Descubriendo tú cita

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Y ahí estaba ella, con ese olor embriagante que desprende su cabello rojo fuego y la forma la cuál menea sus caderas cada vez que camina, es perfecta. Me es imposible detectar un defecto en esa chica tan sexy, aunque su genio, ese sí era un gran problema, pero se consagraría un santo si tan sólo lograra tenerla a su lado, como era posible que, yo, siendo uno de los chicos más codiciados de Hogwarts tuviera problemas con una chica, podría llevar a cualquier chica a la cama, pero esa era la gran diferencia con esta pelirroja, ella es diferente y eso es lo que me tiene desquiciado. No me voy a quedar como un idiota pensando en la perfección de esta chica sin llevar a cabo algo, así que le hablaré...

Hola.

¿A mí?preguntó la pelirroja mirando a sus lados.

Si, a ti pelirroja.

¿Aprendiste modales?preguntó, riendo. El chico sabía que tarde que temprano le respondería así, en vez de enfadarse esbozó una sincera sonrisa.

Sí, los aprendí gracias a ti. —respondió el chico, sentándose al lado de ella.

¿De nada?dijo asustándose un poco por su extraño comportamiento.

Desde hace rato quería decirte que te has convertido como una droga para mí, ese olor que desprendes me es completamente embriagador y no he podido dejar de pensar en ti, Ginny. confesó Blaise. La pelirroja tenía sus ojos completamente abiertos y sentía como todo se desmoronaba, parecía que alguien la había petrificado, pero claro, estaba viendo esos ojos de 'basilisco' como le decía ella, estaba segura que poco a poco su respiración iba disminuyendo.

Blaise... yo. balbuceaba, mientras que el chico le ponía un mechón de cabello detrás de su oreja rozando su sonrojada mejilla —. Yo estoy enamorada de ti. Me he vuelto adicta a ti, es imposible olvidar ese beso que nos dimos, amo cada cosa que haces y cada defecto que tengas, no me importa tú pasado... pero fue interrumpida por el moreno que había puesto un dedo en esos hermosos labios.

No digas nada. dijo dulcemente, mientras que se acercaba para besar esos labios jodidamente exquisitos, puso la mano en su mejilla y la acercó hasta el punto en que sus labios rozaron hasta que...

—¡BLAISE! —gritó Draco, tirándole una jarra de agua helada en la cara haciendo reír a un azabache.

—¡MALDITA SEA MALFOY! ¡¿POR QUÉ DEMONIOS ME DESPERTASTE?! —gritó el moreno rojo de la ira.

—¿Viste su cara? —inquirió Theo entre carcajadas.

—¿Qué soñabas? —preguntó Draco riendo.

—No les importa. —dijo todavía furioso pero ahora estaba rojo de vergüenza. Sentía unas incontrolables ganas de besar a la pelirroja.

¡¿Por qué demonios soñé eso?!

—Bueno, en todo caso, sécate la cara y baja que necesitamos hablar. —anunció Draco, dándole espacio al moreno.

Abajo se encontraba Pansy y Astoria esperando a que Daphne llegara, pues Madam Pomfrey había dicho que podía salir esa misma mañana.

***

Mientras tanto en la enfermería.

—Gracias Madam Pomfrey por cuidarla. —dijo Harry mirando a la rubia.

—No fue nada señor Potter, pero debe saber que la señorita Greengrass deberá tener ciertas precauciones para llevar un buen embarazo. —alertó la enfermera.

Amores InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora