.

-vaya- murmura Shawn.
-es increíble- ríe Talía.
-manos a la obra- Sean murmura tomando mi hombro y el de Henton riendo.

-ustedes irán por madera, corten de árboles y de preferencia busquen aquellos que ya han caído, por allá hay un montón- ordena B señalando a un punto en el bosque.

Trascendente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora