Capítulo 23

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Solo dije que saldría a caminar un momento, dije que solo iría por el camino que conocía porque temía perderme, solo quería despejar mi mente y pensar en las cosas como tenía de costumbre, pero he vagado por todo el bosque sin un tiempo límite, recorrí todos los caminos que ni siquiera conocía porque ya no temía perderme, mi mente ya no estaba perturbada, quedó libre, en la nada, y se siente bien, ya nadie puede verme, ya nadie puede oírme, ya nadie sabrá que existo.
Estoy frente la casa de Zoraida, y el sol empieza a iluminar el bosque, decido entrar al interior pero cuándo quiero abrir la puerta simplemente no puedo hacerlo, es como si me faltara suficiente energía para poder abrirlo, entonces me doy cuenta que mi mano traspasa la perilla, entonces atravieso la puerta lentamente y ya estoy adentro, ésto es más fácil de lo que imaginé.

- ¿Podrías decirme dónde rayos has estado Lilith? Desperté y no estabas -me dice Zoraida a medida que se acerca a mi, está viniendo de la pequeña cocina que se encuentra en el fondo. Yo solo me quedo callada y la veo venir y a medida que se acerca su rostro cambia a una expresión de horror.
Jacob entra corriendo a la casa, desesperado y afligido.

- ¡Zoraida! -le dice Jacob llorando sin consuelo- ¡LA HAN MATADO! -de pronto deja de llorar y mira a Zoraida que tiene el rostro distorsionado del horror, quién me mira fijamente.

- ¡¿Que demonios estás mirando Zoraida?! ¿No has oído lo que dije? - vuelve a hablar Jacob con el tono de voz más elevado.

- Ella está aquí Jacob -le dice sin dejar de mirarme, y lleva una mano para cubrir su boca.

Entonces Jacob se pone a su lado para tratar de verme desde el ángulo que mira Zoraida, pero él no puede verme, y en realidad no sé por qué.

- De qué demonios hablas, maldita sea -le dice nervioso y dejando escapar muchas lágrimas.

Zoraida lo mira y trata de calmarlo.

- Su espíritu está aquí, Jacob, yo puedo verla -le dice Zoraida, y Jacob la toma de los hombros.

- Dime como puedo verla, dime como, ¡DIME ZORAIDA, DIME! - le dice gritando, y me sorprende verlo tan fuera de lugar, nunca lo he visto así.

- Déjame hablar con ella -le responde a Jacob, y él asiente.

- ¿Puedes hablar? -dice Zoraida dirigiéndose a mi, entonces intento hablar, no me sale la voz, y niego con la cabeza.

- Ella no puede hablar Jacob. -le dice resignada, y de pronto me pongo a pensar en lo fácil que resulta para ella superar un acontecimiento trágico.

- Pregúntale si puedo verla en mis sueños -le dice Jacob, Zoraida me mira y yo asiento con entusiasmo. 

- Dice que si puede -le responde con una pequeña sonrisa.

*

Me doy la vuelta y salgo de la casa, Zoraida me sigue y Jacob a ella. Voy hasta donde está mi cuerpo, y al encontrarlo, me acerco, toda la sangre está seca, la piel pálida, sin luz, sin vida. Jacob levanta mi cuerpo y corre hacia el bosque con el, y Zoraida lo sigue.

*

Al llegar a la casa, pone mi cuerpo sobre una mesa.

- ¿Puedes revivirla? -le pregunta Jacob a Zoraida, tiene los ojos inyectados en sangre.

- El hechizo de la resurrección solo puede utilizarse una vez, y en ella ya lo he usado una vez -le dice mirando mi cuerpo, entonces Zoraida cierra los ojos de aquel cuerpo sin vida que han quedado tiesos, Jacob abraza mi cuerpo y llora sin consuelo.

- Necesito verla -le dice- ¿puedes hacer que me duerma? -le pregunta suplicante 

- Veré si puedo -le contesta y entonces Jacob se acomoda en el sofá y Zoraida hace una señal en cruz y susurra una pequeña oración, y en un instante Jacob está profundamente dormido, Zoraida me mira.

- El hechizo no dura mucho, date prisa -me dice y yo me sumerjo en la mente de Jacob.


* Todo es a color, como si fuera en la vida real, pero el cielo está gris a punto de llover, recorro la vista y veo a Jacob mirándome fijamente con la tristeza inmersa en su rostro, corro de prisa junto a él y cuándo llego, lo abrazo, y él comienza a llorar, puedo sentir toda su tristeza, y tal es el dolor que percibo que comienzo a llorar con él.

- ¿Puedes contarme que es lo que pasó? ¿Cómo ocurrió ésto? -me dice tomando mi rostro.

- Fui a caminar, y cuándo cruzaba la carretera, un automóvil chocó contra mi -le digo temblorosa

  - ¡Que estúpida eres, que estúpida! -me dice apretándome fuerte contra él- ¿Cómo pudiste hacerme ésto, eh? ¿en qué demonios pensabas Annie? Ahora no puedo hacer nada por ti, te he perdido para siempre. -me dice soltándome y ahora percibo enojo e impotencia.

- Sé que fue una estupidez, y sé que no será lo mismo, pero siempre que cierres los ojos podré verte aquí, es como si fuera real -le digo tratando de emendar mi error.

- No puedo decir nada más, es que no hay nada que podamos hacer, solo nos queda ésto. -me dice mostrando el mundo absolutamente irreal que nos rodea.

Se acerca a mi, me toma el rostro, y besa mis labios de una forma lenta, su beso es triste. Una gota cae por mi rostro, abro mis ojos y está lloviendo encima de nosotros.

- Te amo -me dice con tristeza dejando escapar más lágrimas

- Te amo -le respondo 

- Te volveré a ver... aquí -me dice, y todo se empieza a ver borroso.

- Aquí estaré... En tus sueños -le digo, el mundo irreal desaparece y yo vuelvo a ser espíritu y antes que él despierte, me despido de Zoraida, y me voy... a descansar en paz.  

En tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora